Entre cinco pequeñas colinas y abierta hacia el Mediterráneo por el sur, Cartagena es el emblema portuario de Costa Cálida, una ciudad de legendario pasado asociado a varios de los pueblos más relevantes de la antigüedad.
En nuestro recorrido por Cartagena seguiremos varios itinerarios para descubrir las diferentes facetas de su sensacional patrimonio cultural. Pero también tendremos tiempo de recorrer su entorno natural y acercarnos a algunas de las mejores playas del municipio cartagenero.
Cartagena, el orgullo de Región de Murcia
Cuando en el otoño del 210 a.C., Publio Cornelio Escipión El Africano recibe el encargo de volver a Hispania para enfrentarse a los cartaginenses, todavía recuerda como Asdrúbal Barca aplastó a los ejércitos dirigidos por Publio y Cneo Cornelio Escipión, padre y tío respectivamente del procónsul.
Fue en el año 227 a.C. cuando Asdrúbal funda Quart Hadast —la primitiva Cartagena— sobre un núcleo de población conocido como Mastia. Con tan solo 26 años, en la primavera del 209 a.C., El Africano dirige a los ejércitos romanos que, finalmente, expulsan a los cartaginenses: es una batalla crucial de la segunda Guerra Púnica.
Comienza así la primera época de gloria de Cartagena, cuando recibe el nombre de Carthago Nova, convirtiéndose en una de las ciudades más importantes de la Hispania romana gracias a su privilegiado emplazamiento: con acceso a diversas riquezas mineras, rodeado de colinas —como Roma, la capital imperial— y con la singular topografía de su bahía que permitía una fácil defensa.
Cartagena lo tenía todo y así se convirtió en una leyenda de la Antigüedad hasta la caída del imperio. Este esplendoroso pasado cartagenero ha de degustarse con calma siguiendo el denominado Itinerario Arqueológico que nos conduce por la zona más antigua y rica en tesoros de la ciudad.
Tras visitar el Museo Arqueológico Municipal ubicado al norte, en la calle Santiago Ramón y Cajal, para ir abriendo boca, bajamos hacia el puerto para conocer en primer lugar el Centro de interpretación Muralla Púnica, uno de cuyos tramos fue descubierto en 1989, en la ladera sur del monte de San José: es uno de los testimonios más antiguos de la ciudad, cuando aún era posesión cartaginesa.
Bajamos ahora por la calle Duque y pasamos la plaza de la Merced para visitar la Casa de la Fortuna, un imprescindible cartagenero que muestra restos de pinturas al fresco de las paredes de su comedor con nada menos que 21 siglos de historia. Muy cerca se encuentra el Augusteum, los restos del edificio religioso en el que se reunían los sacerdotes que rendían culto al emperador.
Cruzamos la Plaza San Francisco y entramos en el Museo del Foro Romano que se alza en uno de los mayores parques arqueológicos urbanos de España: muestra la historia del cerro del Molinete desde la primitiva Carthago Nova hasta la actualidad.
Bajamos de nuevo hacia el sur para conocer uno de los símbolos de la ciudad: el teatro romano, un gran edificio romano de espectáculos que se comenzó a construir a finales del siglo I a.C. Tras visitar el Museo del Teatro Romano nos acercamos al Castillo de la Concepción donde se halla el Centro de Interpretación de la Historia de Cartagena: uno de los mejores miradores de la ciudad.
Ya para finalizar esta ruta arqueológica, una visita al Museo Nacional de Arqueología Subacuática donde destaca la presencia de una recreación del mítico Mazarrón II —cuyo original está bajo las aguas del Mediterráneo—, una nave de 8.10 metros de eslora y 2.25 metros de manga que se hundió a pocas millas de la costa, frente a la playa de la Isla en el Puerto de Mazarrón.
Recientemente se ha incorporado a la colección de este magnífico museo parte del tesoro de la fragata de Nuestra Señora de las Mercedes de finales del XVIII, compuesto por más de medio millón de monedas de oro y plata y que, tras ser descubierto por una empresa de “cazatesoros” estadounidense, fue devuelto a España tras mandato judicial.
Las rutas culturales por Cartagena se completan con el itinerario barroco y neoclásico, el modernista y ecléctico, y el contemporáneo. Entre los grandes tesoros arquitectónicos de los últimos cinco siglos cartageneros destaca la preciosa Casa Maestre, ubicada en la plaza San Francisco, a un paso del Foro Romano: una vivienda inspirada en la Casa Calvet de Gaudí.
También debemos recorrer la calle Puerta de Murcia que conecta con la peatonal calle Mayor, uno de los trayectos más populares de la ciudad: el Gran Hotel, el Palacio Consistorial, Casa Cervantes y el Casino son algunos de los edificios que flanquean estas calles.
Y, por último, una mención especial para el Refugio-Museo de la Guerra Civil que recuerda el último bastión de la República a través de galerías excavadas en el interior del cerro de la Concepción que servían como refugios antiaéreos. Y no nos podemos olvidar del Museo Naval que cobija un tesoro de valor incalculable: el submarino original inventado por el cartagenero Isaac Peral y botado en Cádiz en 1888.
Entorno natural y playas de Cartagena
Una visita a Cartagena no estaría completa sin una vuelta por todo el municipio que incluye, para empezar, la propia Bahía de Cartagena, el puerto natural delimitado por la isla de Escombreras al este y el cerro de La Torrosa al oeste. Todo ello se halla protegido por una serie de castillos y baterías construidas entre los siglos XVII y XIX, testimonio de la impresionante colección de arquitectura defensiva del municipio.
Otros tres núcleos geográficos forman parte de Cartagena. Por un lado, la Sierra Minera, el “paisaje lunar” cartagenero que contó durante siglos con diversas explotaciones a cielo abierto y que conserva diversos castilletes.
Por otro lado, el Campo de Cartagena, 170.000 hectáreas de superficie que se extiende desde las sierras de Mazarrón y Carrasco hasta el litoral del Mar Menor y el Mediterráneo. Algunos de estos tesoros rurales se pueden recorrer a través de los siete senderos que ha trazado el municipio.
Y no nos podemos olvidar del Parque Regional Calblanque, Monte de Las Cenizas y Peña Águila, el espacio natural más oriental de la Región de Murcia, ubicado al sur de la Manga del Mar Menor, tradicional destino vacacional cuya parte sur pertenece al municipio de Cartagena, mientras que el norte es de San Javier.
Y es que las playas también son una constante en el litoral cartagenero. Especialmente popular es Cala Cortina, ubicada entre el Puerto de Cartagena y el Puerto de Escombreras, un arenal con forma de concha y aguas tranquilas que es uno de los rincones más fotogénicos del municipio. Sin olvidar, por supuesto, Calblanque, varias de cuyas playas están entre las más veneradas de toda la Costa Cálida.
Terminamos nuestra ruta por los alrededores de la ciudad de Cartagena, al oeste, pasando el Cabo Tiñoso, donde se ubica el Espacio Natural de la Sierra de la Muela, Cabo Tiñoso y Roldán, una formación montañosa con una altura máxima de 550 metros.
Es este entorno el más salvaje y solitario de la costa cartagenera, donde también apreciamos algunos de esos puestos defensivos litorales como la Torre de Santa Elena o la Batería de Castillitos.
Y qué decir de las playas de la zona, como la de La Azohía o la de Isla Plana, dos preciosas postales mediterráneas. Y en el extremo oriental, el tómbolo denominado El Mojón que separa los términos municipales de Cartagena y Mazarrón, nuestra última visita en este itinerario por buena parte del municipio cartagenero.
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