Todo senderista debe recorrer, al menos una vez en la vida, la Ruta del Cares, uno de los itinerarios más asombrosos de la península ibérica: 12 kilómetros entre Poncebos en Asturias y Caín de Valdeón en León (o viceversa) remontando el curso del río Cares por la conocida Garganta Divina, un desfiladero tallado por el río en el macizo de los Picos de Europa.
Nos calzamos las botas de trekking, hacemos acopio de agua y víveres y ponemos rumbo a las montañas para descubrir la Ruta del Cares, el sendero de los senderos entre Asturias y León.
La Ruta del Cares: los orígenes
Cuentan que antes del acondicionamiento del camino a la vera del Cares, la comunicación entre los pueblos del entorno era extraordinariamente compleja, especialmente en invierno, cuando las nevadas bloqueaban los puertos de montaña.
Los vecinos debían dar un rodeo de más 100 kilómetros para ir de Poncebos a Caín. No olvidemos que en esta zona se ubican las cumbres más altas de los Picos de Europa como Torrecerredo con sus 2649 metros o el propio Naranjo de Bulnes que supera los 2500.
El primer camino del Cares se excavó en el desfiladero entre 1915 y 1921 como consecuencia de la construcción de un canal destinado al suministro de agua que alimentaba las turbinas de la central hidroeléctrica de Camarmeña en Poncebos que finalizo su construcción en 1921.
Fue un trabajo arduo y arriesgado en el que perecieron varios trabajadores —la mayoría por caídas al vacío— pero imprescindible para el funcionamiento de la central.
Dos décadas después, el camino se volvió a acondicionar ampliando la anchura en unos dos metros para mejorar la seguridad del mismo: fue el germen de la Ruta del Cares como itinerario senderista y destino turístico por excelencia de los Picos de Europa.
Recorriendo la Ruta del Cares
Con poco más de 12 kilómetros de longitud, la Ruta del Cares es un sendero lineal que puede transitarse en los dos sentidos: desde Poncebos en Asturias hasta Caín en León, o viceversa. ¿Cuál es la diferencia? El desnivel.
Si empiezas en Asturias, los dos primeros kilómetros y medio son de subida, desde los 200 metros de Poncebos hasta la cima de Los Collados superando los 500 metros de altura. A partir de aquí, la senda es bastante llana, aunque pica hacia arriba, sobre todo pasando el puente de los Rebecos en el kilómetro 10,5.
Si haces la Ruta del Cares desde León hacia Asturias apenas tendrás que hacer una breve subida en la zona de Los Collados para luego terminar con un fuerte descenso hasta Poncebos que puede tener cierto peligro porque algunas zonas son resbaladizas.
Nosotros optamos por hacer la Ruta del Cares partiendo de Poncebos. Es un punto de gran atracción turística en los Picos de Europa, no solo por ser el inicio de la Ruta del Cares en dirección León, sino porque desde aquí también parten otras rutas de gran atractivo.
Por un lado, está la subida al pueblo de Camarmeña, donde se ubica al mirador homónimo, una de las mejores estampas del Naranjo de Bulnes, una mítica montaña asturiana. Esta subida puede hacerse tanto andando como en coche en apenas un par de kilómetros, pero la carretera es muy empinada, así que si vas bien de tiempo —y de forma física — mejor andando.
Además, desde Poncebos también podemos alcanzar la propia aldea de Bulnes ya sea a pie en un sendero Poncebos-Bulnes-Poncebos lineal de poco más de 4 kilómetros. Si no te apetece andar, enhorabuena porque hay un funicular terminado en 2001 que salva el desnivel de 400 metros con una pendiente de más del 18%. ¿El problema? El precio: 22 euros ida y vuelta.
Con todo, la mayoría de las personas que llegan a Poncebos lo hacen con la Ruta del Cares entre ceja y ceja, un recorrido que arranca cruzando el puente, y dejando el río a nuestra izquierda en dirección Caín. No hay pérdida por la señalización… y por las riadas de senderistas en temporada alta.
Como hemos comentado, los dos primeros kilómetros son los más duros por su desnivel, pero una vez superado Los Collados, el itinerario es una pendiente muy gradual que nos permite disfrutar con calma de la espectacular Garganta Divina desde un camino que está en buena parte tallado en la propia pared vertical de la roca.
Llegando al ecuador de la ruta se pasa ante un desvío que asciende al canal de Trea y Culiembro, una durísima ascensión que salva 1200 metros en dos kilómetros: solo para senderistas curtidos y con buena forma física.
Pasando esta zona ya entramos en la provincia de León tramo en el que abundan los túneles excavados en la roca convertidos en iconos de la ruta, así como los puentes de Bolín y Los Rebecos, para adentrarnos ya en valle de Valdeón donde se ubica Caín punto final (o inicio) de la incomparable Ruta del Cares.
Ruta del Cares: información práctica
La Ruta del Cares es una de las más veneradas de los Picos de Europa: más de 230.000 personas la recorrieron en 2018, casi 40.000 personas más que en el año anterior. Pese al considerable descenso fruto de las restricciones de años anteriores, este año 2022 ya está recuperando afluencia.
Para preservar de la mejor manera el Parque Nacional de Picos de Europa, el Principado de Asturias cuenta con un plan específico de transporte en torno a las rutas del Cares y Bulnes y las vecinas localidades de Sotres y Tielve, con control de afluencia y aparcamientos limitados entre el 1 de junio y el 16 de octubre con autobuses que conectan Arenas de Cabrales, Poncebos, Tielve y Sotres. Así que te recomendamos que dejes el coche en Arenas de Cabrales, Tielve o Sotres evitando los aparcamientos de Poncebos que, en temporada alta, se complican mucho.
En cuanto a las precauciones a tomar y el peligro de la Ruta del Cares se suele recordar el derrumbe de 2012 en la zona del túnel que ocasionó su cierre temporal durante varias semanas. Este mismo pasado mes de febrero un derrumbe en la zona de la Madama de la Huertona pasando Culiembro obligó a cerrar la ruta unos días.
De cualquier forma, la principal precaución que debemos tomar es en relación a las piedras que pueden caer al camino por el ganado que pasta en las zonas superiores.
Y en cuanto al propio camino… no asomarse demasiado al precipito, como en cualquier otro camino de estas características. Si hay mucha afluencia de senderistas, seguir un orden en el paso de las zonas más estrechas. Así mismo, conviene estar muy atento a las previsiones meteorológicas, evitando los días con mal tiempo.
Por lo demás, hay que recordar que es conveniente llevar agua, porque solo hay una fuente natural durante el camino (la del puente de Bolín), y que se necesita una mínima forma física para recorrer los 24 kilómetros del sendero, si hacemos ida y vuelta.
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