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Las opciones para descubrir Brasil son incontables, porque el país más grande en extensión de América del Sur guarda en su territorio: bellas ciudades, culturas centenarias, aldeas y pueblos, donde el pasado y presente van de la mano, y paisajes llenos de contrastes.

La moderna capital, Brasilia, la auténtica Salvador de Bahía, la turística y divertida Río de Janeiro o las exuberantes selvas de Manaos... son muchos los posibles itinerarios para dejarte llevar por el enigmático encanto del país carioca, pero, entre todos, hay uno que permite una visión de conjunto de la esencia de Brasil y, sobre todo, de su riqueza natural.

Es la ruta de las Emociones un recorrido por la línea de costa de nordeste del país, cuyo nombre avisa de los sorprendentes paisajes que te esperan, capaces de despertar, en cada uno, esas distintas emociones que son su carta de presentación.

¿Qué es la ruta de las Emociones?

Imagen: Seiji Seiji en Unsplash

Desiertos de dunas, lagunas de azul turquesa, inmensos arenales, playas perfectas para la práctica de deportes acuáticos, misterios ríos con el manglar como protagonista conservando flora y fauna, espectaculares deltas, hábitat de especies exóticas de aves… todo eso y más es la ruta de las Emociones, una manera de descubrir un Brasil aún poco conocido y alejado del turismo de masas.

La hermosa ruta alcanza tres estados brasileños: Maranhao, Piauí y Ceará en un recorrido que sigue la línea de costa partiendo de la ciudad de Sao Luis y llegando a Fortaleza (o viceversa).

El camino, maravillosa propuesta para amantes de la naturaleza, de  los viajes de aventura y del turismo sostenible, es una sucesión de paisajes casi vírgenes, muy distintos entre sí, que, efectivamente, son capaces de despertar profunda emociones al contemplarlos.

Ciudades, aldeas, dos magníficos parques naturales, playas de ensueño y posibilidad  de disfrutar de un sinfín de deportes y actividades… ¿Por dónde empezar?

Sao Luis do Maranhao

Sao Luis, imagen Sebastien Goldberg en Unsplash

Capital del estado de Maranhao, Sao Luis (San Luis) es una pintoresca ciudad brasileña cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad. La arquitectura colonial, de clara influencia portuguesa, destaca en sus calles tranquilas, flanqueadas de casas de colores o de típicas fachadas de azulejos.

Alegre y considerada la capital del reggae, la localidad es también popular por sus mercados de artesanía de gran calidad y por algunos interesantes entornos monumentales, como la plaza de Benedito Leite, corazón de la ciudad donde se encuentra la catedral de San Luís.

Enclavada en una pequeña península, a orillas del océano Atlántico, cuenta con un espléndido paseo marítimo, donde saborear la rica gastronomía local a base de platos de pescado, y con numerosas playas a escasa distancia del centro.

Los espectaculares paisajes de Parque Nacional Lençois Maranhenses

Parque Nacional Lençois Maranhenses imagen Léo Castro en Unsplash

El Parque Nacional Lençois Maranhenses es un verdadero espectáculo de la naturaleza y contemplarlo es un privilegio ya que, su extraño paisaje es único y resulta impactante. Para visitarlo, lo más recomendable es llegar a la localidad de Barreirinhas, casi en la desembocadura del río Preguinças y a algo más de 250 km de San Luis.

Desde aquí, hay que dejarse llevar por el paisaje que domina el conjunto del parque, un asombroso mar de dunas de finísima arena blanca, y algunas de altura considerable, que se unen en formaciones caprichosas para esconder, en su interior, maravillosas lagunas de aguas cristalinas, de tonalidades verdes y turquesas.

Esa campo ondulante de dunas, que recuerda a una sábana extendida al viento (Lençois significa sábana en portugués) guardando en sus pliegues lagos increíbles, como la laguna Azul o la laguna Bonita, es realmente una sorpresa que la vista no se cansa de contemplar. Hay distintas maneras de recorrer este parque de extensión considerable y con distintos sectores. Los amantes del senderismo pueden hacerlo a pie en la época menos calurosa del año y siempre con guía local. Un tour en  4 x4 o en quades también una magnífica idea.

Además de Barreirinhas, otras localidades cercanas que pueden ser excelentes ‘base de operaciones’ para visitar el bello parque son: el pequeño pueblo de Atins (ideal para los que quieran practicar windsurf o kitesurf, por los vientos fuertes imperantes en la zona) Mandacaru, con su bonito faro desde el que contemplar espléndidas vistas, y Caburé, situado en una lengüeta de tierra existente entre el océano y el río Preguinças.

El delta del río Parnaiba

Parnaiba River Brasil imagen de Xura en Depositphotos

Si algo caracteriza a la ruta de las Emociones es la belleza natural marcada por fuertes contrastes. Dejando atrás Barreirinhas, el camino continúa bordeando la costa, atravesando coquetas poblaciones como Tutoia, hasta llegar a Parnaiba, la localidad perfecta como punto de partida para llegar, en barco, al detal del río Parnaiba, también llamado delta de las Américas.

El delta se encuentra justo entre los estados de Maranhao y Piauí y es casi una pequeña muestra de vegetación propia de la Amazonía brasileña.

La enorme extensión de terreno que se acumula mar adentro, en la desembocadura del río, crea distintos islotes formando un pequeño archipiélago que es un ecosistema en sí mismo. Guarda importantes extensiones de manglares junto a otras especies vegetales siendo,  además, el hábitat idóneo de numerosos animales autóctonos. Contemplar el vuelo de los guarás (eudocimus ruber), las hermosas aves marinas de intenso color rojo, es una imagen que, sin duda, emociona.

Parque Nacional de Jericoacoara

JERICOACOARA, playa DanFLCreativo en Depositphotos

La ruta de las Emociones avanza hasta adentrarse en el estado de Ceará, donde se encuentra el municipio de Jericoacoara. Gran parte del mismo es parque natural, un espacio protegido solo visitable en algunas zonas. Se trata de un delicado ecosistema costero al que es posible acceder desde la propia localidad de Jericoacoara.

En este lugar aún no demasiado frecuentado por turistas se encuentran algunas de las playas más bellas de todo Brasil en las que el relax o la práctica de actividades respetuosas con el entorno permiten el descanso y el contacto con la naturaleza como colofón a una maravillosa ruta, llena de emociones. El final de esta aventura, llegado el momento de regresar a los respectivos países de orígenes, el aeropuerto ciudad brasileña de Fortaleza, es la opción más cercana.