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De día y de noche, fiesta y mesa. Así vive Herencia el carnaval, uno de los más antiguos de España y la fiesta más significativa, descarada y divertida de esta localidad de Ciudad Real, en la que los pasacalles, los disfraces, las carrozas, los gigantes y los cabezudos, la música, la algarabía y la buena gastronomía toman el protagonismo absoluto.

Declarado Fiesta Interés Turístico Regional y de Interés Turístico Nacional desde 2017, se celebra en febrero y siempre una semana antes que en el resto de España. No hay mejor época del año para visitar Herencia que el carnaval. Y es que, ya lo dice un viejo refrán, en “carnaval todo pasa, hasta los novios en las casas”. Te damos todas las pistas para disfrutar de este divertido festejo.

El Viernes de Prisillas, la apertura oficiosa del carnaval de Herencia

Aunque hace poco tiempo que existe este día y no está reconocido oficialmente por el Ayuntamiento, cada año adquiere más popularidad y concurrencia. Tal y como nos explican en la web de herencia es una jornada “que va consolidándose año tras año por su toque de humor inteligente, la crítica burlesca, la improvisación y el pitorreo“.

Las peñas de la localidad toman las calles para invitar a los locales y foráneos a participar en la fiesta bajo el lema “si vives el carnaval, las prisillas te entrarán”. Además, tiene lugar el encendido del pebetero y se sortea una cesta de carnaval, que “incluye un kit de supervivencia para que al agraciado o agraciada no le falte de nada para poder pasar estas fechas”.

El Sábado de los Ansiosos, la inauguración oficial

Fuente: Lamancha.net

El Sábado de los Ansiosos da la bienvenida oficial al carnaval herenciano y a Don Carnal  con la realización de una parodia de las campanadas de Nochevieja, que suponen el inicio del Año Nuevo herenciano. Tras recibir al año nuevo carnavalero con las doce ‘ugautreras’  -bolitas de rosca utrera, un postre tradicioonal de la localidad-, se baila hasta que el cuerpo aguante.

Aunque conviene no excederse, pues al día siguiente hay otra cita a la que no falta ningún herenciano: el Domingo de las Deseosas. Durante la jornada los pasacalles, las máscaras y los disfraces son los auténticos protagonistas. Y finaliza de la manera más dulce posible: con una rica y (bienvenida) chocolatada.

La Semana de Tambores, carnaval a todo color

El Domingo de las Deseosas cede el relevo a la Semana de Tambores, es decir, siete días repletos de actividades, espectáculos, desfiles y actos, que no dan un segundo de tregua a los más devotos. Uno de los más tradicionales es el Ofertorio de las Ánimas, que tiene lugar el martes de carnaval. Según nos explican en la web de la localidad, “a las once de la mañana se repite el funeral de las ánimas. Después, a las tres de la tarde, el ayuntamiento reparte el «puñao», es decir, la cantidad de cacahuetes o alcahuetas que cabe en un puño”.

Posteriormente, “tiene lugar el desfile en el que participan las carrozas, los gigantes y cabezudos, las bandas de música, las máscaras de carnaval y tradicionales personajes como el Perlé, un hombre vestido con blusa holgada, pantalón de tela a rayas de colores y un gorro a juego.

Circula libremente entre el gentío, mezclándose con las máscaras y asustando a los niños, quienes le retan al grito de «Perlé, pincha huevos». Además, se encarga de mantener la armonía; es la representación burlesca del orden establecido“.

También adquieren un gran protagonismo las jinetas, que son parejas de niños ataviados con trajes tradicionales, acompañados por un adulto que lleva la ofrenda. “Hace años salían para cumplir una promesa particular o familiar, pero ahora representan a los gremios de la localidad: la construcción, los hortelanos, los panaderos, los comerciantes…

El punto final del carnaval herenciano lo pone el entierro de la sardina, que tiene lugar el Miércoles de Ceniza. La mujeres vestidas de negro y el resto de los locales se dirigen con la sardina al monte San Cristóbal, donde queman la sardina y, finalmente, la entierran. Luego, se reza una «oración carnavalesca» por el alma del extinto pez, y se comen sardinas asadas al fuego.