Uno de los rincones más curiosos del parque de El Retiro, que además no todo el mundo conoce, es su antiguo zoo que estuvo en realidad abierto hasta 1972. Un conjunto de antiguas guaridas y jaulas que se han conservado y que se conocen como la Casa de Fieras. A pocos metros de allí, un restaurante ha recogido esta denominación para poner nombre a un proyecto gastronómico muy personal.

Casa de Fieras ( Avda. de Menéndez Pelayo, 15, Madrid) se ubica, efectivamente, frente al Retiro en el entorno de la Calle Doctor Castelo, una zona que se ha convertido en los últimos años en uno de los epicentros de la gastronomía madrileña. En esta perfecta localización nos encontramos la personal apuesta de Rafael López del Hierro. Un restaurador que nos recibió en su acogedor establecimiento para presentarnos una propuesta basada en materias primas de calidad y recetas clásicas renovadas siempre con algún toque sorprendente.

Un acogedor espacio junto al pulmón de Madrid

El restaurante Casa de Fieras se distribuye en tres espacios diferenciados y una pequeña terraza frente al Retiro. Según entramos, nos encontramos con una barra de bar y algunas mesas altas, perfectas para compartir entre amigos alguno de sus entrantes. Si avanzamos, llegamos hasta el salón principal que se divide en dos zonas: una más alargada, donde se ubican varias mesas versátiles, y un espacio al final que, sin ser propiamente un reservado, aporta algo más de intimidad a los clientes. La capacidad total del restaurante es de 87 comensales.

La decoración del local fue responsabilidad de Álvaro Oliver Bultó y trata de dar protagonismo a los elementos en bruto originales del local como el ladrillo, la viga vista o las ventanas de madera. El mobiliario responde también a este mismo estilo con mesas de madera y sillas o bancos de metal, madera y tapicería de cuero. El resultado es una decoración con un toque industrial sin resultar demasiado cargante y que compensa muy bien la falta de luz natural de la que sufre el local.

Una carta concentrada y muy precisa

El producto es el protagonista indiscutible de Casa de Fieras. Casi todos los platos que encontramos en su carta giran en torno a un producto principal con recetas clásicas de la cocina madrileña y española que han sido renovadas y modernizadas con toques traídos de otras gastronomías más internacionales. Una docena de entrantes, otro número aproximado de platos principales y cuatro postres componen una carta que va cambiando según la temporada y con platos exclusivos del día. La mejor forma de disfrutarlos es con uno de sus menús.

Entre los entrantes que pudimos probar nuestro favorito fueron los Dados de atún rojo, que se sirven con un poco de picante sobre una rodaja de lima, consiguiendo un sabor muy intenso. Las alcachofas confitadas a la plancha es, junto a la ensaladilla de fieras, otro clásico que no puede faltar para abrir el apetito. Las anchoas de Cantabria, las croquetas de jamón ibérico, las virutas de cecina o los puerros con queso Idiazábal son algunos otros de los entrantes que explotan la calidad de los productos españoles.

El atún de temporada es el gran protagonista de la carta en estos meses y entre los platos principales encontramos varias propuestas en torno a él: atún rojo marinado sobre tosta de maíz, aguacate y huevo de codorniz; dados de atún rojo sobre cama de guacamole; un tataki de atún con una espectacular salsa Ponzu o el más clásico tartar. Sin salir del mar, recomendamos probar los chipirones con cebolla caramelizados al Brandy y puré de apionabo.

En lo que se refiere a platos de carne, el menú de Casa de Fieras incluye algunos cortes a la plancha, como su lomo de vaca vieja de medio kilo, y algunos guisos realmente sabrosos como las carrilleras, servidas de la forma clásica o como relleno de unos raviolis. La mejor sorpresa me la lleve, en cambio, con sus tacos de rabo de toro con guacamole. Una fusión perfecta de sabores entre estos platos típicos de México y España que me llamó realmente la atención.

Espero que hayas dejado algo de espacio en el estómago porque aún falta el postre y en Casa de Fieras los trabajan con especial cariño. La estrella indiscutible es la Tarta Árabe, un fino y elegante pastel de hojaldre con una mezcla de cremas muy suaves. Y si lo tuyo es el chocolate, no lo dudes y apuesta por el coulant de dulce de leche y helado de coco. Tarda unos minutos en elaborarse pero la espera merecerá la pena.

En resumen, Casa de Fieras nos propone una cocina fresca, fácil de entender y con sabores muy potentes en un espacio muy agradable. Una interesante propuesta que refuerza la oferta gastronómica en esta zona madrileña.