Greenpeace alerta en su último informe sobre la despoblación rural en España de las consecuencias negativas que conlleva: pérdida cultural y económica y graves alteraciones del medio ambiente por la intensificación agraria y ganadera y la pérdida de la biodiversidad y la agrodiversidad.
Iniciativas como Holapueblo o Vente a vivir un pueblo tratan de activar los mecanismos necesarios para la repoblación rural atrayendo a familias y emprendedores a diversas zonas de la denominada España vacía. A continuación, os proponemos 10 pueblos que buscan habitantes, 10 localidades en las que empezar una nueva vida.
Parada de Sil (Ourense)
No se nos ocurre mejor manera de arrancar este itinerario rural que en la Comarca de Tierra de Caldelas, en plena Ribeira Sacra. Aquí se encuentran diversos pueblos que buscan habitantes, entre los que destaca Parada de Sil, un municipio que agrupa 9 parroquias con un total de 544 habitantes.
Con tan solo 9 habitantes por kilómetro cuadrado no se puede decir que este enclave esté superpoblado y, sin embargo, ofrece uno de los entornos naturales más exuberantes del noroeste peninsular. La agricultura vinculada a la explotación de las viñas de la reconocida DOP Ribeira Sacra así como la de los castañares es la principal actividad económica de la zona, a lo que se ha sumado en los últimos tiempos el turismo rural.
Caleao (Asturias)
Seguimos por el norte en un entorno natural que no le anda a la zaga a los meandros del río Sil. Hablamos del Parque Natural de Redes y de la aldea de Caleao, uno de esos pueblos de montaña que se han convertido en un imán para viajeros con ganas de huir del mundanal furor urbano. Pero lo que necesita Caleao no son más turistas, sino habitantes, personas que vivan en el pueblo y lo sostengan no solo en temporada alta.
Con una población de 130 habitantes según el censo de 2019, Caleao se ubica a poco más de una hora de Oviedo o Gijón, en el concejo de Caso, a media hora del Puerto de Tarna que marca la frontera con León: un paraíso natural a tiro de piedra que espera vecinos.
Villavendimio (Zamora)
Cruzamos la Cordillera Cantábrica y alcanzamos la provincia de Zamora donde proliferan los pueblos que han ido perdiendo población de forma progresiva en las últimas décadas. Ahí está el caso de Villavendimio, una localidad de la comarca de Toro, a una media hora de la capital provincial, casi en la frontera con Valladolid.
Hace un siglo, en Villavendimio vivían casi 1000 personas que a principios de los 80 se habían reducido a poco más de 300. Hoy, la fantástica fachada de la iglesia de San Miguel Arcángel del XVIII ya casi no tiene quien la mire: tan solo cuenta con 177 vecinos según el censo de 2020. Y ni siquiera el centro de día para mayores se pone en marcha por falta de recursos económicos.
Sajazarra (La Rioja)
Formar parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España no es una garantía para luchar con la despoblación… aunque ayuda. En los últimos 30 años, Sajazarra ha mantenido su número de habitantes en torno a 130, pero a principio de siglo XX sumaba más de 600.
Ubicado al norte de la provincia, a 15 minutos al oeste de Haro y cerca de la frontera con Burgos y Vitoria, cuenta con un deslumbrante patrimonio cultural en el que destacan los restos de la muralla medieval y el Castillo-Palacio del XV erigido cuando la villa se transformó en señorío de los Velasco.
Vera de Moncayo (Zaragoza)
Nos acercamos ahora a Aragón donde, por desgracia, también saben mucho de despoblamiento rural mientras sus grandes ciudades no dejan de ganar población: Zaragoza ha multiplicado sus habitantes por seis en todo el siglo XX.
Mientras tanto, localidades como Vera de Moncayo, situada en la comarca de Tarazona, se unen a otros pueblos vecinos para tratar de seducir a los viajeros que acuden a la zona para disfrutar de monumentos como el Real Monasterio de Santa María de Veruela, aquel en el que Bécquer pasó una temporada escribiendo Cartas desde mi celda.
Oliete (Teruel)
¿Qué puede ofrecer un pueblo a una persona que busque un nuevo comienzo —o un punto seguido— más allá de la ciudad? Un entorno natural atractivo, bajo coste de la vivienda y buenos servicios y comunicaciones.
Es el último factor el que, a menudo, echa para atrás a muchos emprendedores que dudan de si podrán con el aislamiento, aunque en primera instancia suene tan bien alejarse del claxon y el vértigo urbano.
Pueblos como Oliete, ubicado al norte de Teruel en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos, buscan solventar esas dudas con espacios como el Centro de Despertadores Rurales, que tratan de “impulsar el desarrollo económico y social mediante la incubación de proyectos de impacto rural”.
Arbancón (Guadalajara)
En plena Sierra Norte de Guadalajara, a tres cuartos de hora al norte de la capital provincial, encontramos Arbancón, la puerta de entrada a la Ruta de la Arquitectura Negra de la que forman parte una serie de localidades caracterizadas por el uso de la pizarra en las viviendas y en otros edificios.
Con apenas 139 habitantes según el último censo, Arbancón busca habitantes como muchos de los pueblos de su entorno confiando en el atractivo que ofrece el patrimonio natural de la vecina Sierra Norte.
Huélamo (Cuenca)
Todavía recordamos aquella escena en la que Coque Malla se harta de que “todo sea mentira” y grita a los cuatro vientos: “¡Me voy a Cuenca!”. Sí, a todos nos apetece cada cierto tiempo entonar uno de esos gritos.
Pues ahora ya podemos cumplir nuestra “amenaza”… —dejando a un lado el revólver y la botella de Ballantine’s— y buscar casa en Huélamo, el pueblo con menos habitantes de nuestra lista: 78, según el censo de 2021. Localidad de la Serranía Alta, es una joya a la orilla del Júcar en el corazón del parque natural de la Serranía de Cuenca.
Caudiel (Castellón)
Nos acercamos a la Comunidad Valenciana para visitar una localidad del Alto Palancia en la provincia de Castellón, una tierra a menudo desconocida por los turistas que acuden a esta provincia atraídos por la brisa marina de Benicàssim o Peñíscola.
Dividido en dos partes bien diferenciadas por el Barranco de Juesas, Caudiel es un pueblo de más de 600 habitantes que tiene el “honor” de haberse mantenido más o menos estable a nivel poblacional en lo que llevamos de siglo XXI. Con todo, es un pueblo que espera vecinos para mantener vivo un delicioso caserío rodeado de campo y huertas.
Benarrabá (Málaga)
Como colofón a este itinerario rural descubriendo 10 pueblos que buscan habitantes, nos vamos al sur donde también reclaman nuevos vecinos. Si en la costa ocurre justamente lo contrario, en el interior de provincias como Málaga todavía hay casas libres a buen precio.
Es el caso de Benarrabá, uno de esos seductores pueblos blancos de la magnífica Serranía de Ronda. Así que, si te va la montaña, pero no quieres estar demasiado lejos de la costa (por si acaso), Benarrabá puede ser la oportunidad que buscas.
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