Abierto el pasado julio, el Hotel Antiga Casa Buenavista enamora por su cuidada combinación de diseño, arquitectura y buen comer. Estamos en un edificio de 1873 de estilo modernista, en pleno centro de Barcelona, que ha sido rehabilitado por el estudio Juan Trias de Bes manteniendo los detalles arquitectónicos y de diseño de la época, entre los que destacan las molduras restauradas, los suelos hidráulicos, los esgrafiados o los colores grises y terracota originales de la fachada modernista.
El hotel, no obstante, no pretende copiar una época sino recuperar el espíritu de la misma a través de materiales y espacios reactualizados. Esto se percibe ya en la entrada, que combina una pared de piedra original con una volta catalana contemporánea elaborada con módulos prefabricados -es el segundo proyecto en el que se aplican este tipo de módulos en todo el país-. Objetos nuevos con aspiración de convertirse en clásicos.
La Antiga Casa Buenavista
El lobby del hotel, ubicado en un altillo, nos adentra en un piso del Eixample de hace un siglo, recreando espacios como la oficina, la sala de estar, el despacho o la sala de reuniones. Vale la pena fijarse en el mobiliario y la decoración, ideados por arquitectos y diseñadores que hicieron piezas emblemáticas en la Barcelona del siglo XX. Uno no puede más que maravillarse ante las sillas de Mies Van der Rohe y Michael Thonet, las lámparas de André Ricard o el escritorio de Finn Juhl.
En el ático, la piscina exclusiva para clientes convive con tres suites con terraza y muestra la estructura en forma de L que junta los dos edificios que conforman el hotel; uno con vistas al barrio del Raval y otro al barrio de Sant Antoni. Y, si os fijáis en las paredes que recorren las 43 habitaciones de este establecimiento de cuatro estrellas, encontraréis códigos QR que explican quién es el diseñador de cada pieza expuesta y la importancia histórica de las misma.
Espacio para disfrutones
El restaurante Buenavista original, abierto en 1918 por la misma familia Molleví que ahora se encarga del hotel, fue durante años un lugar emblemático de Barcelona. Tal vez por eso, el nuevo establecimiento del hotel, que lleva por nombre Casa de Comidas Buenavista, todavía recibe la visita de personas que trabajaron o celebraron allí algún evento especial.
La carta actual, asesorada por el chef Marc Roca, se compone de platillos mediterráneos que apuestan por el producto fresco de mercado, con pocas frituras y mucho Josper, en un intento de recuperar aquello que se comía a principios de siglo. Platos tradicionales y postres caseros que, como el propio hotel, aportan algún toque innovador y contemporáneo.
En el mismo espacio, los desayunos mantienen la filosofía del proyecto: buenos ingredientes y recetas locales -¡maravilla de mató!- y una carta de platos calientes mucho más internacionales en un ambiente luminoso y tranquilo que, una vez más, nos hace sentir que estamos en una casa particular. Auténtica esencia modernista que mira al futuro desde el pasado.
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