Diez localidades, tres provincias y un mismo corazón: vivir la pasión de la Semana Santa. Caminos de Pasión es una ruta turística que discurre por Jaén, Córdoba y Sevilla en la que descubrirás el patrimonio cultural, la naturaleza, el folclore y las tradiciones de diez localidades con historia.
Ya sea en coche, bicicleta o a pie a lo largo de las Vías Verdes o el Gran Sendero, Caminos de Pasión es la mejor ruta para disfrutar de la Semana Santa, para descubrir el corazón de Andalucía.
Recorriendo los Caminos de Pasión
Caminos de Pasión surge como iniciativa turística en 2002 con el objetivo de hermanar a diez municipios andaluces con la Semana Santa como hilo conductor ofreciendo al viajero experiencias únicas que permiten un acercamiento al patrimonio cultural y etnográfico de este territorio, ubicado, además, en torno a espacios naturales protegidos.
Caminos de Pasión en Jaén
Nuestro itinerario pasional arranca en la cabecera de la comarca de la Sierra Sur jiennense, a un paso de la frontera con Granada y Córdoba. La muy noble y leal ciudad de Alcalá la Real, según subraya su título, se asienta sobre una meseta dominada por un cerro donde se ubica el legendario Conjunto Monumental de la Fortaleza de La Mota.
Esta fortaleza ubicada en lo alto del cerro que supera los 1000 metros de altura fue la pieza de clave del temprano desarrollo de la localidad a partir de la ocupación musulmana en el 713. El grueso de la construcción, no obstante, pertenece a época nazarí pasando a desempeñar una función de vigía del Reino de Castilla tras la capitulación nazarí en 1341.
Además de visitar la iglesia Mayor Abacial y el Centro de Interpretación de la Vida en la Frontera —imprescindible para conocer la esencia de estos puestos que vivieron en tensión fronteriza durante siglos— debemos conocer el Palacio Abacial de finales del XVIII que alberga el Museo y Centro de Interpretación de Alcalá la Real, el barrio de la Cruces ubicado en la ladera del cerro homónimo y, por supuesto, la Semana Santa con sus tradicionales pasos de andas y los mímicos que fusionan la tradición de los autos sacramentales —piezas de teatro religioso— y los ingenios, representaciones religiosas festivas.
Caminos de Pasión en Córdoba
A menos de media hora al oeste de Alcalá la Real se ubica Priego de Córdoba, la joya barroca de agua y aceite que ofrece al viajero un paseo por la esencia andaluza a través de su sensacional patrimonio cultural y natural.
Seguimos el camino de la pasión hacia el noroeste y nos encontramos con Baena, a media hora de Priego de Córdoba. Y como sucede en su localidad vecina, aquí también saben mucho de ese elixir dorado que fundamenta la dieta mediterránea: Baena posee uno de los aceites con Denominación de Origen más antiguos de España.
Ya que hemos abierto el apetito, qué mejor que combinar su producto estrella con un revoltillo baenense —un saludable revuelto de verduras y jamón de la tierra— o el carnerete —un plato de patata migada, pan y huevos fritos— acompañado todo ello de un vino D.O. Montilla Moriles.
Ya con el estómago feliz, estamos listos para disfrutar del sonido de sus artesanales tambores que ritman la solemnidad de su Semana Santa: tal es el peso de esta tradición que, junto a otras 17 localidades españolas, las tamboradas de Baena han sido declaradas por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
A media hora al suroeste de Baena llegamos a Cabra, la puerta del parque natural de las Sierras Subbéticas, considerado geoparque por la Unesco por su gran valor natural y geológico. Y de naturaleza e historia debemos hablar en Cabra.
Porque si su Vía Verde del Aceite, que recupera el recorrido del antiguo Tren del Aceite y comunica Jaén con Puente Genil, ofrece deliciosos senderos ideales para los aficionados a la bicicleta, el origen de Cabra estaría vinculado a un oppidum —un asentamiento en un cerro o colina— turdetano considerándose descendiente nada menos que de la mítica civilización de Tartessos.
A un paso de Cabra nos detenemos en Lucena para deleitarnos con el santuario de Nuestra Señora de Araceli, a seis kilómetros al sur del pueblo: hasta treinta pueblos y cinco provincias se pueden distinguir desde el balcón de esta construcción ubicada en la cumbre de la Sierra de Aras. Y de camino a Puente Genil, también nos podemos desviar hacia al sur para contemplar la Reserva Natural la Laguna Amarga cuyas aguas supuestamente curativas atrajeron desde antiguo la visita de numerosos viajeros.
A media hora al noroeste de la Laguna Amarga arribamos a Puente Genil para asistir a la Mananta, la Semana Santa pontanesa cuyo origen data de mediados del XVII con hasta 23 cofradías: su momento álgido llega al alba del Viernes Santo, con la interpretación de la Diana en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Caminos de Pasión en Sevilla
Entramos ya en la provincia de Sevilla y nos dirigimos a Osuna, la villa ducal que se yergue orgullosa sobre la campiña sevillana. Desde su caserío construido sobre las laderas de un cerro tenemos una fantástica panorámica de esta tierra tapizada de huertos y olivos.
Su pasado ducal explica su imponente conjunto monumental, destacando especialmente la Universidad de Osuna: una insólita joya renacentista severa y solemne en la que despuntan sus cuatro torres rematadas por chapiteles de cerámica vidriada, un verdadero emblema de la arquitectura del Renacimiento español.
A media hora al norte de Osuna nos detenemos en Écija, la Ciudad del Sol andaluz. Y es que cuando el calor aprieta en Écija, aprieta de verdad. Pero así su excelso patrimonio refulge con mayor esplendor: sus palacios como el de Peñaflor o el de Benamejí son catalogados como Monumento Nacional, mientras que su iglesia de Santiago el Mayor es una joya gótico-mudéjar en el que destaca su impresionante torre.
Tras dar buena cuenta de la también legendaria repostería astigitana probando sus yemas, tortas de manteca, bizcochos marroquíes y trufas de avellanas, retomamos ruta camino de Carmona, una localidad de cine en la que se han rodado numerosas películas como Nadie conoce a nadie o Solas. Y es que sus famosos alcázares, además de sus calles y plazas, como la Plaza de San Fernando o la del Mercado de Abastos, ofrecen escenarios ideales para soñar.
Tras presenciar la procesión del carmonense Señor de la Amargura —la pieza más antigua datada de la Semana Santa andaluza— finalizamos nuestro camino de pasión en Utrera una ciudad volcada en sus tradiciones, como el flamenco —aquí se celebra desde 1957 el Potaje Gitano, el festival más antiguo de flamenco de España— y, por supuesto, la Semana Santa que se vincula al modelo de la legendaria Semana Santa de su vecina Sevilla: destaca la procesión de la Madrugá gitana del Viernes Santo y del Jesús Nazareno, principal devoción de Utrera.
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