Con más de diez y ochocientos hectáreas de montañas, valles y zonas marítimas situadas entre las urbes de Setúbal, Sesimbra y Palmela, se halla el Parque Natural de la Sierra de Arrábida, la reserva biogenética por antonomasia de la costa de nuestro país vecino. Además de esto, su territorio está clasificado como Sitio de Especial Interés para la Conservación de la Naturaleza. La mezcla del azul del mar y el intenso verde de su paisaje lo transforman en el sitio idóneo para gozar de un día de conexión por la naturaleza en alguna escapada desde Lisboa.
El mayor atrayente de Arrábida es su riqueza vegetal. El parque cobija uno de los raros ejemplos de maquis, un ecosistema mediterráneo formado eminentemente por arbustos y matorral, por lo que se le considera una auténtica reliquia científica internacional. A fin de que esta se sostenga íntegra, el acceso a ciertas áreas está limitado y solo es posible hacerlo en compañía de un guía autorizado por la Sede del Parque. También, existen distintas empresas acreditadas que organizan actividades y deportes activos, como espeleología, submarinismo y escalada.
Ubicado al lado del mar, se halla la sierra, que da la bienvenida a uno de los paisajes más deslumbrantes de toda la costa próxima a Lisboa. El punto más alto está en la Sierra de Risco, un espléndido barranco de trescientos ochenta metros de altura que se precipita sobre el mar y lugar desde el que se puede querer una imborrable vista panorámica del Atlántico. El senderismo o bien los paseos en bici son una fabulosa opción para conocer este sitio tan especial. Existen múltiples sendas de diferentes grados de complejidad a fin de que cada turista elija la que más se adapte a su nivel e incluso se pueden efectuar recorridos nocturnos.
Las mejores playas de la Arrábida
El encuentro de la sierra con el mar produjo un cordón de playas de arenas finas y aguas trasparentes que, debido a su privilegiada localización, acostumbran a estar en calma. Entre sus playas más señaladas se hallan la de Galapos, un cobijo de aguas cristalinas; la de Coelhos, un remanso de paz oculto en una esquina incomparable; la de Portinho da Arrábida, un entorno natural que no deja indiferente a absolutamente nadie y ofrece una de las mejores localizaciones para practicar submarinismo; y la de Figueirinha, una de las más populares y recorridas por los turistas de la zona.
Para saber más sobre la fauna y la vegetación que caracteriza este sitio, se aconseja visitar el Museo Oceanográfico, instalado en el Fuerte de Nuestra Señora de la Arrábida, al lado de la playa de Portinho. Al mirar al frente podemos percibir la Pedra da Anixa, una pequeña isla que alberga una reserva zoológica debido a su flora subacuática.
Se puede destacar asimismo que el parque natural posee condiciones únicas para la agricultura y el pastoreo, consiguiendo unos productos de la zona muy apreciados por su gran calidad. Aparte de sus exquisitos quesos, es muy habitual el vino local y existen algunos recorridos de enoturismo en la costa para probar estos caldos, muchos de los cuales acaban en la aldea de Azeitão.
Fuerte de Arrábida
El Parque Natural de Arrábida asimismo cobija conocidos monumentos como el Fuerte de Arrábida, construido en 1676, tras el final de la Guerra de la Restauración. En aquel momento, su objetivo era proteger la costa en una línea continua y, por este motivo, muy cerca se encuentran también el Fuerte de la ciudad de Santiago de Sesimbra y el Fuerte de Outão.
Además de esto, cerca de la sierra se halla la localidad de Palmela y su castillo, uno de los más impresionantes de la zona, que destaca por la cantidad de huéspedes que ha acogido durante la historia. Visitar su interior merece mucho la pena para contemplar verdaderas obras de arte como el torreón del profesor de Avis y las fortificaciones para cañones de D. Pedro II. Todo ello, sin olvidar las increíbles vistas que el castillo ofrece de la Arrábida y del estuario del Sado.
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