Situado a 12 kilómetros de Santiago de Compostela y dominando los valles del curso medio del río Ulla, el Pico Sacro es una de las montañas más veneradas de Galicia. No solo marca el final de la última etapa del Camino de Santiago siguiendo la Vía de la Plata mostrando a los peregrinos por primera vez las torres de la Catedral, sino que custodia desde hace siglos diversos mitos entre los que destaca la leyenda del dragón del Pico Sacro. Acompáñanos en este viaje legendario al concello de Boqueixón para visitar el Pico Sacro, un lugar mágico en una tierra de fantasía.
El dragón del Pico Sacro y el apóstol Santiago
“Un enorme dragón, por cuyas frecuentes incursiones se hallaban entonces desiertas las viviendas de las aldeas próximas”. Ni más ni menos que el Códice Calixtino ya recoge esta leyenda popular en la zona desde mucho tiempo atrás. Y es que en las misteriosas cuevas del Pico Sacro viviría un dragón —también denominado serpiente en otros relatos tradicionales— que aterrorizó durante siglos a los vecinos de la comarca.
Pero este dragón tenía los días contados. Dos son los relatos que narran la muerte del dragón, uno a manos de los discípulos del Apóstol Santiago y otro bajo el filo de la espada del propio apóstol.
La segunda de ellas es recogida en la obra Os Oestrimnios, os Saefes e a Ofilatría en Galiza firmada por Florentino López Cuevillas y Fermín Bouza Rey en 1929 y cuenta como el apóstol quiso cruzar el Pico Sacro pero una “gran serpiente que eclosionó tres huevos amarillos le privó del paso”.
Harto de que nadie pudiera cruzar ese paso, Santiago mató la serpiente con una espada de fuego y arrojo los huevos de los que salieron lagartijas al fondo de la cueva. “Desde entonces, esta es la razón por la que la gente arroja piedras para matarlos”.
La primera leyenda, la más popular, introduce un nuevo personaje: la mítica Reina Lupa, que, según la tradición, tendría un palacio en la cima de la montaña. El relato mítico cuenta como los discípulos de Santiago pidieron ayudan a la Reina Lupa para enterrar el cuerpo, la cual los envió en primer lugar al Promontorium Nerium, lugar del Ara Solis, topándose allí con el sacerdote del templo que los apresó.
Tras escapar, los cristianos volvieron a intentarlo con la Reina Lupa que los engañó llevándolos al Pico Sacro donde, según ella, podrían recoger bueyes y un carro para transportar más fácilmente el cuerpo a su sepulcro definitivo. Pero allí se encontraron con toros bravos… y un dragón. Justo antes de ser atrapados, los discípulos hicieron la señal de la cruz que aniquiló al dragón y amansó a los toros.
Asombrada, la Reina Lupa, vieja aliada de los romanos, se convirtió el cristianismo y ofreció un lugar para el enterramiento del apóstol: un mausoleo romano diseñado para ser la sepultura de la propia reina y que acabó convirtiéndose en el Campus Stellae, el lugar donde apareció muchos siglos más tarde la tumba con los restos de Santiago, origen de la ciudad.
Pico Sacro, un monte de leyendas
Pese a que la leyenda de Santiago y el dragón es la más famosa, el Pico Sacro es escenario de otros muchos relatos tradicionales de la siempre enjundiosa mitología gallega. Para empezar, existe el rumor —infundado según los geólogos— de que en las cuevas del Pico Sacro existió una mina de oro romana.
Según el relato del historiador romano Justino del siglo III d.C., “en los confines de Gallaecia se levanta una montaña sagrada en la que solo puede recogerse oro cuando el rayo abre el suelo”. Esta referencia se relaciona con otra leyenda que atribuye a la montaña la capacidad para detener tormentas.
También se dice que en las entrañas del Pico Sacro podrían habitar mouros galaicos, una suerte de muertos vivientes que formarían un pueblo mítico que habitaba cuevas y gauridas bajo tierra. Este relato recoge también que los mouros tendrían grandes tesoros escondidos en el Pico Sacro.
¿Y si en la cueva del Pico Sacro vivieran gigantes? La mitología gallega también señala que las profundidades de la misteriosa sima de la montaña sagrada de Boqueixón podría ser la morada de terribles guardines de hierro que “dejan hacer sus martillos de acero sobre aquel osado que intenta penetrar en aquellos misteriosos lugares” tal y como recoge Eugenio Carré en su obra sobre la provincia de A Coruña.
Tal vez ese misterioso paso abierto entre la montaña —señalado como innecesario por los vecinos debido a la relativa facilidad para coronar el pico— sea un golpe de espada ejecutado por un gigante.
Por último, al Pico Sacro también se le atribuyen poderes milagrosos. Así, según la leyenda, aquellos que padecieran una enfermedad debían depositar un trozo de pan en el lugar desde el que divisaran el pico y recitar “Pico Sagro, Pico Sagro, sáname deste mal que eu traio”. En no pocas ocasiones, los gallegos llegaron a invocar a esta montaña para liberar al pueblo de epidemias y otras catástrofes.
Pico Sacro, 600 metros de leyenda
Son tantas y tantas las historias y leyendas alrededor del Pico Sacro que aún hoy existe un cierto pálpito de que esta montaña no es como las demás. Con su forma puntiaguda, su peculiar morfología a base de cuarzo cristalizado y su ubicación a un paso de Santiago la convierten en una referencia geográfica en toda la provincia de A Coruña.
Desde antiguo, en sus inmediaciones se construyeron edificios, como el monasterio fundado por el obispo Sisnando I en el XI o el torreón medieval que protegía la entrada a Compostela desde la Ruta de la Plata. Actualmente, en la ladera se sitúa la capilla de San Sebastián, punto final de una popular romería que se celebra el 20 de enero entonando el canto “Ao San Sebastián rubamos, na cima do Pico sagro, para ver raiar o sol, nas torres de Santiago”.
Pero no solo embruja el propio pico, sino que son sus entrañas las que siguen despertando encanto entre los visitantes. Dos son las entradas que llevan a la cueva que penetra en la roca de la montaña. Y aunque existen relatos que hablan de cuevas inexpugnables de más de 500 metros de longitud, los últimos estudios señalan que la sima principal del Pico Sacro tendría un desnivel de 32 metros y un desarrollo total de 69 metros concluyendo los expertos que se trata de una estructura natural: ni una mina… ni la morada de un dragón.
De cualquier forma, el interés que siguen despertando las cuevas del interior del Pico Sacro debido a su excepcionalidad, han llevado organizar nuevas expediciones espeleológicas que seguirán a la limpieza del interior de la cueva. Tal vez en este nuevo viaje al centro del Pico Sacro, los expedicionarios se encuentren con alguna sorpresa…
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