A diez minutos al norte de Sitges y a un paso del parque de El Garraf se ubica Sant Pere de Ribes, una localidad que destaca por su patrimonio cultural: desde el castillo que formaba el núcleo de la Sota-ribes medieval hasta las orgullosas mansiones de aquellos indianos que regresaron a casa tras hacer fortunas al otro lado del Atlántico. Nos vamos al corazón de la comarca de El Garraf para conocer Sant Pere de Ribes, un tesoro de masías y casas indianas.
Un paseo por la Sant Pere de Ribes medieval
Iniciamos nuestra ruta medieval en el castell de Ribes donde se alza la torre del castillo, uno de los iconos de la localidad catalana. Ubicado al suroeste, ya a las afueras de Sant Pere de Ribes, la torre de 20 metros de altura y 7 de diámetro destaca sobre una pequeña colina.
Hace menos de un año, el Ayuntamiento de la localidad inauguraba su remodelación que ha supuesto también albergar una exposición permanente sobre la historia del municipio. Una historia que arrancaría en el siglo X con la primera referencia documentada que señala un repoblamiento del territorio y una reedificación de la propia fortaleza.
En el entorno del castillo podemos visitar también la Casa del Terme donde se reunían los habitantes del pueblo y que más tarde albergó una escuela, la iglesia vieja de San Pedro del XVII que en su renacentista portada sur conserva el escudo más antiguo del municipio, así como el Puente de la Palanca que se usaba para unir el viejo núcleo de Sota-Ribes con el de Ribes, al otro lado de la riera.
Nos vamos ahora al norte siguiendo el carrer Mayor disfrutando también de la vera de la riera de Ribes que, con el paso del tiempo, ha ido excavando pequeñas cavidades en el terreno arcilloso conocidas como timbes para terminar esta ruta por las afueras de la localidad ante la ermita de San Pablo, ubicada en un precioso paraje rodeada de viñas y huertos desde el que se tienen las mejores vistas de Sant Pere de Ribes al sur y el parque de El Garraf al norte.
Ruta indiana por Sant Pere de Ribes
Y nuestra ruta por la herencia indiana de la localidad garrafense arranca justamente en la ermita de Sant Pau puesto que parte de la reconstrucción del edificio fue realizada a finales del XIX con aportaciones de los indianos.
Ya desde inicios de ese siglo se produjeron diversas olas de inmigración desde Sant Pere de Ribes rumbo a las colonias españolas. El deseo de aventura y la promesa de riquezas junto con las dificultades económicas de la España decimonónica llevó a muchas personas a buscar fortuna en otras latitudes.
Hasta 1898, fecha del definitivo ocaso del imperio colonial español, muchos migrantes llegaron a Cuba y Filipinas estableciendo negocios que iban desde las destilerías y fábricas de tabaco hasta el siniestro comercio de esclavos. Ni que decir tiene que no todos los indianos —denominados así por sus aventuras en las Indias Occidentales—, tuvieron suerte y amasaron fortunas, pero los que sí la tuvieron regresaron a casa contribuyendo a la consolidación de la poderosa burguesía catalana.
Pese a su inclinación por la afectación —lo que hoy denominaríamos postureo— y su innegable papel en la consolidación de las desigualdades sociales que se arrastraron durante décadas posteriores, su influencia se dejó sentir en clave positiva en el urbanismo, la arquitectura y las obras públicas, así como en el estilo de vida, tal y como vemos en Sant Pere de Ribes. En este sentido, la localidad conmemora cada año el regreso de los indianos con una feria que este 2022 tendrá lugar a principios de junio.
Desde la ermita de Sant Pau atravesamos las huertas que flanquean el carrer de la Agricultura alcanzando la Masía Victoria, una espectacular finca datada en el siglo XV transformada en villa hotelera.
Nos adentramos ya en el caserío ribatano para conocer la plaça de la Vila donde encontramos el edificio del Ayuntamiento diseñado por el arquitecto Bonaventura Pollès Vivó. Las campanas y el reloj del edificio fueron financiadas con dinero indiano. En esta plaza destacan también las bóvedas de Cal Nan donde se ubicaba el mercado además la casa modernista de Can Quima.
Seguimos ruta por el carrer del Pi en dirección este admirando la siempre exquisita arquitectura indiana en casas que convivían con viviendas mucho más modestas de labradores: una de las más destacadas del primer tramo es Can Miqueló, sede actual de la entidad cultural GER.
Más adelante nos adentramo ya en el apaciable barrio del Palou admirando el edificio de La Granja y la Casa Dr. Quadres, una de las más lujosas de Sant Pere de Ribes, encargada por Cristófol Quadres al volver de La Habana en 1874 y convertida también en hotel, justo enfrente de una insólita vivienda de ladrillo de estética contemporánea.
Regresamos ahora hacia el centro del pueblo para hacer un último recorrido por la arquitectura ribatana tomando el carrer Nou desde Plaça Centre, aquella calle de salida de las bodegas de la calle Mayor que, con la llegada de los indianos, terminó por convertirse en la calle principal. Ya a la entrada, en el número 3, podemos ver Can Simón, edificada a finales del XIX con unos preciosos vierteaguas de motivos florales.
Más adelante llegamos a la frondosa Plaça Marcer, el punto focal de la localidad en el que se encuentran numerosos edificios americanos como Can Punxes en la esquina con carrer la Pau. Y al norte de Marcer se ubica la Plaça de la Font con la fuente diseñada por Josep Font i Gumà, otro de los iconos ribatanos.
Tomamos de nuevo el carrer Mayor para bajar luego por el carrer de Jaume Balmes hasta llegar al Redós de Sant Josep i Sant Pere, una residencia de estilo neomedieval que incluye un claustro y una capilla, todo ello construido gracias al legado de los hermanos americanos Josep y Pere Jacas.
Y nuestra última parada por este recorrido urbano por Sant Pere de Ribes es la Iglesia Nueva: un pulcro edificio neogótico inspirado en la fantástica Santa María del Mar de Barcelona inaugurado en 1910 con diseño del prestigioso Enric Sagnier y mecenazgo de Marcer Oliver, cuyo nombre también denomina la plaza principal de esta coqueta localidad garrafense de la que ya nos despedimos.
Únete a la conversación