“OVNI en Treviño”. Ese fue el titular del artículo firmado por J.J. Benítez que aparecía en el número 57 de la revista Mundo Desconocido publicado en 1981 junto a una foto de una esfera incandescente que iluminaba la noche con su inusitado fulgor. Arranca así la leyenda de Ochate, un pueblo abandonado del condado de Treviño en la provincia de Burgos, a pocos kilómetros al sur de Vitoria, que recibe desde entonces numerosas visitas de aficionados a los fenómenos paranormales.
Leyendas de Ochate: ovnis, peste y tumbas de aliens
“Una nave alienígena ocupada por una tripulación de varias decenas de individuos se aproximó a Ochate en algún momento del siglo XIII, con toda probabilidad en el momento en el que correspondía la apertura cíclica de la puerta energética…”. La verdad de Ochate, el pueblo maldito. Pruden Muguruza.
Cuando hace unas semanas el ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, afirmaba que existen objetos en los cielos que no tienen explicación, miles de aficionados a la ufología encontraron un asidero para continuar con sus especulaciones. Fue el prólogo del informe del Ejército de Estados Unidos que no descarta la posibilidad de la existencia de ovnis… aunque tampoco la confirma.
A buen seguro que Prudencio Muguruza ha esbozado una sonrisa tras el informe del ejército norteamericano y las declaraciones de Obama. El antiguo empleado de banca y ahora investigador y ufólogo es el responsable de aquella famosa foto que puso en el mapa a Ochate, un pueblo olvidado que pasó a convertirse en leyenda en pocos años.
El 24 de julio de 1981, Muguruza paseaba por las inmediaciones del pueblo del condado de Treviño cuando tomó aquella foto, “la más famosa imagen OVNI del mundo” según reza alguna de las posteriores publicaciones del investigador. Cuentan que hasta la NASA le echó un ojo a la foto de Muguruza calificándola de OVNI. Tras el reportaje de la revista Mundo Desconocido, todos quisieron saber un poco más de aquel pueblo olvidado a solo 15 kilómetros de Vitoria.
Porque no solo Ochate está en la ruta de las aeronaves extraterrestres en sus expediciones intergalácticas, también puede tener una conexión con el mundo de ultratumba. Quizás Felipe II estaba equivocado y la puerta del infierno no estaba bajo el Escorial sino a muchos kilómetros al norte, en Ochate, cuyo nombre en euskera puede significar ‘puerta secreta’, ‘puerta del frío’ o ‘puerta del ruido’… aunque los historiadores afirman que deriva de Gogate, pueblo de arriba.
¿Y que abría la puerta secreta del pueblo de arriba? Como la caja de Pandora, Ochate recibió en pocos años varias plagas que, presuntamente, diezmaron a la población… sin que afectara a los pueblos vecinos. Se dice que en la segunda mitad del XIX hasta tres plagas —viruela, cólera y tifus— además de la gripe española de 1918, la única admitida por los historiadores, asolaron el pueblo.
Sería poco después cuando Ochate quedaría definitivamente abandonado. Para los defensores del malditismo del pueblo burgalés, fue la consecuencia de la leyenda negra del pueblo que llevó a sus últimos vecinos a huir temiendo perecer. Los historiadores, por su parte, afirman que el nacimiento de un nuevo camino de comunicación con el norte dejó a Ochate desubicado provocando la marcha de los pocos vecinos que aún permanecían en la aldea.
Sea como fuere, Ochate quedó (casi) abandonada. Y decimos casi porque los investigadores de los fenómenos paranormales han concluido que en el pueblo todavía quedan vestigios de sus habitantes a través de mensajes, gritos y susurros: son las psicofonías de Ochate.
Se dice que ya son muchos los visitantes que han escuchado una mujer avisando de que “deben marcharse y cerrar la puerta”. Mientras que un niño parece gritar ‘kanpora’ que es ‘fuera’ en euskera. La muerte en misteriosas circunstancias de uno de estos investigadores en 1987 fue la última tragedia vivida en el pueblo.
Tal vez el niño del kanpora sea el espíritu de uno de los enterrados en la supuesta necrópolis infantil que Prudencio Muguruza también afirmó haber encontrado en las inmediaciones de la torre de Ochate. El pequeño tamaño de las tumbas llevó al investigador a concluir que se trataba de un cementerio de niños de época altomedieval… o incluso de alienígenas que podrían haber quedado atrapados en Ochate tras el accidente de su nave. Los historiadores, por su parte, concluyen que el pequeño tamaño de las tumbas se debe al mal estado de conservación y al desprendimiento de una veta.
Una visita a Ochate, el pueblo maldito
Pese a lo suma de hechos más o menos insólitos, la mayoría de historiadores, caso de Antonio Arroyo y Julio Corral con su libro Ochate, realidad y leyenda del pueblo maldito, rechazan de plano las especulaciones acerca de la peculiaridad del pueblo: según ellos, se trataría de un pueblo abandonado más como hay cientos en toda España.
Aunque la primera referencia oficial de Ochate data de 1025 en un documento conocido como La Reja de San Millán, la existencia de esta necrópolis efectivamente altomedieval lleva a concluir a los historiadores que el entorno estuvo poblado, al menos, desde el siglo IX. El hecho de estar ubicado en el Alto de San Pedro, un lugar de paso de la ruta comercial del vino y el pescado, provocó el primer esplendor del pueblo.
Según parece, a finales del siglo XIII queda abandonado para repoblarse de nuevo en el XVI, época en la que se erige la iglesia de San Miguel Arcángel, cuya torre es uno de los pocos testimonios que siguen en pie de la antigua Ochate, además de los muros de algunas viviendas. También permanece parcialmente en pie la ermita de Burgondo, final de una romería que se celebra todos los 15 de agosto entre vecinos de los pueblos cercanos.
Por supuesto, otras son las ‘romerías’ que conducen a Ochate a lo largo de todo el año. La fama que ha ido adquiriendo este despoblado a lo largo de estos 40 años no ha hecho sino multiplicar el interés de los aficionados a lo oculto que acuden a Ochate en peregrinación: pero no será hasta 2049 cuando se cumpla un nuevo ciclo de la apertura de la puerta energética… Veremos entonces si el cielo vuelve a brillar por la aparición de una misteriosa esfera incandescente.
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