La ciudad-autónoma española de Melilla se localiza en el norte de África, en la frontera con Marruecos, así que si quieres viajar a este destino con un importante patrimonio histórico y artístico, solo tienes dos formas de hacerlo: el barco y el avión.
Para hacerte más sencillo preparar tu viaje, hoy te contamos cómo llegar a Melilla desde la Península, de manera que no tengas problemas a la hora de viajar a esa orilla del mar Mediterráneo del modo que mejor se ajuste a tus necesidades. ¿Te vienes?
Las opciones para viajar a Melilla
Ir a Melilla en barco
Una de las fórmulas más sencillas de ir a esta ciudad española es coger el barco Almería – Melilla, aunque también puedes embarcar en Málaga y Motril. De hecho es el medio de transporte más utilizado para ello. Resulta especialmente cómodo, ya que puedes llevar a bordo tu coche, tu tabla de surf y viajar con tu mascota sin problema, además de que los barcos disponen de amplias zonas comunes y servicio de café, bar y restaurante.
Los horarios son frecuentes, aunque varían a lo largo del año, puesto en que verano se incrementa el número de trayectos al haber una mayor demanda. En todo caso, es posible elegir entre distintas navieras para coger el ferry de Almería a Melilla, como Balearia, que dispone de tres travesías a la semana, y Transmediterránea, con ocho servicios semanales.
Si vas a Melilla en barco, disfrutarás de un agradable viaje por mar de entre seis y siete horas de duración, aunque si prefieres un trayecto más corto siempre puedes elegir el fast ferry Almería Melilla que te dejará en destino en poco más de dos horas.
Por lo que respecta al precio del trayecto, ten en cuenta que oscilará en función del servicio y la naviera, por lo que hallarás billetes de entre 58€, en butaca turista, y 225€ si reservas camarote doble en clase preferente. Para el supuesto de que efectúes la reserva online podrás localizar el que mejor te convenga en función de los horarios y de tu presupuesto.
Ir a Melilla en avión
La otra opción es ir a Melilla en avión. Encontrarás vuelos directos a diario desde ciudades como Madrid y Málaga, con trayectos con los que llegarás en poco menos de un par de horas. También hay vuelos directos desde otros aeropuertos peninsulares, como Almería y Sevilla, aunque en este caso debes tener en cuenta que hay menor oferta horaria, puesto que no son diarios. Asimismo, puedes coger vuelos con escala y estar pendiente de las distintas ofertas que van surgiendo a lo largo del año, pues las compañías suelen variar notablemente la frecuencia y horario de los trayectos aéreos a Melilla.
También tienes la opción de viajar en avión y tomar el ferry Melilla – Almería para regresar a la península, combinando así los dos medios de transporte, por lo que podrás ajustar mejor las fechas.
Cómo llegar a la ciudad de Melilla
Si vuelas hasta la ciudad, debes saber que el aeropuerto se encuentra a tres kilómetros, por lo que la única opción si no quieres caminar es subirte a un taxi. Suele haber varios disponibles y funcionan con taxímetro, por lo que no tendrás problema de encontrar uno. La tarifa del trayecto suele rondar entre los 6€ y los 9€.
El puerto, por el contrario, se localiza a solo un kilómetro del centro. De tal manera, tienes la opción de ir a pie, puesto que no tendrás problema en localizar tu hotel o el alojamiento que hayas reservado. Asimismo, puedes coger un taxi, que también son frecuentes en el puerto.
Una vez en la ciudad, puedes desplazarte por medio del transporte público, en bicicleta por los carriles bici de Melilla, en tu propio coche si lo has llevado contigo en el ferry o alquilar un vehículo. No obstante, además de la opción de la bicicleta, la otra opción más económica es ir andando a los sitios. Podrás hacerlo sin problema. Recuerda que Melilla solo tiene 12 kilómetros cuadrados.
Patronato de Turismo de Melilla
Por último, debes considerar que el Patronato de Turismo de Melilla bonifica los paquetes turísticos a la ciudad. Como consecuencia, aplica descuentos en los billetes de ida y vuelta de barco o de avión, con la única condición de que comporten alojamiento y no superen los diez días de estancia. Esta puede ser en alojamientos turísticos, pero también en el domicilio de algún residente en la ciudad. Para tener derecho a esta bonificación, tendrás que cubrir una solicitud en la que conste las personas que viajan, además de aportar la documentación requerida.
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