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La hermosa Patagonia es el viaje pendiente en la lista de muchos aventureros, escaladores, viajeros incansables y amantes de la naturaleza. La Patagonia tiene alma propia, os lo puedo asegurar, y es un alma vieja y salvaje. Eso cuentan sus bosques, montañas, glaciares y demás maravillas naturales. Y es que cuando por fin llegas hasta ella, sus paisajes permanecerán por siempre en tu retina para seguir soñándolos.

¿Cuáles son las 7 propuestas imprescindibles que no puedes perderte en Patagonia?

Lo sé, hay tantas preguntas en vuestra mente. ¿Cuál es la mejor zona? ¿Cuánto tiempo se tarda? ¿Es mejor Patagonia argentina o chilena? ¿Y los precios? ¿Qué ropa necesito? Calma, habrá respuesta a todas esas preguntas y más a través de estos 7 lugares imprescindibles en Patagonia:

Ushuaia

Ushuaia
Ushuaia

Si empezamos de sur a norte, tal como fue mi itinerario, el primer lugar imprescindible sería dentro de la ciudad de Ushuaia. Ushuaia en sí es imprescindible, no necesariamente por la ciudad sino por los parajes espectaculares que la rodean y a los que puedes acceder desde ella. Logísticamente es el punto más conveniente donde tomar base por unos días. En mi primer día allí, descubrí  varias compañías de navegación y, sin pensarlo, me aventuré  en una excursión por el canal Beagle.

El Canal Beagle abarca la franja que va del Océano Pacífico al Océano Atlántico, cruzando las montañas chilenas y argentinas. Se trata de una de las únicas conexiones naturales, junto con el estrecho de Magallanes y el pasaje Drake,  que permiten navegar de un lado al otro del sur del continente americano.  El paisaje que puedes admirar cruzando el canal Beagle es realmente impresionante. Las colonias de cormoranes, muy parecidos a los pingüinos y los leones marinos entre otros animales aparecen como sin percatarse de tu visita a lo largo de las islas rocosas.

Parque de Tierra del Fuego

Lago Roca
Lago Roca

El parque de Tierra del Fuego es otro imprescindible a recorrer desde Ushuaia.  Si empiezas bien temprano disfrutarás de una caminata por senderos completamente  naturales y seguramente sin nadie a tu alrededor si vas temprano. Pasarás por playas de piedras negras y gélidas aguas, bosques frondosos sobre la base de suelos volcánicos, lagunas en el lugar donde miles de años atrás se encontraban glaciares. Un paseo verdaderamente alucinante.

Allí te recomiendo el lugar secreto que se ha convertido en mi sitio favorito en Ushuaia, el lago Acigami. Sentada en uno de los bancos alrededor me quedé horas observando al otro lado, la Patagonia chilena. Al terminar esta caminata, que seguramente te lleve unas cuantas horas y te deje una radiante cara de felicidad, asegúrate de tener un alojamiento cómodo y cálido. El toque final es vivir el encanto de la vida de montaña y resguardarse para reponer fuerzas en un buen sillón con una buena cena.

Puerto Natales

Puerto Natales
Puerto Natales

Te sugiero ahora trasladarte desde Ushuaia un poco más arriba, a la ciudad de Puerto Natales, en la Patagonia chilena. Una de tus preguntas era  ¿Es mejor Patagonia argentina o chilena? Desde mi perspectiva, no es necesario escoger si no quieres. Ambas son igual de espectaculares, lo ideal es conocer algo de las dos. Ya tendrás tiempo luego, si te apetece, de hacer un viaje en exclusiva a cada una. Puerto Natales puede parecer una simple parada para ir a los parques naturales cercanos pero no te dejes engañar por esa apariencia. Si te das un paseo hasta el muelle viejo, verás un espectáculo que yo tengo nítido en mis retinas al cerrar los ojos.

Paseando por la costanera, de telón de fondo las montañas nevadas, los restos del puente que serpentea (unas de las mejores fotos de mi viaje) y los cisnes de cuello negro que posan amables para los turistas. Un lujo hecho escenografía, el escenario de una película de la que eres el único espectador.

Parque de Torres del Paine

Torres del Paine
Torres del Paine

No hay visita a Puerto Natales que no pase por el imponente parque de Torres del Paine.  Se trata del parque natural más visitado en Sudamérica y entenderás por qué. La glaciación dejó en Torres del Paine un conjunto de lagos de una belleza abrumadora, rodeados de glaciares y restos de lo que fueron glaciares hace millones de años.

El mayor atractivo del parque, la cadena montañosa con las tres torres de las que hereda el nombre. Para los amantes del trekking y la escalada, Torres del Paine es  una buena inyección de adrenalina. Patagonia está poblada de grandes retos para escaladores y amantes del senderismo. Por ello la ropa a traer aquí es idealmente técnica, ya que las condiciones climatológicas a veces son extremas e imprevisibles.

La Estepa

Patagonia argentina
Patagonia argentina

Un gran imprescindible en este recorrido por la Patagonia es, sin duda, el viaje por la estepa. Yo lo hice en autobús, que es la manera más común. Pero sea en autobús, en moto o en coche será un experiencia inolvidable.

Viajar en bus es una buena manera de hacerse con el paisaje y de tomarle el pulso a la gente y su manera de vivir. Los largos tramos de estepa patagónica en medio de la nada resultan sorprendentemente relajantes. Te permiten pensar en todo y en nada. De repente surge una gran idea o un recuerdo guardado en lo más profundo de la memoria.

Calafate y el Perito Moreno

Perito Moreno
Perito Moreno

El Calafate no es un imprescindible en mi lista pero es el pueblo desde donde salen los viajes al glaciar Perito Moreno, que sería EL IMPRESCINDIBLE por excelencia. Puedes llegar al glaciar desde otros pueblos pero en mi experiencia resulta más caro o más tiempo de viaje. El Calafate es un pueblo excesivamente turístico. El dinero que se hace aquí con el turismo sería suficiente para que se arreglase el país y todos los males que lo acosan desde hace años.

Viajar por Patagonia merece la pena por las maravillas naturales que hay pero su coste está muy por encima del presupuesto de un mochilero. Se mueven a precios europeos, y eso es algo a tener en cuenta cuando decides venir. Aún así, por lo que yo he vivido puedo confirmar que es posible recorrer Patagonia sin arruinarse en el intento. Cuestión de planificación y prioridades. Al llegar a Perito Moreno no hay palabras para describir la inmensidad de una lengua de hielo frente de ti y los sonidos del hielo moviéndose.  No se trata del mayor glaciar de los que hay en el Parque pero es el de más fácil acceso y el más visitado. Uno se siente muy pequeño al lado de la naturaleza en Patagonia, es una sensación sobrecogedora donde las haya.

El Chaltén

El Chaltén
El Chaltén

El Chaltén, una inesperada visita en mi recorrido, se convirtió en un imprescindible de mi viaje. No recuerdo cómo ni por qué llegué hasta allí, seguramente a base de buenas recomendaciones que otros viajeros me hicieron y que yo te hago ahora. El Chaltén es la capital nacional del montañismo, la escalada y el trekking. Hasta aquí llegan personas de todo el mundo para escalar el Fitz Roy o el Cerro Torre (los que menos ya que es uno de los más difíciles del mundo). El ambiente es hippie, muy relajado, realmente especial. El Chaltén es un sitio en el que se percibe desde el principio una energía diferente.

Podríamos denominarlo como un oasis en el medio de tu ruta por la estepa patagónica. Un pequeño pueblo donde es fácil moverse, conversar con los locales y tomarse unas cervezas artesanas después de una buena caminata o una buena sesión de escalada. Existen diversas rutas que te llevan a lagunas, lagos y miradores entre bosques densos y espectaculares. Todo muy bien indicado incluso con estimaciones del tiempo necesario para hacer cada ruta y muchas opciones para contratar guías profesionales con quien aprender más y mejor sobre estas tierras.

Después de poco más de dos semanas, cuando terminé mi viaje por Patagonia, descubrí como desde el asiento mullido de un autobús se puede vivir el lujo de descubrir una de las zonas más sorprendentes de este planeta. Patagonia graba imágenes que no se irán jamás de tu cabeza, naturaleza en estado salvaje y rebosante de energía. Los días pasan mucho más lentos cuando viajas y los vives intensamente. Quizás esa sea la clave para ralentizar el paso del tiempo, enfocarse en cada día y no entregarse a la rutina.