Así como en Barcelona podemos realizar un recorrido histórico y arquitectónico a través de las diferentes obras de Gaudí, en Madrid también supo destacarse el gallego Antonio Palacios, padre de muchos de los edificios más importantes de la capital.
Gallego de nacimiento, Palacios es el responsable de algunos de los grandes símbolos de Madrid, como por ejemplo el Palacio de Cibeles o el Círculo de Bellas Artes, además de haber liderado la modernización de la ciudad a comienzos del siglo pasado con las primeras estaciones de Metro.
Aunque olvidado por bastante tiempo, el legado de Antonio Palacios sigue presente a cada paso en nuestros trayectos turísticos por esta metrópoli, así que vamos a enseñarte algunos de los puntos de interés que permiten conocer mejor su estilo y herencia.
Círculo de Bellas Artes
Como comentábamos anteriormente, el Círculo de Bellas Artes supo ser uno de los grandes orgullos de la vida profesional de Antonio Palacios. Considerado centro de la escena intelectual de la capital durante buena parte del siglo XX, el arquitecto se inspiró para su realización en los rascacielos norteamericanos. Por eso su diseño vertical que le diferencia de otras estructuras madrileñas.
En su momento, la totalidad del edificio estaba dedicada al entretenimiento de sus visitantes, incluyendo salones para exposiciones de arte, un espacio para multitudinarios bailes, y hasta un mirador, sin pasar por alto su completísima biblioteca.
Rematado por la estatua de Minerva, que vigila a Madrid desde las alturas, el Círculo de Bellas Artes es uno de los primeros destinos para conocer más sobre Palacios.
Banco Mercantil
El Banco Mercantil fue una de las últimas tareas encomendadas a nuestro protagonista, una para la que decidió, además, incorporar materiales con los que no había trabajado hasta ese entonces.
Es por eso que estas instalaciones son algo más frías, más comerciales, incorporando sólo unos pocos detalles como el gigantesco arco de herradura situado sobre la fachada de la calle Alcalá.
En la actualidad, en el interior del lugar funciona la Oficina de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, mientras que una buena excusa para conocerlo mejor es visita la Sala Alcalá 31, acondicionada para recibir muestras de pinturas y esculturas.
Edificio Matesanz
Localizado en la Gran Vía, el edificio Matesanz vuelve a dejar de manifiesto la admiración que Palacios sentía por la Escuela de Chicago y sus clásicos espacios comerciales y de oficinas.
Rápidamente podemos observar una fachada con miradores divididos entre sí, desde la cual se accede a un patio central acristalado. Para subir, tenemos dos opciones: una escalera de estilo imperial o un ascensor que conecta con cada uno de los pisos.
Antigua casa comercial Palazuelo
Más de un viajero que acaba de llegar a Madrid puede confundirse el anterior edificio Matesanz con la antigua casa comercial Palazuelo. Su estética, de hecho, guarda varias similitudes.
Ubicada en la calle Mayor, debe su nombre a Demetrio Palazuelo Maroto, que fue quién contrató a Palacios para que ejecutara su construcción. Desde que fuera inaugurado, logró sobresalir entre los demás locales y tiendas de la misma zona.
Declarado Bien de Interés Cultural hace ya más de dos décadas, es reconocible por sus miradores que se entremezclan con las columnas. Dentro del edificio, lo más llamativo es la escalera de corte barroco que surge desde el patio central, con la elección de mármol para el suelo.
Viviendas para los Condes de Bugallal
De Antonio Palacios habitualmente se destacan sus construcciones orientadas al ámbito comercial o institucional, pero no debemos olvidar que también supo realizar otras particulares a demanda.
Tal vez la mejor demostración de ello sean las viviendas levantadas para los Condes de Bugallal que, como no podía ser de otro modo, ofrecían una interminable cantidad de espaciosos ambientes. Enfrente de la plaza de Cánovas del Castillo podemos apreciar la más relevante de ellas. Lo mismo ocurre, ya en el paseo de la Castellana, con el edificio de viviendas encargado por Luisa Rodríguez.
Palacios realizó muchas otras obras por pedido explícito de algunas de las personalidades más prominentes de la época, como Martín Lago, la Marquesa de Valdegema, Martín Calbetón, José Montero o Pedro Antonio Villahermosa. Si te interesa especialmente este apartado de su recorrido profesional, hallarás muchos otros sitios que visitar.
Antiguo Hospital de Jornaleros
El antiguo Hospital de Jornaleros de San Francisco de Paula, también llamado Hospital de Maudes, fue un trabajo benéfico solicitado a Palacios por Dolores Romero y Arano, viuda de Francisco Curiel. Su finalidad era la de brindar atención sanitaria a las clases menos favorecidas.
Allí opera hoy la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, dado que la estructura pertenece a la Comunidad de Madrid. También es un Bien de Interés Cultural.
Estaciones de Chamberí y Tirso de Molina
Al comienzo del artículo explicábamos que Palacios había sido uno de los principales impulsores del Metro de Madrid. Su participación en el desarrollo de algunas estaciones fue sobresaliente. Las de Chamberí o la de Tirso de Molina, famosas por su azulejería y la elección de oro y cobre para los pequeños detalles, están a la altura de las mejores del continente.
La primera de ellas, tras décadas abandonada, forma parte del proyecto Andén 0, una iniciativa de Metro de Madrid para dar a conocer la historia del suburbano y que involucra también la Nave de Motores de Pacífico y el antiguo vestíbulo de la Estación de Pacífico.
Palacio de Cibeles, la obra más conocida de Antonio Palacios
Y terminamos con la otra obra cumbre de Palacios: el Palacio de Cibeles, denominado antes Palacio de Telecomunicaciones o Palacio de Comunicaciones. La sede, hoy, del Ayuntamiento de Madrid.
Con sólo 30 años, Antonio Palacios se impuso junto a su socio Joaquín Otamendi en el concurso público que iniciaba la construcción de la sede de la Sociedad de Correos y Telégrafos de España.
Como icono de la capital, se trata de una muestra acabada de la arquitectura modernista en Madrid. Declarado Bien de Interés Cultural en 1993, deja ver algunas pinceladas de otros estilos como el déco, barroco o neoplateresco. Como consecuencia de ello, no hay otro edifico en el mundo que se le parezca.
En estos días, funciona en su interior el Ayuntamiento con algunas de las oficinas, junto con el Centro Palacio Cibeles. Lo positivo es que se han mantenido muchos de sus ornamentos característicos, como las esculturas de Ángel García Díaz o los azulejos de Manuel Ramos Rejano.
Como podréis contemplar, las obras de Antonio Palacios, son en sí mismas una ruta turística por la capital de España.
Únete a la conversación