Este artículo está dedicado a los aventureros sin remedio, a aquellos que buscan los lugares más salvajes y auténticos. Si eres uno de ellos, te interesa lo que te voy a contar. Botsuanarepresenta el mundo animal en estado puro, el hombre adaptándose al hábitat en el que los animales son los reyes. Botsuana es como asomarse por una ventana para descubrir a la Gran África salvaje. Si ese es uno de tus sueños Botsuana te lo acercará de una manera extraordinaria.
En mi periplo por el mundo Botsuana fue una recomendación de alguien que realmente me apreciaba. Cada viajero que entra en Botsuana y en su famoso Delta del Okavango regresa enamorado de esta tierra y de lo que ahí se respira. No es coincidencia que esta área del mundo sea la que nos vio nacer, donde se encuentra el origen del Homo Sapiens del que todos procedemos. Mamá África te atrapa en sus cálidos brazos y te muestra ese contacto perdido con una naturaleza de la que provenimos.
Déjame decirte que en África, Botsuana es un ejemplo de tolerancia y de organización. Su bandera en colores azul, negro y blanco refleja a las razas negra y blanca viviendo bajo un mismo cielo azul desde el respeto y la harmonía. El Delta del Okavango es una de las joyas naturales de este país ejemplar.
Botsuana: Sumergirse en el Delta del Okavango
El Delta del Okavango es uno de los lugares naturales más particulares en el mundo. Hablamos de un delta interior que, a diferencia de la mayoría, no desemboca en el mar sino en el magnífico desierto del Kalahari, otra de las grandes joyas del país. La fauna que habita el delta en completa libertad es de las más impresionantes que encontrarás en ningún otro lugar de la tierra.
Botsuana posee el mayor número de elefantes de África y del mundo. Los leones que hay en el delta son famosos por su tamaño y su fuerza además del hecho de que según cuentan son los únicos leones nadadores que existen. Leopardos, cebras, búfalos negros, jirafas,… incontables aventuras que intentaré resumirte.
Me deslizo por las aguas, sentada en un mokoro (la barca que tradicionalmente se usa en Botsuana), y me deleito observando los cientos de canales del delta que se adentran en este entorno tan impresionante. Estoy en el medio del África salvaje, la naturaleza en su estado más puro y adonde sólo puedes acceder con guías locales. Se asumen ciertos riesgos en estos safaris, estás en el medio de kilómetros y kilómetros de delta sin ningún tipo de seguridad, ni tuya ni de tus guías. Pero, eso es la aventura ¿no?
Los animales son los amos y señores de este lugar. Los seres humanos somos sólo observadores que necesitan pasar desapercibidos. Como he dicho, tu seguridad nunca está asegurada. Conseguí este viaje para mí sola sin tener que compartirlo por un muy buen precio al ser temporada baja. Mi objetivo es claro: descubrir toda la vida animal que pueda y he tenido a la suerte de mi parte.
Podría decir que ahora entiendo esos programas de la tele en los que los protagonistas hablan muy bajito, susurrando, para que los animales no se asusten. Así es en la realidad, los animales nos huelen a muchos metros de distancia y no les olemos muy bien, por eso nos rehúyen. En este entorno salvaje la proximidad a los animales está muy limitada y es con una cierta distancia, o bien se van corriendo en cuanto te perciben o bien sales corriendo tú. Y mejor que sea la primera.
La timidez de cebras y antílopes es increíble, escapan en cuanto huelen a uno de nuestra especie. Es muy divertido verlas a todas volver la cabeza hacia ti observándote con detenimiento y de repente salir corriendo a toda velocidad. En las manadas de cebras y antílopes, que viajan juntos, también observamos a muchos ñus e ¡incluso a una vaca! Tienen una filosofía muy sabia estas cebras: aceptan como compañeros a todos los animales que no quieran matarlas. Ellas son el animal nacional de Botsuana y son su combinación de color negro y blanco simbolizan la diversidad razas.
Experiencias con animales en Botsuana
Viajar a Botsuana me ha regalado más experiencias con animales de las que he experimentado en toda mi vida. Me han traído grandes lecciones que comparto contigo:
En Botsuana me sentí como si viviese en una novela prehistórica. Recorrer grandes distancias siguiendo los pasos de los animales en la distancia, adivinar sus movimientos siguiendo sus movimientos, sus excrementos y los restos de comida. Venir al delta del Okavango es como convertirse en testigo de lo que nuestros antepasados experimentaron y cómo convivieron con respeto con los animales.
Una gran tormenta en plena noche sin más refugio que tu tienda, sentir lo vulnerables que somos en el medio de una naturaleza cuyo poder te sobrepasa, mirar a los ojos a animales a los que sólo conoces en imágenes de libros y el descubrimiento del árbol más bello que he visto, el baobab. Todo ello permanecerá en mi memoria para siempre.
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