También conocidos como mercados de pulgas, los flea markets se han convertido en la dirección de referencia para los exploradores de tesoros, quienes saben muy bien que siempre se encuentran en los lugares más inesperados. Y es que en estos mercadillos es posible dar con todo tipo de artículos y cachivaches de antaño, de segunda mano y a precios mucho más baratos: desde un viejo disco o un mueble hasta una máquina de escribir, un teléfono o juguetes.
Pero también se perfilan una fuente de experiencias inspiradoras de consumo sostenible, por cuanto permiten dar una segunda vida a los objetos y, por lo tanto, ser respetuosos con el medio ambiente. Posiblemente, el término en voz inglesa resulta novedoso para muchos, pero no estos espacios, que están muy consolidados en numerosas ciudades de nuestra geografía. Nos vamos de compras por los cinco mejores de España.
Rastro de Madrid
El corazón del barrio de la Latina acoge cada domingo este enorme mercadillo, cuya visita es todo un clásico para los madrileños. En torno a la plaza de Cascorro, especialmente en la Ribera de Curtidores, se instalan decenas de puestos de diversa índole.
No obstante, la esencia del mercadillo y los objetos más especiales están en las calles aledañas, es decir, San Cayetano, donde se pueden adquirir obras de arte, pintura y utensilios relacionados; Arniches, que constituye un paraíso de los libros de segunda mano; y Fray Ceferino González o Rodas y la plaza del Campillo, donde hay decenas de puestos con objetos de segunda mano: cámaras de fotos, cuadros, libros, revistas…
Flea Market, Barcelona
Aunque no ha cumplido la mayoría de edad, pues abrió sus puertas en 2007, cada vez goza de más popularidad en Barcelona. Su lema “la basura de algunos es el tesoro de otros” deja bien claro cuál es su esencia. Efectivamente, reciclar y, además, a precios baratitos. Aunque, para ser exactos, no es un mercado, sino dos: Flea y Fleadonia.
El primero tiene lugar el segundo domingo de cada mes en la en la plaza Blanquerna; el segundo, el primer domingo de cada mes, en la plaza Salvador Seguí. En cualquiera de ellos es posible intercambiar o vender todo tipo de objetos y comprarlos: libros, ropa, muebles, discos, accesorios… Sin duda, un lugar en el que te dejarás llevar sin mirar el reloj.
Mercado de las Ranas, Madrid
Regresamos de nuevo a la capital, más concretamente al mítico barrio de las Letras, donde se celebra este mercadillo los primeros sábados de cada mes. Los comerciantes del barrio instalan puestos para promocionar y comercializar las mejores propuestas de sus tiendas. Hay de todo: moda vintage, obras de arte, antigüedades, libros…
Aunque también es más que probable toparse con alguna sorpresa que otra como, por ejemplo, espectáculos improvisados, obras de teatro e incluso catas. Todo vale para atraer a interesados y curiosos.
Mercado de las pulgas, León
Entre la plaza Don Gutierre y la calle Rúa, en el corazón del casco antiguo de León y muy cerca del barrio Húmedo, epicentro del tapeo y el alterne, se concentran la diversidad de puestos que conforman este mercado, que se celebra todos los sábados.
Los leoneses lo llaman el mercado de las antigüedades, porque en él se puede hallar un extenso catálogo de las mismas: viejas monedas, cintas de música, vetustos aperos de labranza, tallas, pinturas, cuadros, revistas, libros… En definitiva, un lugar de tesoros escondidos que hay que saber encontrar.
Mercat dels Encants, Barcelona
Con más de cien años de antigüedad, es el mercadillo de artículos de segunda mano más viejo de la Ciudad Condal. También es todo un referente para los amantes de lo vetusto, cuya popularidad ha ido in crescendo y, con ella, su extensión, lo que ha conllevado distintas reubicaciones. Actualmente, se encuentra en la plaza de las Glorias, y se perfila una magnífica oportunidad para encontrar todos los objetos inimaginables de antaño: monedas, sellos, libros, porcelanas, teléfonos móviles, arte…
Aunque el elemento diferenciador, pues es el único de Europa que sigue manteniendo esta práctica, es la subasta semanal de un sinfín de lotes de productos insólitos y auténticos, que, desde luego, consiguen los más madrugadores. Abre sus puertas los lunes, los miércoles, los viernes y los sábados. Pero, tal y como nos explican en su web oficial, “cada día es diferente. Y las distintas formas de visitarlo también lo hacen diferente”.
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