Cimentados durante el Medievo para proteger las ciudades frente a los invasores y como símbolo de poder y estatus, los castillos custodian miles de historias y mucha, muchísima, historia. Lamentablemente, un buen número de los que poblaron la geografía mundial han desaparecido, pero muchos otros ha resistido invencibles al paso del tiempo e incluso algunos se ha restaurado y convertido en hoteles, permitiendo disfrutar de la experiencia única de dormir al resguardo de muros, torreones y almenas.

Conservan la magia de antaño, trasladándonos a tiempos pasados, pero disponen de los lujos y las comodidades de hoy, permitiéndonos dormir a cuerpo de rey. He aquí cinco impresionantes castillos convertidos en hoteles que te darán la oportunidad de dormir un sueño real.

Castillo del Buen Amor, Salamanca

Castillo del Buen Amor

Ubicado en la localidad de Topas, en plena naturaleza y con vistas increíbles al maravilloso campo charro, se alza esta fortaleza de estilo renacentista. Sirvió de morada a huéspedes tan insignes como Fernando II de Aragón y los Reyes Católicos, y hoy es un increíble hotel que regala la posibilidad de disfrutar una estancia de otros tiempos.

El trazado y el diseño de las habitaciones, en las que toman el protagonismo la piedra arenisca de Villamayor y la sobriedad castellana, se han adaptado al fortaleza, ofrecen todas las comodidades modernas y destilan un ambiente de lo más especial. Además, dispone de un amplio catálogo de servicios, entre los que se incluyen un cena privada en el torreón. Completa tu experiencia paseando por el laberinto vegetal o degustando sabores charros en su restaurante.

Castillo de Cardona, Barcelona

Cardona
Cardona

Desde el siglo IX, preside la localidad de Cardona, perfilando su silueta y dotándola de una estética muy regia. Aúna los estilos gótico y románico, y sus habitaciones agasajan con un ambiente muy íntimo, muchas de las cuales disponen de cama cubiertas con un dosel de madera y mobiliario medieval.

Sus enormes ventanales permiten disfrutar de vistas excepcionales al pueblo y sus ricos alrededores embellecidos por el río Cardener. Su restaurante se presenta la excusa perfecta para saborear platos locales como el bacalao con brandada o el suquet de marisco. Puedes completar la estancia visitando la torre Minyona y su bonita iglesia del siglo IX.

Castillo de Olite, Navarra

Castillo de Olite
Castillo de Olite

Olite es la poseedora de este castillo, que se perfila uno de los máximos exponentes del gótico civil navarro. Fue sede de la corte de los reyes de Navarra hasta la conquista por el Reino de Castilla y uno de los más suntuosos de Europa por la suerte de torres que lo jalonan y la ostentosa decoración interior que lucen sus muros centenarios.

Por suerte, sigue conservando ese esplendor, que le ha valido el reconocimiento de Monumento Nacional y su conversión en Parador de Turismo. Dormir en sus habitaciones y pasear por sus salones es toda una experiencia que te transportará al pasado, pues están repletos de detalles como vidrieras, arcadas y otros elementos propios del Medievo.

Castillo de Sigüenza, Guadalajara

Parador de Sigüenza
Fuente: Wikimedia/Paradores CC BY-SA 4.0

Se alza en lo alto de la preciosa villa medieval de Sigüenza que le da nombre, sobre una antigua alcazaba árabe. Fue morada de obispos, reyes, señores y cardenales, y puede presumir de ser una de las mejor conservadas del continente europeo.

Hoy es el Parador de Turismo, cuyas estancias y aposentos recrean un ambiente medieval genuino que despierta la imaginación, pues rebosan elementos de la época: camas adoseladas, muebles medievales, vigas de madera… Todo está recreado a la perfección para que puedas experimentar una estancia actual a la altura del lujo de los tiempos pasados.

Castillo de Pavone, Italia

Castillo de Pavone – Foto: Wikipedia

Para quienes quieran disfrutar de la experiencia fuera de nuestras fronteras, proponemos este castillo que custodia la localidad medieval de Pavone Canavese, en la región del Piamonte. También se le conoce como el Castello Fortunato, pues dice la leyenda que trae prosperidad, suerte y amor a quien se aloja en él.

Sus habitaciones preservan la estética y muchos elementos ornamentales propios de la Edad Media y destilan un ambiente de lo más hipnótico, que regala la posibilidad de vivir un auténtico cuento de príncipes y princesas. Sus espléndidos salones y el restaurante lucen decoración antigua, con vigas de maderas, muebles clásicos, sillas de savonarola, lienzos y porcelanas.