Jávea es uno de los lugares del litoral alicantino donde parece vivirse en un verano continuo. Es cierto que durante los meses del estío, la afluencia de visitantes a este rincón de la Costa Blanca es máxima. Pero la verdad es que cualquier época del año es buena para acercarse hasta este lugar a orillas del Mediterráneo, incluso durante su suave invierno.
Disfrutar de sus playas más accesibles y de sus calas más remotas, de la sierra que envuelve al núcleo antiguo, del encanto de esas calles de aroma marítimo, o de la gastronomía esencialmente mediterránea son los grandes reclamos de Jávea. De todo eso y de alguna cosa más os queremos hablar a continuación.
Dónde está Jávea
Por el propio título de este artículo, ya sabéis que Jávea se halla en la Costa Blanca, o sea, en la provincia de Alicante. Concretamente entre localidades tan atractivas y turísticas como Moraira y Denia. Si hablamos en kilómetros, la población se halla a 85 km. de la capital de provincia, y a 110 de la capital de la comunidad autónoma, Valencia. Atención porque si se viaja por carretera hasta ahí, en la señalización aparece tanto con el nombre castellano: Jávea, como con su topónimo en valenciano: Xabia.
Por cierto, la carretera es la forma más habitual de llegar a Jávea, aunque también se puede llegar por mar, ya que suele haber conexiones con la localidad de Denia, al norte. Y hay que tener en cuenta que a Denia llegan las líneas de ferrocarril de la Generalitat de Valencia desde Alicante, así como hay un servicio de ferrys con las islas Baleares, especialmente con Ibiza.
El encanto del pueblo de Jávea
Una vez que sabemos cómo llegar a Jávea, ya podemos empezar a hablar de todas esas cosas que invitan a visitar el lugar. Queda claro que el principal motivo para acercarse hasta este pueblo es disfrutar, más bien gozar, de sus playas, muchas de ellas catalogadas entre las mejores de la Costa Blanca. Y eso es mucho decir, pero de ello hablaremos más adelante. Ahora queremos descubriros los encantos de su núcleo habitado, que a veces pasan desapercibidos.
De todo su patrimonio, sin duda, lo más destacado es su iglesia de San Bartolomé, que llama la atención por su innegable aspecto de fortaleza. Se trata de un edificio del siglo XVI, aunque ya hubo aquí antes una iglesia. Lo que es posterior es el edificio que tiene al lado, y que no es otro que el monumental Ayuntamiento de Jávea.
No acaban aquí los lugares dignos de visita. También queremos hablar del mercado de Abastos, un sitio imprescindible para tomarle el pulso a la localidad. Y también para conocer de primera mano los ingredientes de la gastronomía valenciana, de la que todos conocemos su paella, pero para ser justo hay que decir que tienen muchísimos otros platos rebosantes de sabor y calidad.
Hay más lugares dignos de mención como la casona burguesa de Ca Lambert, o las ermitas del Santo Cristo del Calvario y Santa Lucía, por no hablar del Convento de las Agustinas Descalzas o los restos de la muralla medieval. Pero ya sabemos que estáis esperando que hablemos de sus calas y playas, así que a eso nos vamos a dedicar en los siguientes párrafos.
Las playas de Jávea
Comenzamos citando a la playa más grande de todas. La del Arenal. La cual también es una de las más animadas, ya que está rodeada por un buen número de locales, y también por un elegante Parador Nacional. Esta playa es la única de arena del municipio, ya que el resto de calas de este litoral son de grava y rocas. De manera que se hace imprescindible llevar el calzado oportuno, para evitar accidentes. Así como no debe faltar nunca una botella de agua para hidratarse y la crema solar.
Entre todo el repertorio de calas de Jávea, sin duda alguna la más famosa y fotogénica es la de Granadella. El lugar es idílico par darse un baño en aguas azul turquesa. Eso sí, su fama hace que en la temporada alta esté atestada de bañistas. Y algo similar ocurre es la hermosa Cala Portitxol, también conocida como Barraca, denominación de las típicas casetas de pescadores en la zona.
La lista de playas y calas en Jávea continua con Cala Ambolo, que a veces se cierra dado los desprendimientos de piedras. También está Cala Tangó, la Sardinera o Cala Blanca, todas ellas más tranquilas que las anteriores. Al igual que ocurre en la Cala El Francés. Muy pequeña, pero con un encanto gigantesco.
Más cosas que ver en Jávea
Disfrutar de todas esas zonas de baño es maravilloso, pero ya que hemos viajado hasta este rincón de la Costa Blanca, os recomendamos conocerlo tan en profundidad como sea posible. Por ejemplo si hay tiempo, ¿por qué no darse un paseo por los senderos del Parque Natural del Montgó, cuyas laderas parecen proteger las espaldas de Jávea?
O si se prefiere es interesante darse un paseo hasta las ruinas del Castillo de la Granadella, y desde ahí tener una increíble perspectiva de la costa, especialmente del Cabo de la Nao, que es un accidente geográfico de primer orden en el perfil mediterráneo de la Península Ibérica.
También se pueden visitar los Muntanyars, que son dunas fósiles que se convirtieron en canteras de piedra. O es posible ver los Molinos de la Plana, que se remontan al siglo XVIII, una auténtica joya del patrimonio antropológico de Alicante. En definitiva, que sea la fecha que sea, siempre es interesante hacer una escapada a Jávea, una maravilla de la Costa Blanca.
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