Al borde de la desaparición después de varios siglos de uso, fue a partir de los años 90 cuando las autoridades canarias ponen en marcha una serie de iniciativas para revitalizar el silbo gomero, un lenguaje silbado usado por los indígenas canarios prehispánicos desde tiempos remotos en la propia isla de La Gomera, pero también en El Hierro, Tenerife y Gran Canaria. Nos acercamos a las Islas Afortunadas para descubrir el silbo gomero, un lenguaje inscrito desde 2009 en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
¿Qué es el silbo gomero?
El silbo gomero es un lenguaje que utiliza la lengua, los labios y las manos para reproducir idiomas hablados mediante silbidos. A diferencia del lenguaje convencional que utiliza los recursos fonadores de la cavidad bucal y sus correspondientes subcavidades, el silbo gomero reproduciría las variaciones del timbre del habla con variaciones de tono y frecuencia.
Los estudios de Ramón Trujillo Carreño de la Universidad de La Laguna, uno de los grandes investigadores de este lenguaje, afirman que el silbo gomero emplea seis sonidos, dos de ellos vocales y las otros cuatro consonantes de forma que, a través de su combinación, pueden expresar más de 4.000 conceptos.
Los silbidos se distinguen por la frecuencia, además de la interrupción y la continuidad. La precisión en los mismos es el fundamento de este lenguaje que requiere por parte de los silbadores la fortaleza de las partes del cuerpo utilizadas, tanto de la boca como de los dedos de las manos.
La historia del silbo gomero: origen y evolución
“Así no es extraño que aún haya en Canarias muchísimas personas que duden del silbo gomero… y es una cosa natural, porque al menos por mi parte puedo decir que, sin haber visto yo mismo hablar silbando, hubiese sido otro incrédulo igual”.
Esta reflexión procede de los escritos del historiador canario del siglo XIX Antonio María Manrique y Saavedra que aparece en el estudio El silbo gomero. 125 años de estudios lingüísticos y etnográficos firmado por dos profesores de la Universidad de La Laguna en 2007. En este estudio se recopilan los trabajos de casi una treintena de viajeros, historiadores y eruditos, muchos de ellos extranjeros, que, tras visitar La Gomera, comentaban en sus escritos la peculiaridad de un lenguaje silbado que se utilizaba en la isla.
Pese a los esfuerzos de estos grupos de historiadores, que desde hace décadas luchan por la revitalización del silbo gomero, todavía se desconoce el origen preciso de este insólito lenguaje. El primer documento escrito que se hace referencia al silbo gomero es la crónica francesa del XV Le Canarien donde se afirma que en la isla se “habla con los bezos como si no tuvieran lengua”.
Esta afirmación dará lugar a un equívoco impulsado en el libro Historia de la Conquista de las Siete Islas de la Gran Canaria firmado por Fray Juan de Abreu Galindo en el que se afirma que los habitantes de La Gomera eran descendientes de criminales a los que se les había quitado la lengua como castigo por sus delitos, habiendo desarrollado un lenguaje silbado para poder comunicarse, el cual habría pasado de padres a hijos.
No obstante, actualmente se señala que el silbo gomero ya pudo estar plenamente desarrollado antes del siglo XV, tal vez influenciado en origen por lenguajes de las tribus africanas que serían los primeros probladores de las islas: el yacimiento de la Cueva de Las Toscas del Guirre que alberga una importante muestra de signos líbico-bereberes, podría reforzar esta teoría sobre el origen africano del silbo gomero.
¿Y por qué usar un silbido pudiendo hablar? Los habitantes de la Gomera usaron este lenguaje para comunicarse a grandes distancias cuando la voz ya no es audible el cual no sería posible sin la ayuda de la propia orografía isleña: los barrancos de La Gomera servirían de amplificador y repetidor de los silbidos.
En muchos casos, el silbo gomero cumpliría una función similar a las señales de humo: comunicarse a grandes distancias para alertar de posibles peligros y otras noticias importantes como fallecimientos, enfermedades o incendios. En este sentido, los vigías gomeros apostados en los riscos de la isla avisarían con el silbo a sus vecinos de la llegada de invasores: una suerte de mensajería instantánea con más de 500 años de historia.
La historia del silbo gomero: su revitalización
Con el desembarco de los españoles en Canarias en el siglo XV, el silbo gomero fue adaptándose al castellano, lengua dominante desde entonces, cayendo el guanche —el idioma que se supone primero adaptó el silbo canario— poco a poco en el olvido. Pero el lenguaje silbado seguía cumpliendo las mismas funciones que hasta ese momento, añadiendo otras nuevas: se dice que también fue usado como lenguaje secreto entre los gomeros tanto en la propia conquista como en otras guerras, así como para realizar contrabando.
Con el paso del tiempo, no obstante, el silbo fue declinando entre los gomeros hasta que a mediados del siglo XX se encontró prácticamente extinto con solo un puñado de vecinos custodiando este insólito lenguaje, usado ya casi exclusivamente en el pastoreo en las últimas décadas.
Sería a partir de los años 90 cuando las autoridades de la isla se pusieron manos a la obra para asegurar que este testimonio cultural no desapareciese definitivamente. En 1999, el Gobierno de Canarias regula su aprendizaje en las escuelas: facilitar a las nuevas generaciones el acceso a una cultura en peligro de extinción es la forma más eficaz de asegurar su pervivencia.
Cuando en el año 2009, la Unesco inscribe el silbo gomero dentro de la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, el lenguaje silbado de los gomeros se asegura su reconocimiento y la difusión internacional. Con la apertura en 2018 de la Cátedra Científica del Silbo Gomero de la Universidad de La Laguna se da un impulso definitivo a su estudio académico.
La cultura popular también se ha hecho eco de este lenguaje en los últimos años. Varios programas de televisión han mostrado a personas de todas las edades comunicándose con silbidos. Así mismo, la película rumana La Gomera de Corneliu Porumboiu tenía a la isla y a su lenguaje silbado como centro de la trama, película que estuvo en la Sección Oficial de Cannes 2019 y que representó a Rumanía en la carrera por los Oscars. Acostumbrado a cruzar grandes distancias, el silbo gomero ya se escucha en todo el planeta.
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