En el lobby de este hotel hay figuras humanas subiendo cuerdas suspendidas en el aire. También vasijas del siglo XIV que ponen de relieve la relación entre Marbella y su pasado histórico. Los seis relojes de la pared, por su parte, muestran el ingenio incomparable de la marca Qlocktwo. Cada elemento que veis es único y ha sido cuidadosamente escogido por Miguel Cerván, CEO del grupo La Ciudadela Marbella, que trata cada uno de sus hoteles como si fuera un hijo pródigo.
Hoy visitamos El Castillo, el primer hotel de cuatro estrellas del casco histórico marbellí. Este coqueto proyecto ubicado en la Plaza de San Bernabé nació con una idea muy clara y rompedora: la de demostrar que la ciudad malagueña es mucho más que yates y multimillonarios con gustos estrambóticos. La suya es más bien una Marbella cultural y amante del patrimonio local, que tiene mucho que ofrecer al huésped inquieto.
El Castillo: Pasión por los detalles
La delicadeza que recorre toda la propuesta es buena muestra de ello. Lo vemos en las sabanas de algodón, las maquinillas Truefitt & Hill o en la tienda del lobby, que cuenta con aceite de oliva elaborado por ellos mismos, cuchillos de alta calidad, zapatillas y hasta los famosos cuencos en forma de Ferrero Rocher, aguacate y coco que usan para sus restaurantes. En el minibar, el jamón de bellota Cinco Jotas, los refrescos Fritz-Kola y el chocolate Chamball Royal ofrecen un oasis gourmet en cada habitación.
El departamento Bespoke Experience, por su parte, reafirma la intención del hotel de crear memorias únicas. Lo hace a través de planes adaptados a cada uno de los huéspedes, que son siempre originales y se vinculan con el entorno. Algunas de las propuestas incluyen picnics en plena naturaleza, paellas a bordo de barcos que recorren la costa, clases sobre adiestramiento de aves o rutas guiadas para descubrir los secretos culturales de la localidad. La imaginación es el límite.
Espacios gastronómicos
La gastronomía también es una seña de identidad del grupo. En la primera planta del hotel El Castillo, el restaurante AFuego llama la atención tanto por sus lechugas colgantes como por una vitrina repleta de vinos, que incluyen bodegas locales como Descalzos Viejos, El Camaleón, Cortijo Los Aguilares o Bodegas Málaga Virgen. Grandes opciones para maridar con carnes, pescados y verduras que se expresan en platos como el salmonete a la parrilla, la presa ibérica y el tartar de chuleta de vaca. En el rooftop, se apuesta por una cuidada carta de pizzas, hamburguesas y cócteles de autor.
Para completar la experiencia, os recomendamos visitar otros proyectos del grupo. Uno de ellos es Hotel Maison Ardois, una antigua casa señorial de 1929 que destaca por su cada vez más reputado restaurante Thaissence -recientemente incluido en la Guía Michelin- que conecta sabores asiáticos y peruanos con gran destreza. El Hotel Santo Cristo, por su parte, cuenta con un magnético patio interior andalusí y está a punto de anunciar su nueva propuesta gastronómica que, sin duda alguna, encandilará a los visitantes.
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