Paradores tiene más de un siglo de historia. Estos establecimientos hoteleros, ubicados en edificios de nuestro patrimonio histórico, se ubican a lo largo y ancho de toda España, y constituyen uno de esos alojamientos que siempre vale la pena tener en cuenta para nuestras escapadas por el país.
Pero ¿como surgieron estos alojamientos tan característicos en territorio español? Hoy echamos la vista atrás y te contamos el origen de la Red de Paradores, cuando la idea del turismo comenzó a pesar en el país y se empezó a potenciar como industria a nivel nacional e internacional, a principios del siglo XX.
Parador de Turismo de Gredos
En el año 1910, el Gobierno de España, del cual era presidente José Canalejas (1854-1912), decidió establecer una estructura hotelera en el país destinada a viajeros y excursionistas. No contábamos con algo similar, ya que el territorio carecía de ella. De tal manera, se esperaba ofrecer un servicio adecuado dirigido al turismo nacional y extranjero. La tarea se le encomendó al marqués de la Vega Inclán (1858-1942) y, un año después, se fundó la Comisaría Regia de Turismo, con él al frente.
No obstante, el proyecto tardó unos años en despegar, hasta que en 1926 volvió a impulsarse. Se hizo de tal forma que el rey Alfonso XII se encargó personalmente de seleccionar la localización para el primer establecimiento. El lugar elegido fue la Sierra de Gredos. Ese mismo verano comenzaron las obras del primer Parador del país, que se inauguró el 9 de octubre de 1928, bajo la denominación de Parador de Turismo de Gredos, en la provincia de Ávila (Castilla y León).
Después de inaugurarse, se creó la Junta de Paradores y Hosterías del Reino, como entidad para la gestión del proyecto, que cada vez tomaba mayor forma. Así, comenzaron a tenerse en cuenta los edificios singulares o históricos, ubicados muchos de ellos en espacios naturales excepcionales, para convertirlos en establecimientos hoteleros. De tal modo, también se cuidaba y restauraba el patrimonio del país.
Red de Paradores
Aquel fue tan solo el inicio. Pronto comenzaron a inaugurarse otros Paradores, como el de Alcalá de Henares y el de Salamanca, en 1929; el de Jaén, en el Cerro de Santa Catalina, y el de Oropesa, en 1930; el de Ciudad Rodrigo, en 1931, en el antiguo castillo de Enrique II de Trastámara; y el de Mérida un par de años después, en el interior de un convento del siglo XVIII. De todos ellos, el Parador de Turismo de Oropesa fue el primero que se estableció en un edificio histórico: el castillo de Oropesa, catalogado como Monumento Nacional en 1926.
Con el estallido de la Guerra Civil, el país sufrió un retroceso y no fue hasta la década de los años sesenta cuando el sector turístico volvió a tomar impulso. De tal manera, de los 40 establecimientos que se habían llegado a constituir en los años anteriores, su número se incrementó hasta alcanzar los 83 Paradores.
Se creó entonces la Dirección General de Paradores y se inauguraron algunos tan importantes como el Parador de Arcos de la Frontera, en 1962; el Parador de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), en 1965, en lo que era un antiguo hospital de peregrinos en el Camino de Santiago; el Parador de Alarcón (Cuenca), en un castillo que fue propiedad de Don Juan Manuel, autor de El Conde Lucanor; el Parador de Olite (Navarra) y el Parador de Baiona (Pontevedra), en 1966; el Parador de Zafra (Badajoz), en 1968; y el Parador de Cardona (Barcelona), en 1976, entre otros.
Paradores de Turismo de España
En la década de los ochenta pasan a formar parte de la Red de Paradores alojamientos tan importantes como el Hostal de los Reyes Católicos (Santiago de Compostela), el Hostal de San Marcos (León) y el Hotel La Muralla (Ceuta).
El 18 de enero de 1991 se constituyó Paradores de Turismo de España S. A., una sociedad anónima de titularidad pública que termina estableciendo la Red de Paradores tal y como la conocemos en la actualidad, certificada con la Q de Calidad Turística y con sistemas de gestión ambiental. Hay que tener en cuenta que los establecimientos se caracterizan por sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, a la búsqueda de la sostenibilidad ambiental y social.
En esa década de los noventa del siglo XX, continuaron abriendo nuevos alojamientos, como el Parador de Ronda (Málaga), ubicado en el antiguo edificio del ayuntamiento de la villa, con unas impresionantes vistas sobre el río Tajo.
Paradores de Turismo en el siglo XXI
Ya en el siglo XXI, no han dejado de inaugurarse nuevos Paradores de Turismo. Así, el Palacio de Lerma (Burgos) abrió como Parador en el 2003, al igual que el Parador de Monforte de Lemos (Lugo). Al año siguiente lo hizo el Parador de Santo Estevo (Ourense), en plena Ribeira Sacra gallega, y 3 años después el Parador de la Granja de San Ildefonso.
En la siguiente década, fue el turno de otros de los Paradores más relevantes, como el Castillo Parador de Lorca (Murcia), en el 2012; el antiguo monasterio de San Juan Bautista de Corias, conocido como «el Escorial de Asturias», que se convirtió en el Parador de Corias en el año 2013; y un par de años después el renacentista Palacio de los Condes se transformó en el Parador de Monterrei, en Ourense.
Precisamente en ese año, la entidad decidió dar el salto a otros territorios y se inauguró la primera franquicia de la Red en Portugal: el Parador Casa Ínsua, ubicado en un edificio catalogado como Monumento Nacional, en Penalva do Castelo, a 70 kilómetros de la frontera española.
A día de hoy son 97 los establecimientos de la Red de Paradores, con presencia en todas las comunidades autónomas del país, salvo en las Baleares. En estas islas, el proyecto del Parador de Ibiza, ubicado en el Castillo y Almudaina, estuvo paralizado durante 9 años, tras haberse encontrado restos arqueológicos, aunque en el año 2019 se licitó su rehabilitación. Se espera que las obras finalicen y pueda abrir sus puertas en el verano del 2022.
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