Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986 y Reserva de la Biosfera en 2012, Garajonay es el quinto parque nacional más visitado de España tras El Teide, Guadarrama, Picos de Europa y Timanfaya.
Más de 800.000 personas se rinden cada año a uno de los espacios naturales más exuberantes de España, un oasis brumoso de un verdor apabullante que ofrece al viajero algunos de los senderos más atractivos de las Canarias. Ponte tu calzado más cómodo y prepara la cámara porque nos vamos a conocer el parque nacional de Garajonay, el bosque encantado de La Gomera.
Garajonay, un oasis verde y niebla en La Gomera
Para los aborígenes gomeros que habitaban la isla antes de la llegada de los europeos en el siglo XV, el entorno natural de Garajonay ya era un lugar sagrado que también cumplía un importante papel económico.
A aquel misterioso lugar siempre cubierto de niebla acudían los gomeritas para rendir culto a sus divinidades. Lo más cercano que podían estar del celeste dios Orahan era el alto de Garajonay donde se han encontrado restos arqueológicos vinculados a la celebración de rituales. Pero además de orar, había que comer, y Garajonay ofrecía a los gomeros madera para levantar casas y fabricar muebles, leña y carbón, además de pastos para los rebaños de cabras y ovejas.
Es muy probable que aquellos primeros pobladores que frecuentaban los montes gomeros no fueran conscientes de lo singular de Garajonay: uno de los últimos bosques de laurisilva del Mediterráneo, aquellos que, hace millones de años, dominaban Europa occidental.
Pero los cambios climáticos fueron cambiando para siempre el panorama natural del Mediterráneo, mientras Garajonay permanecía, allá en el sur, imperturbable. ¿Y por qué se ha mantenido poco alterado durante tanto tiempo el bosque encantado gomero? Por su singular microclima, por esa misteriosa niebla permanente que cubre el centro geográfico de La Gomera.
Pese al clima mediterráneo que domina la isla, como sucede en el resto de las Canarias, en La Gomera, la línea de cumbres que oscila entre los 800 y los 1.500 metros de altitud no es obstáculo para que la capa nubosa de alisios desborde hacia la vertiente sur, envolviendo completamente la zona alta de la isla. Además, con la altitud, aumenta la pluviometría: “es como si las montañas atrapasen las lluvias”.
Así, La Gomera, con su relieve abrupto y su variedad de paisajes, también presenta una notable variedad climática oscilando las precipitaciones entre los menos de 200 mm anuales en las áridas costas sureñas a los 900 mm de las cumbres.
Y es aquí, en la zona central y más alta de La Gomera, donde se mantiene el “bosque esponja” de laurisilva, que atrapa la “lluvia horizontal” de la isla: la baja insolación y el ambiente húmedo reduce la desecación de la vegetación en los periodos sin lluvia proporcionando aportes suplementarios de agua: hasta 125 litros por metro cuadrado anuales para el conjunto del bosque.
Así es el bosque esponja de Garajonay que retiene, almacena y suministra la mayor parte de los recursos hídricos de la isla y alimenta una notable red de cursos de agua permanentes: un hecho insólito en las Canarias donde las corrientes de agua han desaparecido prácticamente por las captaciones y el intenso aprovechamiento hídrico.
Así, el popularmente conocido como “monteverde” canario, está formado por laurisilva y fayal-brezal, siendo el primer término el apropiado para los bosques bien conservados con árboles de hoja de tipo laurel de los enclaves umbrosos y húmedos y el segundo para las formaciones con elevada presencia de brezos, espacios más secos y fríos, con peores suelos, en su mayoría como resultado de la explotación humana.
Recorriendo el bosque de Garajonay
El monteverde canario cubre el 85% de las casi 4000 hectáreas que conforman el parque nacional de Garajonay conviviendo 20 especies arbóreas como el viñátigo, el laurel, el tilo, el tejo, el brezo o el propio laurel. Pero, además, en tu recorrido por el parque encontrarás helechos, musgos, líquenes, trepadoras y multitud de arbustos: una suerte de selva brumosa que fascina al viajero más despistado, aquel que asocia las Canarias con un paisaje mucho más árido.
Por eso, lo más pertinente es acudir al Centro de Visitantes de Garajonay antes de adentrarte en el bosque. Este se ubica en un lugar conocido como Juego de Bolas, en La Palmita, en el término municipal de Agulo, al norte de la isla. Aquí encontrarás toda la información necesaria para tus rutas por el parque, además de una tienda que ofrece productos tradicionales de la isla y un museo etnográfico que aborda su cultura tradicional.
Al lado del centro de visitantes se ubica el primero de los muchos miradores que abundan en Garajonay. Destacan, al norte, el mirador del Lomo del Dinero, el de Vallehermoso y el de Piedras Hincadas, y, al sur, Los Roques, Tajaqué, El Rejo o El Bailadero. Entre ellos, Los Roques ofrece un panorama del impresionante conjunto de pitones volcánicos de la isla, mientras que el del Lomo del Dinero te permite disfrutar del bosque de laurisilva en todo su esplendor.
Si prefieres tomarte con calma la visita a Garajonay, existe un lugar de acampada conocido como La Vista en el Caserío del Cedro, a dos kilómetros al norte de la Ermita de Lourdes. Además, tiene varias áreas recreativas en el interior del parque, destacando la Laguna Grande, en el centro geográfico del parque, que cuenta con restaurante y aparcamiento, además de un centro de información.
Pero la mejor forma de conocer Garajonay, por supuesto, es a través de uno de los 18 senderos que recorren el parque. Con tantas opciones para elegir, a buen seguro encontrarás uno que se adapte a tus necesidades.
Entre los ocho senderos lineales, por ejemplo, tenemos uno muy sencillo de menos de un kilómetro que conduce desde la zona del cedro a la referida ermita de Lourdes por una bonita zona de laurisilva madura de mucho desarrollo, espacio por el que transcurre el riachuelo del Cedro que da nombre a la zona, siendo el más caudaloso del parque.
Por su parte, el sendero Agando – La Laja – Agando es el más exigente entre los lineales, con sus casi 6 kilómetros y en torno a 3 horas de caminata que recorren parte de la zona afectada por el terrible incendio de agosto de 2012 que devastó más de 700 hectáreas del parque: aquí verás la zona de los Roques, probablemente el conjunto de pitones volcánicos más monumental de Canarias.
Pero el sendero de los senderos es el circular Pajarito – El Cedro – Tajaqué – Pajarito con sus casi 13 kilómetros de recorrido en torno a 7 horas. También se le conoce como Gran Ruta Circular 18. Arranca y finaliza en Pajarito donde hay una parada de autobús y un parking para coches y conduce, entre otros lugares del parque, al propio alto de Garajonay que, con sus casi 1.500 metros de altura, es la cima del bosque: desde aquí tienes impresionantes vistas de toda la isla, además de la vecina Tenerife con su majestuosa cumbre del Teide en el horizonte.
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