Hace algo más de un año visitábamos el Desierto de Gorafe y ahora es turno de descubrir un territorio vecino que representa otro tesoro natural de la inagotable provincia de Granada. Se trata del Altiplano, una subregión formada por las comarcas de Baza y Huéscar, al noreste de la provincia.
En el Altiplano de Granada encontraremos un sinfín de rincones de alto valor paisajístico, cultural e histórico, desde el Cerro de Jabalcón y las Cárcavas del Negratín en Baza, hasta las secuoyas o la Cerrada del Río Castril en Huéscar, sin olvidarnos de los municipios que forman parte de ambas comarcas.
El Altiplano, un mosaico natural y cultural en Granada
Son tantos los lugares visitables en esta subregión andaluza que necesitarás varios días para completar un panorama suficientemente completo de la misma. Pero antes de ponernos en ruta, una introducción acerca de lo que nos vamos a encontrar desde un punto de vista geográfico y geológico.
Un altiplano es una meseta de gran extensión situada a gran altura. Y eso es exactamente este territorio granadino, pese a no poder compararse en altura, por supuesto, con el Altiplano andino cuya altura media supera los 3500 metros.
El de Granada se encuentra entre los 700 y 1000 metros por encima del nivel del mar, rodeado de sierras en todas direcciones: la de Castril y de la Sagra al norte, la de Baza al sur, la de Orce al este. Solo el propio Desierto de Gorafe da un respiro por el oeste entre tanta sierra, una suerte de continuación del Altiplano, todo ello formando parte del Geoparque de Granada.
Los geólogos apuntan a que hace unos diez millones de años, el Altiplano formaba una gran ensenada que conectaba el Atlántico con el Mediterráneo, pero la formación de Sierra Nevada elevó el terreno formándose un lago interior que, con el tiempo, se secó: por eso el Altiplano está formado por sedimentos oceánicos cementados de forma natural y dispuestos horizontalmente.
Esta evolución geológica, pasando de un ambiente húmedo a seco a lo largo de miles de años, es la principal responsable del mosaico natural que encontramos en el Altiplano, desde cárcavas a badlands, pasando por fallas, gargantas, cañones fluviales, además de bosques, ramblas y vegas, una mezcla de colores naturales que deslumbra, pasando del blanco reluciente de algunas cárcavas al verde vibrante de los bosques.
Pero también es un mosaico cultural puesto que aquí se documentan los primeros pobladores de Europa hace casi un millón y medio de años compartiendo hogar con tigres dientes de sable, hipopótamos, mamuts y hienas gigantes. ¡Todos ellos conviviendo juntos en esta tierra!
Recorriendo el Altiplano de Granada
Teniendo en cuenta que esta subregión andaluza suma más de 3500 km2 y 14 extensos municipios ubicados en dos comarcas, hacer un recorrido completo del Altiplano requiere de un mínimo de organización y varios días, aunque siempre puedes hacer una criba y quedarte con lo que más te interese. Nosotros comenzamos nuestra ruta en Cuevas del Campo, cerca de la frontera con Jaén.
La comarca de Baza
A media hora al norte de Gor llegamos a Cuevas del Campo, puerta al Altiplano desde el oeste, una localidad en la que visitar en primer lugar uno de los grandes tesoros etnográficos de este territorio, que también vimos en Gorafe: las casas cueva.
Aquellos antiguos refugios construidos por los agricultores para protegerse de las inclemencias del tiempo mientras recogían las cosechas, un testimonio del ingenio humano para adaptarse al territorio: los primeros altiplaneros no necesitaban calefacción ni aire acondicionado, estas casas cueva son unas suerte de viviendas bioclimáticas que mantienen la temperatura constante en torno a 20° C.
Y aunque todavía quedan meses para Semana Santa, recordaos que esta localidad es también famosa por su Semana Santa Viviente, transformando durante días el pueblo en la antigua Jerusalén, ahora que esta, tristemente, vuelve a ser foco de tensión bélica.
Con todo, el mayor atractivo para la mayoría de los viajeros que pasan por Cuevas de Campo es su entorno natural, empezando por las badlands que se extienden al este del pueblo y por el embalse del Negratín, uno de los enclaves paisajísticos más relevantes del Altiplano.
Este embalse de más de 2000 hectáreas sobre el cauce del río Guadiana Menor y que recibe las aguas de la mayoría de los ríos altiplaneros es el cuarto más grande de Andalucía, siendo terminado en 1984.
Desde Cuevas del Campo toma en dirección sur la A-315 y pásate por el mirador del Negratín, donde unos paneles explicativos del Geoparque de Granada te informan sobre la formación de las badlands del entorno, un entorno que luce espectacular desde el mirador: el azul de las aguas y del cielo y el ocre que domina el altiplano harán las delicias de los fotógrafos.
Pero en el embalse del Negratín se puede mirar… y tocar, al menos si el tiempo lo permite. Ponemos rumbo al sur, rodeando el embalse para acercarnos a la playa de Freila. Aunque el restaurante de la zona ya no está operativo, nada nos impide darnos un baño. Además, tienes un camping con su propio bar, además de un alojamiento rural a un paso. Pero nosotros ponemos rumbo a Freila, segundo pueblo de nuestra ruta por la comarca de Baza.
Las ruinas del castillo y la Torre del Maruq nos recuerdan que Granada fue, durante muchos siglos, territorio andalusí, mientras que muchas casas tradicionales del pueblo nos permiten hacer un paseo interpretativo del troglotidismo altiplanero: más de un 80% de las viviendas de Freila son casas cueva.
A diez minutos al este, llegamos a Zújar, localidad protegida por el cerro Jabalcón, uno de los emblemas del Altiplano: un aislado monte en mitad de la Hoya de Baza que roza los 1500 metros de altura. Teniendo en cuenta que tiene una composición geológica distinta de su entorno se considera que esta mole caliza dolomitizada es una desgajo de la vecina Sierra de Baza.
Sube a la ermita de la Virgen de la Cabeza donde tendrás otra perspectiva del pueblo de Zújar y el embalse, lugar de peregrinaje de los vecinos del pueblo desde hace más de 400 años, que tiene lugar el último domingo de abril. El cerro también es la meca de varios deportes aéreos como el ala delta o el parapente, además de lugar habitual de escalada y bicicleta de montaña.
Baza y alrededores
Es hora de visitar Baza, con mucho, la localidad más poblada del Altiplano: solo ella tiene más habitantes que toda la vecina comarca de Huéscar: 20.000. Y aunque hay mucho que hacer en Baza y su entorno, debemos empezar refiriéndonos a la Dama de Baza, uno de los grandes tesoros de la historia arqueológica española, una escultura íbera en piedra caliza y policromada de más de 2,50 metros de alto que fue encontrada en la necrópolis de Basti en 1971. Actualmente está expuesta en el Arqueológico de Madrid.
Pero en Baza también podemos visitar su propio Museo Arqueológico que alberga una copia y nos cuenta la historia de esta obra maestra íbera del IV a.C. Al norte del pueblo no podemos perdernos el Centro de Interpretación de Yacimientos Arqueológicos (CIYA), así como los propios restos de la ciudad iberorromana de Basti que, debido a su importancia, llegó a dar nombre a todo el territorio y a sus habitantes: la Bastetania.
La herencia árabe tampoco pasa desapercibida en Baza, con espacios como la Muralla de La Alcazaba, los baños o el castillo de Benzalema, mientras que la herencia cristiana se manifiesta con diversas iglesias, entre las que destaca la de Nuestra Señora Santa María de la Encarnación, que posee rango de concatedral de la diócesis de Guadix-Baza.
Si vas bien de tiempo, merece mucho la pena bajar hacia el sur, pasar por Caniles, visitar más casas cueva y acercarse al Centro de Visitantes y Micológico de la localidad, puerta de entrada al Parque Natural Sierra de Baza.
Y es que por algo el Altiplano es un mosaico natural: tan pronto el ambiente es árido y lunar como descubrimos un vergel boscoso, nada menos que 50.000 hectáreas de parque entre Gor, Valle del Zalabí, Dólar y los propios municipios de Baza y Caniles. Para los que disfruten de la MTB, puedes embarcarte en esta ruta de 50 kilómetros que te lleva al mirador de Barea, las mejores vistas de la Sierra de Baza.
De Cúllar a Cortes de Baza
Nuestro último tramo en esta ruta por la comarca de Baza nos lleva primero a Cúllar, a 20 minutos al este de la capital de la comarca siguiendo la A-92N. Pasamos pequeños pueblos como Salazar, Cantarranas, Curcal o Venta del Peral por una de las zonas más áridas de todo el Altiplano, un paraíso para aquellos que disfrutan con esta clase de paisajes lunares.
Pero en el entorno de Cúllar, el ambiente ya cambia un poco gracias al río homónimo que, como el resto de los que surcan el Altiplano, llevan sus aguas hacia la zona del embalse del Negratín. En Cúllar también tenemos una bonita ermita de la Virgen de la Cabeza al sur del pueblo y una popular fiesta de Moros y Cristianos.
Una popular ruta desde Cúllar nos lleva al otro lado de la frontera con Almería para visitar la zona de los Vélez, pero nosotros regresamos al oeste para visitar primero Benamaurel, siguiendo el curso del Cúllar por la GR-9108 donde se encuentran las Hafas de la Moralea y el Barrio Troglodita de Alhanda, cuevas habitadas en época almohade, para después llegar a Cortes de Baza, donde se ubican las ruinas de la Torre de la Cañada de época nazarí.
La comarca de Huéscar
A media hora al norte de Cortes de Baza nos adentramos ya en la comarca septentrional del Altiplano visitando Castril, en la ribera del río homónimo que forma al norte del pueblo el embalse de El Portillo.
Pero antes de la naturaleza, que hay mucha en el entorno de Castril, una visita al castillo que se ubica en La Peña, considerado Monumento Natural y protegido por su gran valor paisajístico y cultural: uno de los ocho monumentos naturales de toda la provincia de Granada. Al bajar de La Peña no te olvides de dar una vuelta por el casco histórico de Castril donde no faltan callejuelas de aroma medieval.
Al sur del pueblo, tampoco puedes perderte uno de los senderos más populares de todo el Altiplano, el de la Cerrada del río Castril, de apenas dos kilómetros recorriendo una pasarela de madera sobre el cauce del río: una gozada para todo tipo de senderistas.
Pero si quieres algo más ambicioso, pásate por el Centro de Visitantes del Parque Natural de la Sierra de Castril y haz acopio de material para recorrer el otro parque natural del Altiplano granadino.
Tres puntos a destacar especialmente en este parque: por un lado, el nacimiento del río Castril, por otro, el mirador Peñón del Toro que se puede alcanzar desde diferentes senderos, y, finalmente, las Secuoyas de la Finca de la Losa, uno de los pocos bosques de secuoyas en la península. Son muchas menos que las del Monte Cabezón en Cantabria (unas 30) pero alguna de ellas superan los 50 metros de altura y los 7 metros de diámetro: desde luego no son acebos…
Ya que hemos llegado hasta las secuoyas continuamos en plena naturaleza para visitar el entorno de Puebla de Don Fadrique donde se encuentra la Sierra de la Sagra, además de la Sierra de Montilla y la de Jurena, todas ellas en torno al río Huéscar. Ya en la frontera con Albacete, Murcia y Almería, Puebla de Don Fadrique es un municipio cuya singular historia se puede conocer en el Museo Etnográfico del pueblo.
De vuelta al sur pasamos por La Piedra del Letrero, un abrigo rocoso también conocido como Los Letreros de los Mártires donde se encuentran las únicas pinturas rupestres conservadas del Altiplano.
A poco más de 20 minutos de Puebla llegamos a Huéscar, capital comarcal y localidad más poblada del norte del Altiplano donde destaca un monumento religioso, quizás el más bello de esta tipología en esta subregión andaluza: la Colegiata de Santa María la Mayor, un templo gótico-renacentista diseñado por Diego de Siloé, responsable principal de la catedral de Granada o de la escalera dorada de la Catedral de Burgos, todo un símbolo del peculiar renacimiento español.
Así mismo resulta muy curiosa la visita al Centro de Interpretación del Cordero Segureño, la raza española de ganado ovino adaptada a la vida en la Sierras de Segura y la Sagra. Y si echas un poco de menos el arte más actual, pásate por la colección de José de Huéscar y Garvi, dibujante de cómic que hizo carrera en Francia, como tantos otros artistas españoles del noveno arte hace décadas.
De Castilléjar a Orce
Y vamos finalizando nuestra ruta por la comarca de Huéscar con nuestras tres últimas paradas. Primero pasamos por Castilléjar que es un buen campo base para la visita de las badlands del Guardal y donde también destacan las Cuevas de la Morería, una nueva muestra de estos refugios excavados en la roca y que cumplían una función tanto defensiva como residencial y que se vinculan a las Hafas de la Moralea de Benamaurel.
Interesante es también la visita al Ecomuseo del pueblo donde podemos conocer la historia del esparto, que vuelve a estar de moda después de años de mirarlo por encima del hombro como si fuera “demasiado rural”.
A 15 minutos al este de Castilléjar, pasamos por Galera, otro magnífico ejemplo de la historia de la presencia humana en este entorno. El Yacimiento Argárico así como el Yacimiento Íbero de la Necrópolis de Tútugi nos ofrecen un panorama de aquella época prerromana.
Y a diez minutos al este de Galera finalizamos este periplo altiplanero en la bonita localidad de Orce que custodia tesoros de todo tipo. Desde el venerado Manantial de Fuencaliente, un regalo de la naturaleza en los veranos más ardientes, hasta el célebre Museo de Prehistoria y Paleontología, sin olvidarnos del Castillo de las Siete Torres, una muralla de siete torres de época nazarí.
Mapa del Altiplano de Granada
La Senda de los Primeros Pobladores
Pero antes de dejar al Altiplano, una última propuesta para los fanáticos del senderismo. Ya que estamos en Orce merece la pena recordar al denominado Hombre de Orce, un controvertido descubrimiento de hace 40 años en el Yacimiento de Venta Micena. Se trata de un fósil óseo atribuido por algunos especialistas a un homínido que podría tener entre 1 y 1,6 millones de años de antigüedad.
Si esto fuera cierto y, efectivamente el fragmento de cráneo de Orce es de homínido —otros estudios señalan que se trata del resto de un rumiante, un asno o un cabello—, estaríamos hablando de los primeros hombres de Europa, algo en lo que ahondó el descubrimiento de un diente de leche datado hace 1,4 millones de años. Todo ello entraría en “conflicto” con otros yacimientos como el de Atapuerca, que serían los restos de seres humanos más antiguos de la península ibérica.
Sea como fuere, nosotros no hemos venido a discutir, sino a caminar, y eso es lo que haremos recorriendo los 143 kilómetros de la Ruta Primeros Pobladores, un sendero circular que se puede hacer en seis días (o 20 si lo tomas con calma) y que está considerado una de las rutas de trekking más interesantes de Europa por su alto valor paisajístico y cultural, pero también una de las más duras y exigentes. Y es desde la propia Orce donde oficialmente arranca esta ruta que recorre los pueblos de Galera, Castillejar, Castril, Puebla de Don Fadrique y Huéscar, un panorama completo del norte del Altiplano.
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