Corfú, o Kerkyra en griego, sigue siendo aquella tierra hermosa y rica que cantó Homero, quién la convirtió en la última escala de las aventuras de Ulises antes de su ansiada llegada a Ítaca. Ya antes había sido lugar de peregrinación de los dioses griegos y desde entonces se ha convertido de forma permanente en lugar de inspiración y quimeras para artistas y escritores de todas las épocas. Las razones, como veréis a continuación, son evidentes.
Ese encanto tan particular y su privilegiada posición estratégica entre Italia, Grecia y la actual Albania, la han convertido también durante toda su historia en codiciado objeto de conquista por parte de los diferentes imperios europeos y en un importante enclave comercial. Esparta, Atenas, el imperio Romano, la Francia Napoleónica, el imperio británico o la Italia de Mussolini la ocuparon en algún momento de su historia y eso ha provocado que Corfú sea una isla marcada por influencias muy diversas y, probablemente, la isla menos griega de todas las islas.
Las islas griegas
El país griego se divide entre la zona continental, que incluye la bonita península del Peloponeso y un ramillete de archipiélagos que espolvorean islas por los diferentes mares que beben del Mediterráneo y bañan sus costas. En total, unas 6.000 islas de las que apenas un centenar se encuentran habitadas de forma permanente.
Para agruparlas, se dividen habitualmente en varios conjuntos de islas más Creta: Las islas Sarónicas, más próximas a Atenas; las Cícladas, con Santorini y Mykonos como principales embajadoras; las islas del Dodecaneso; las islas del Egeo nororiental, donde encontramos Icaria o Lesbos; la región de Eubea y las Espóradas; y finalmente las islas Jónicas, en donde se encuentra nuestra protagonista de hoy. La maravillosa y fascinante Corfú.
Qué ver en Corfú
Ciudad Vieja
La ciudad principal de la isla recibe también el nombre de Corfú y es apodada Kastropolis por su situación entre las dos fortalezas que la protegen. Nos encontramos, sin duda alguna, en una de las ciudades más bellas de toda Grecia gracias, en gran medida, a un centro histórico muy bien conservado que ha fusionado de la forma más elegante y encantadora las influencias italianas, francesas y británicas.
La ciudad vieja se encuentra ubicada en el norte de la ciudad entre la Spianada, el Palaio Frourio (la fortaleza vieja) y la Neo Frourio (la nueva fortaleza). Podemos empezar precisamente nuestra visita en este lugar para conocer esta construcción militar del Siglo XII y pasear por su muralla mientras disfrutando de las maravillosas vistas de la ciudad y del mar Jónico.
Desde ahí podemos bajar hacia el casco antiguo de la ciudad y pasear entre sus callejuelas y plazas, donde observaremos una arquitectura muy marcada por la influencia veneciana con bonitas mansiones y palacios en tonos rosas y ocres. Algunos puntos que deberemos incluir en nuestra ruta son, entre otros, el distrito de Campiello, el Palacio de San Miguel y San Jorge, la Catedral de Santiago, el Ayuntamiento o la iglesia de Agios Spyridon. Aunque, como muchas otras veces, lo más recomendado es perderse y deambular entre sus calles para contagiarse del espíritu de la isla.
Sin salir del centro, alcanzaremos la elegante calle Liston que nos trasladará en nuestra imaginación a las grandes avenidas parisinas del Barrio Latino o la Sorbona. Siguiendo este camino llegaremos a la Spianada, una animada y bonita plaza que alberga también un campo de cricket, como evidente recuerdo de la invasión británica.
Si atravesamos el parque nos encontraremos frente a la Fortaleza Vieja, otra imponente edificación defensiva construida por los venecianos. Aunque ha sufrido muchas reconstrucciones durante su historia, que le han restado bastante encanto, conserva aún algún vestigio de su etapa inicial, como su famosa torre del reloj. Es recomendable visitarlo a última hora de la tarde, cuando la entrada es gratuita, y el atardecer comienza a caer sobre la isla.
Si vamos con un poco más de tiempo, podemos detenernos en alguno de los museos que encontramos en la ciudad y que nos servirán para comprender mejor la compleja historia de esta isla. El Museo Arqueológico guarda, por ejemplo, una gran compilación de objetos encontrados en la isla como la impresionante escultura de Medusa o una amplia colección de monedas extranjeras de toda la historia. El Museo de Arte Asiático, la Galería Municipal de Arte y el Museo Bizantino albergan, por su parte, una gran variedad de colecciones privadas y públicas de objetos cotidianos, joyas y obras artísticas de los imperios chino, japonés o bizantino.
Otras visitas en la isla:
- Palacio de Mon Repos:
Cerca de la ciudad, al sur de la Fortaleza Vieja, se encuentra la bonita villa del Palacio Mon Repos. Construida para la esposa de uno de los Altos Comisionados británicos, fue lugar habitual de residencia para grandes personalidades y tras la independencia griega también se convirtió en palacio de la casa real griega. Actualmente alberga el Museo de Paleópolis, inaugurado en el año 2000 para albergar tesoros arqueológicos de las Islas Jónicas. Alrededor del palacio podemos pasear por unos bonitos jardines con vistas al mar.
- Pueblos bonitos de Corfú
Aunque la masificación del turismo ha supuesto un cambio radical en muchas de las pequeñas localidades pesqueras que llenaban la costa insular, todavía quedan algunos lugares que merecen la pena una visita. El más conocido de ellos es posiblemente Lefkimmi, en la parte meridional de la isla. Está atravesado por un canal que le dota de una personalidad muy especial y su casco antiguo está plagado de las tradicionales iglesias griegas.
En la costa Occidental encontramos el popular pueblo de Paleokastritsa, un bonito lugar costero rodeado de acantilados y pequeñas calas que miran a la montaña. Cerca podemos visitar el interesante monasterio de Moni Theotokou y siguiendo las vertiginosas curvas de esta carretera de montaña llegamos a otras visitas interesantes como la primitiva aldea de Lakones o las pintorescas villas de Doukades y Makrades, que parecen haberse detenido en el tiempo.
- Palacio de Achilleion
Este espectacular palacio fue construido para que sirviera de residencia de verano para la famosa Sissí o emperatriz Elisabeth de Austria. Fusiona el estilo neoclásico típico de la Viena del siglo XIX con algunos elementos clásicos de la arquitectura griega como las columnas de su fachada trasera o las esculturas clásicas que rodean el edificio y decoran los bonitos jardines exteriores. En la visita al palacio podemos observar más ejemplos de arte griego y algunos objetos personales que pertenecieron a esta famosa figura histórica.
Las mejores playas de Corfú
Pero, obviamente, además de historia y naturaleza, Corfú puede presumir de maravillosas playas y calas escondidas para los viajeros más intrépidos. Por desgracia, muchas de estas playas están siendo explotadas de manera muy poco sostenible y esto ha supuesto en los últimos años graves problemas de masificación y gestión de los residuos, pese a las constantes protestas de los vecinos. Esperamos que, tras la crisis del coronavirus, las autoridades se tomen en serio la protección de estos entornos y que los turistas aprendamos a ser cada vez más responsables en nuestros viajes.
Entre las más conocidas, y por tanto con más riesgo de encontrar algo masificadas, se encuentran las de Benitses o la más tranquila Boukari, al sur de la isla. Pero es probablemente en el norte de la isla donde encontramos las mejores opciones. Las playas situadas en las denominadas bahías gemelas de Porto Timoni son dos de las más bonitas de la isla y solo se puede llegar caminando o por barco, lo que las convierte en una buena opción para escapar del bullicio.
Bajando un poco, en la costa occidental, encontramos también destinos de playa muy interesantes como la cala de Agios Petros, que se encuentra muy cerca de la popular y turística playa de Agios Spiridon. Otra buena opción es la amplia playa de Agios Georgios, que dada su amplitud nos garantiza encontrar un lugar para colocar nuestra toalla. En esta costa encontraremos algunos de los mejores lugares de la isla para disfrutar de unos atardeceres mágicos que se sitúan, sin complejos, entre los más bonitos del mundo.
También al norte se sitúa la animada y bulliciosa Sidari, famosa por su “canal del amor”, una bonita estructura geológica de canales de agua y rocas que se ha convertido en un importante reclamo turístico para instagramers y curiosos llegados de todo el mundo. Un poco menos masificada, pero igualmente bella, es la playa de Loggas, muy cerca del espectacular Cabo de Drastis.
Pero a lo largo de la isla encontramos posibilidades casi infinitas: Agios Stefanos, las playas de Glyfada y Pelekas, Kavos, Kassiopi, Kouloura, Agios Gordios … Como siempre recomendamos, lo mejor es que trates de huir de las playas más conocidas y descubras tus propios rincones secretos en la isla. Solo entonces pensarás como nosotros. Hay pocos lugares en el mundo donde apetezca tanto perderse como en la fascinante isla de Corfú.
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