Tengo que empezar confesando un pecado: La primera vez que tuve ocasión de ver la Gruta de las Maravillas la ignoré y pasé de largo. Había estado de viaje por la costa de Huelva y en mi camino de vuelta a Madrid, tras una parada para conocer las minas de Riotinto, Aracena se presentaba como una opción ideal para parar a comer y dar un agradable paseo por esta encantadora localidad andaluza.
Me habían recomendado en alguna ocasión visitar la Gruta de las Maravillas, pero en mi cabeza me había imaginado un pequeño lugar sin demasiado interés, habilitado especialmente para los turistas en mitad de Aracena. Para ser sinceros, el exuberante nombre de Gruta las Maravillas no ayuda mucho y te recuerda más a una atracción de feria que a un fenómeno geológico. Así que, tristemente, la primera vez que estuve en Aracena – y en un acto de vanidosa ignorancia- decidí que no merecía la pena perder un par de horas de mi vida visitando la famosa gruta.
Por suerte, la vida suele dar segundas oportunidades. Un tiempo después fui invitado a conocer la Sierra de Aracena -gracias a la fabulosa labor en promoción turística que realiza el Hotel Convento Aracena– y en colaboración con el Ayuntamiento me organizaron una visita guiada. Así fue cómo, sin demasiadas expectativas, me adentré en esta cueva y pude descubrir de la mano de Rocío, una de sus entusiastas guías oficiales, que el nombre de Gruta de las Maravillas quizás no era tan exagerado, después de todo.
Historia de la Gruta de las Maravillas
La estructura, en la que se suceden las diferentes cuevas que forman parte de La Gruta de las Maravillas, es una cavidad freática que se ha ido generando en los últimos 500 millones de años por la acción erosiva de las aguas que se filtran entre sus rocas calizas. Estos fenómenos naturales fueron consolidando una serie de túneles y galerías con todo tipo de formaciones kársticas: estalactitas, aragonitos, coraloides, gours, estalagmitas o preciosos lagos subterráneos. En total más de 2.230 metros de conductos, de los cuales son visitables cerca de 1.500 metros.
Curiosamente, aunque esta gigantesca cueva se encuentra bajo la colina que ocupa el histórico castillo de Aracena, los primeros registros que hablan de la Gruta datan de 1850. Como suele suceder en muchos casos similares, la leyenda cuenta que fue un pastor el primero que descubrió la cueva, mientras perseguía a un cerdo que se había escapado. Se le puso entonces el nombre de Pozo de la Nieve, que ahora recibe la plaza donde se encuentra el acceso a la misma.
Años después comenzaron las labores mineras y geológicas que fueron revelando de forma progresiva la magnitud real de este espacio. En 1914 se abrió al público por primera vez, convirtiéndose en la primera cueva turística de nuestro país y una de las primeras de Europa. Y en las décadas posteriores el recorrido turístico se fue ampliando y mejorando. Así, en 1926 se realizó una de las mayores ampliaciones, con la apertura de varias salas y galerías, y en 1986 se permitió el acceso al tercer nivel.
Visita a la Gruta de las Maravillas
El acceso a la Gruta se encuentra curiosamente en pleno centro de Aracena, en una encantadora plaza situada a los pies del castillo. Está abierta todos los días del año, salvo en los días festivos de Navidad, y solo se permita la entrada de 1.000 personas al día, que seguramente sean menos con las nuevas medidas sanitarias. Todas las visitas se realizan en grupos guiados y no está permitida la visita de forma libre.
Es muy recomendable, por tanto, reservar de forma anticipada la entrada. El precio para un adulto es de 10 euros, aunque se ofrece la posibilidad de adquirir la “tarjeta Aracena Turística”, que por 12,50€ nos permite también la entrada al Museo del Jamón y al Castillo de Aracena. Recuerda llevar algo de ropa de abrigo y calzado cómodo que agarre bien para caminar con tranquilidad por sus diferentes pasarelas, que en ocasiones pueden ser muy resbaladizas.
Tras entrar, iniciaremos un recorrido guiado, de algo más de un kilómetro y unos 50 minutos de duración, que nos llevará de sorpresa en sorpresa. La sala de las Conchas y de Los Brillantes nos servirán como un pequeño aperitivo antes de llegar a la impresionante galería que alberga el Gran Lago. Nos encontramos cien metros bajo el castillo con un espectacular lago subterráneo, de más de diez metros de profundidad, y un enorme salón que resulta realmente fascinante.
El paseo continúa por la sala conocida como La Catedral por una curiosa estalagmita que recuerda a la Virgen María -reconozco que nunca soy capaz de encontrar estos parecidos- y donde destaca una imponente columna, que es la mayor de toda la Gruta. Es el inicio del segundo nivel de galerías, que se caracteriza por un conjunto de salas más pequeñas, pero con formaciones realmente curiosas y con llamativos gours, un tipo especial de estanques kársticos. Es el caso de El Baño de la Sultana, el Lago de la Esmeralda o la Cristalería de Dios.
Una de las salas más interesantes del recorrido es la conocida como Sala de los Garbanzos, una imponente galería que debió estar cubierta de agua durante miles de años y sufrió una serie de erosiones y formaciones muy especiales y que dan nombre a la misma. Con motivo del centenario en 2014, se abrieron de forma excepcional algunas zonas nuevas de la Gruta como “La Marmita de los Gigantes” o “La Palmatoria”, que se pueden visitar con una entrada especial y en grupos muy reducidos.
La Gruta de las Maravillas es, en definitiva, una visita imprescindible. Así que, por favor, si alguna vez estás cerca de Aracena y tienes ocasión de visitarla no caigas en mi error. Descubre una de las cuevas más extraordinarias de España en una ubicación realmente única.
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