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¿Cuántas veces os habéis estresado por todos los planes que queréis hacer, pero para los que no tenéis tiempo? ¿Cuántos de vosotros se han pasado más tiempo con los preparativos previos que disfrutando del plan, sea el que sea? ¿Será que siempre nos estamos complicando la vida? Puede que sí.

Estamos en una situación actual en la que algo ajeno a nosotros nos ha forzado a reducir el ritmo, a todos. Para la mayoría, eso del placer de las cosas sencillas se veía desde lejos, desde la barrera, sin acabar de entender muy bien lo qué significaba. Pues quizás es este el momento ideal para llegar a deleitarse con ello.

Podemos tomarnos este momento de muchas maneras. Yo prefiero pensarlo como una parada en boxes para recargar energías. Cada uno de nosotros, en su mundo y a su ritmo, ha llegado a este punto desde una carrera muchas veces desenfrenada, llena de competición, prisas por llegar a un objetivo, estrés desbordante. Y, de repente, va la vida y nos para. Así, de improviso y sin avisar.

Los pequeños momentos
La magia de los pequeños momentos

Lo que estamos viviendo no es ni de lejos más duro que lo que vivieron nuestros padres o nuestros abuelos para asegurar nuestro confort. Así es, señores y señoras, contagiémonos del coraje de vivir que ellos tenían y tomemos el toro por los cuernos. Esta nueva realidad cambiará las dinámicas, nos moverá hacia lugares distintos de donde estábamos, es nuestra propia elección y responsabilidad decidir qué hacer con ello.

Yo te invito a que vuelvas a lo sencillo, sin demasiados artificios ni complejidades. A lo natural, sea lo que sea lo que signifique eso para ti. Si no lo sabes es un buen momento de averiguarlo. ¿Siempre quisiste aprender a tocar un instrumento? ¿o a cantar? ¿o a descubrir los planetas? Hazlo, no lo pienses.

Aquí te dejamos 12 ideas para disfrutar la magia de los pequeños (o grandes) momentos, que siempre suelen ir de la mano de la sencillez. Toma los que creas que vayan contigo, y los que no déjalos para quienes los disfruten. Somos tan diferentes como iguales entre nosotros mismos así que lo que vale para ti, hazlo tuyo.

​Cuenta la vida por momentos de actividad y de pausas voluntarias en vez de hacerlo por horas. De esa forma, serás consciente de que tu tiempo te pertenece sólo a ti.

Observa el cielo

Cielo
Cielo

Te propongo un ejercicio muy sencillo y efectivo. Cuando sientas que vas a un ritmo muy rápido y te notes acelerado, levanta la cabeza al cielo. Si vas caminando por la calle levanta la cabeza y si estás es un lugar interior acércate a una ventana. Contempla como una obra de arte el pedazo de cielo que veas. Observa su color, su aspecto, las formas de las nubes si las hay. ¿Qué sensaciones te aporta?

Juega a las cartas

Jugar a las cartas es una de las maneras más simples y divertidas de pasar un agradable tiempo en reunión. En mis recuerdos de infancia están muy presentes las partidas de cartas. Es una actividad que además incita a la conversación y a la complicidad.

Disfruta de un amanecer … y de un atardecer

Disfrutando del atardecer en el Lago Balatón
Disfrutando del atardecer en el Lago Balatón

Nunca me cansaré de recomendarte observar la puesta y la salida del sol con asombro. Date el tiempo de disfrutar de esos dos momentos mágicos, según los sabios ancestrales se trata de los momentos en los que más energía existe a nuestro alrededor. Siéntela.

Duerme una siesta

¿Dormir la siesta es un plan? Por supuesto, es un momento para tu descanso. Aprende a valorarlo. Recuerda que las siestas más reparadoras son de unos 20 minutos. Alargarlas te puede causar más cansancio.

Pasea al aire libre

Senderismo en Otoño Mágico
Fuente: Wikipedia/Diegocurto CC BY-SA 4.0

Elige un lugar cercano, y en cuanto puedas, permítete un momento de desconexión. Desconecta de la vida urbanita y conéctate a la Naturaleza. Explora los lugares que te hemos recomendado en diversas ciudades para darle forma a tu plan.

Practica el dolce far niente

Los italianos han inventado infinidad de maravillas, el dolce far niente, es una de las mejores. Literalmente se trata de no hacer nada. Y no hacer nada, es hacer algo. Darte el permiso de simplemente ser, sin hacer. Algo que los sabios nos han sugerido durante siglos ¿Ya es mucho no?

Canta tu canción favorita

Tocar un instrumento

Elige una de esas canciones que te encantan, ponte la música al volumen que prefieras y con la letra en mano ¡canta, canta, canta! Que no te de vergüenza, si haces gallos despreocúpate. ¿A quién le importa?

Planea una videollamada con tu familia

Uno de los planes más increíbles hoy en día. Esta situación que vivimos ha demostrado que ahora, ante la imposibilidad de ver a nuestros seres queridos, hablamos más y mejor. Me explico, ¿no te ha pasado que ahora hablas más con tus afectos y tienes conversaciones más largas y profundas? Es el efecto secundario de reducir la velocidad…

Baila media hora al día

Bailar en casa

Si te gusta moverte, ponte la música que más te inspire y dale movimiento a ese cuerpo. Con media hora es suficiente, suelta todo el cuerpo, toda la rigidez que pueda haber acumulada. Mantén en tu mente la idea de soltarte y baila a tu ritmo.

Escribe un diario

Soy una convencida de que escribir es la mejor manera de conocerse a uno mismo. Al principio, sin tener la costumbre puede resultar extraño. Una vez que dejas fluir los pensamientos te puede asombrar la cantidad de ideas que puedes plasmar en una hoja. Te animo a que lo pruebes y dejes salir tu flujo creativo.

Investiga sobre algo que siempre te haya interesado

Islas Galapagos
Foca en las Islas Galapagos

Siempre me ha gustado … pongamos el océano y los animales marinos. Haz una búsqueda sobre ello en internet, mira reportajes, lee artículos, consulta webs sobre la materia en cuestión. En un solo día puedes descubrir tanto … ¿y si eligieras un tema por semana? Imagina cómo se ampliaría tu mundo.

¿Te atreves con la poesía?

La poesía no sólo es cosa de grandes literatos. Todos llevamos un poeta dentro. La poesía puede ser muy curativa para quien deja que ese literato salga. Te sugiero que escojas un tema libre, sin miedo. Conecta con lo que te sugiere ese tema y vuelca tus emociones en papel. Léelo en voz alta, de nuevo sin miedo, y analiza ¿qué ves de ti ahora que no veías antes?