Los viajes en tren tienen un punto nostálgico que nunca encontraremos en un avión o en un coche. Es un medio de transporte amable y confidente, con una atmósfera auténtica que lo convierte en un entorno ideal para rememorar el pasado. Y así es como se presenta una nueva temporada del Tren de la Fresa, un recorrido histórico y lúdico que transcurre entre Madrid y Aranjuez y que rememora el trayecto del primer ferrocarril de la Comunidad de Madrid, construido en 1851, en época de Isabel II, para unir la capital con el Palacio Real de Aranjuez.
Aunque el inicio de la temporada se ha visto aplazado con motivo de la crisis del coronavirus, ya hay fecha prevista para su vuelta en Septiembre. Se trata de una iniciativa en la que colaboran Renfe, el Ayuntamiento de Aranjuez, el organismo Patrimonio Nacional así como la propia Comunidad de Madrid. ¿Y cuál es el objetivo del Tren de la Fresa? Ofrecer a los pasajeros una experiencia divertida y didáctica para conocer un periodo de la historia de España a bordo de un tren de época.
¿Cómo surge el ‘Tren de la Fresa’?
Año 1848. La industrialización en España no avanza al mismo ritmo que en otros países de su entorno, especialmente Reino Unido, cuna de la denominada Revolución Industrial, de forma que en nuestro país ni siquiera cabe hablar de ‘revolución’. No obstante, a mediados de siglo XIX se hace patente la necesidad de construir un ferrocarril siguiendo los ejemplos de otros estados europeos.
Se trata de comunicar puntos de gran densidad industrial para favorecer el desarrollo del tejido económico peninsular. Es así como en Cataluña surge la célebre línea Barcelona-Mataró —todavía hoy en uso— con casi 30 kilómetros de recorrido.
Unos años antes, en Madrid, se había erigido la Sociedad del Ferrocarril de Madrid a Aranjuez bajo el patrocinio del célebre Marqués de Salamanca —que dio nombre al barrio madrileño— con el objetivo de conectar la capital con Aranjuez. Aunque uno de los propósitos de esta línea de ferrocarril era satisfacer a la Corona —que había cedido terrenos propios para construir la estación en la localidad madrileña—, el objetivo final de este proyecto era dar el primer paso para conectar Madrid con el sur y el Levante peninsular.
Las obras tuvieron que soportar algunas dificultades técnicas, como el hecho de tener que salvar algunos accidentes geográficos para lo que se construyeron dos puentes, uno sobre el Tajo y otro sobre el Jarama, además de algunos sobrecostes presupuestarios. Pero, finalmente, el 9 de febrero de 1851 el Tren Madrid-Aranjuez se inauguraba en un evento multitudinario que contó con mil invitados… y la reina Isabel II, por supuesto.
El tren que recorría aquella línea era una locomotora de vapor con vagones de madera y que, además de transportar pasajeros, permitía transportar productos de la huerta, entre otros, con una rapidez no conocida hasta ahora. Y entre esas mercancías que iban de Madrid a Aranjuez, y viceversa, la fresa se convirtió en uno de los más habituales. De ahí el nombre que adoptaría con el tiempo: el Tren de la Fresa.
Fresas con nata a bordo de un tren con historia
Tal vez el asiento de madera no sea el más cómodo del mundo, pero es una forma de acercarse a la realidad de aquellos viajes que se comenzaron a desarrollar hace 170 años en Madrid.
El actual Tren de la Fresa está formado principalmente por dos coches Costa, un tipo de vagón construido en 1920 con caja de madera, además de un coche de departamentos de la serie 5000, de los primeros metálicos que Renfe puso en circulación en los años 40 del siglo XX, a los que hay que añadir dos furgones de 1960: un J-2 y un DV. En suma, un tren que compendia varios momentos de la rica historia del ferrocarril español del último siglo.
¿Y qué podemos vivir en el Tren de la Fresa? Renfe ofrece hasta cuatro itinerarios diferentes, además de varios eventos especiales. La primera ruta se denomina Fresas con nata, un recorrido que parte a las 10 de la mañana desde el Museo del Ferrocarril y que incluye viaje en tren turístico por el casco antiguo y el Jardín del Príncipe de Aranjuez además de una visita guiada por el Jardín del Parterre y el Jardín de la Isla.
En la Ruta Fresas del Tajo se añade un recorrido en barco turístico por el río Tajo. La ruta 3 denominada Fresas Reales añade una visita guiada al Palacio Real de Aranjuez además de una visita guiada al Museo de Falúas Reales. Y, por último, una nueva ruta que se estrena este 2020: Fresas A Escena. Los pasajeros de este itinerario viajarán en dos coches restaurante que representan el lujo de los años 20 incluyendo una visita al Teatro Real Carlos III y una representación del Motín de Aranjuez.
En todos los trayectos los pasajeros recibirán la visita especial de personajes ataviados con vestidos de época que, portando cestas de fresas, irán convidando a todo el mundo a degustar este delicioso fruto típico de Aranjuez… ¡que para algo es el Tren de la Fresa!
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