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La Torre de Hércules es el símbolo indiscutible de la ciudad de A Coruña, al norte de Galicia. Y no es para menos si, además de su espectacular entorno y belleza, tenemos en cuenta que es el único faro romano en activo en todo el mundo.

Pero a su alrededor, junto a los acantilados, se extienden 47 hectáreas de un espacio verde excepcional por el que se suceden los senderos y esculturas. El Parque Escultórico de la Torre de Hércules es una visita obligada en tierras coruñesas. Nosotros te damos las claves para conocerlo.

Parque Escultórico de la Torre de Hércules

La superficie del Parque Escultórico de la Torre de Hércules discurre por toda la península de la Torre, la Punta Herminia, O Acoroado y el Cabal de Pradeira. Se trata de un espacio al que llegarás fácilmente siguiendo el paseo marítimo de A Coruña o tomando alguno de los numerosos autobuses que te acercan hasta este punto. Quien vaya en su propio vehículo, tampoco tiene problema, pues hay un amplio aparcamiento.

Para conocer este lugar puedes seguir las rutas habilitadas para ello, de baja dificultad y con paneles explicativos, de manera que no te perderás así ninguna de las obras artísticas, además de visitar la Torre de Hércules. En lo que respecta a las esculturas, las hay de tres temáticas bien diferenciadas: mitológicas, históricas y náuticas o marítimas.

La primera de las esculturas que verás cuando te acerques a su zona central, antes de empezar a recorrer los senderos, será Caronte, de Ramón Conde, en relación al barquero de la laguna Estigia, que Hércules tuvo que atravesar en uno de sus legendarios trabajos.

Ruta Torre

Escultura de Breogán
Fuente: Wikimedia/Zarateman CC0 1.0

La Ruta Torre solo suma un kilómetro de recorrido, así que es perfecta para todos. El sendero avanza por la línea de costa de forma circular, bordeando la Torre de Hércules. Se inicia al principio de la rampa de acceso a esta, en la escultura de Breogán, el guerrero celta que, cuenta la leyenda, fundó la ciudad de A Coruña. Si sigues por su izquierda, encontrarás el Menhir pentacefálico, una estructura totémica realizada en bronce, e irás bordeando los acantilados a los pies del faro antes de volver al punto de partida.

Aprovecha para subir hasta la Torre de Hércules, visitar su centro de interpretación y, si te animas, ascender sus numerosas escaleras para contemplar unas vistas panorámicas increíbles de la ciudad. Si tienes poco tiempo, esta ruta es la mejor opción.

Ruta Punta Herminia

Caracola
Fuente: Wikimedia/Diego Delso CC BY-SA 4.0

La siguiente ruta también es circular y parte de la estatua de Breogán para recorrer parte del parque escultórico hacia la derecha de la Torre de Hércules. Se trata de la Ruta Punta Herminia, un trayecto de 2 kilómetros que conduce hasta una de las obras artísticas más emblemáticas de este entorno: la Caracola.

La Caracola, de Moncho Amigo, recrea las grandes conchas de los moluscos como si fuera un cuerno de la abundancia. Está fabricada en acero cortén, muy cerca del extremo de la Punta Herminia, por lo que los días de temporal suele ser increíble admirarla con las olas chocando contra las rocas.

Alejada de los acantilados, también verás la Copa do Sol, de Pepe Galán, en alusión a la copa que Hércules necesitó en otro de sus trabajos. En la Punta Herminia también se encuentran petroglifos en la Pedra do Altar y la Pedra do Compás, en el denominado Monte dos Bicos.

Ruta Menhires

Rosa de los vientos
Fuente: Wikimedia/D.Rovchak CC BY-SA 4.0

Entre las tres rutas posibles, la Ruta Menhires es la más completa y la más recomendable de realizar si dispones de tiempo suficiente. Son 4 kilómetros de recorrido circular por todo el parque. Se inicia en la estatua Breogán y avanza por el lado izquierdo de la Torre. A pocos metros se encuentra Guitarra, una obra de Pablo Serrano en acero cortén, y la única que tiene relación con la música en el entorno. La siguiente es Combate entre Hércules y Gerión, de Xosé Espona, y Ártabros, de Arturo Andrade, un conjunto escultórico formado por tres figuras sobre un pedestal que representan a un marino, un guerrero y una mujer.

Desde aquí puedes bajar hasta una cala a los pies de la Torre o bien seguir el sendero alrededor que te permitirá ver las esculturas de acero Guardianes, de Soledad Penalta, y la Rosa de los vientos, el inconfundible mosaico circular de Javier Correa, sobre los acantilados, a los pies del faro, con 25 metros de diámetro.

La senda entronca con la Ruta Punta Herminia, por lo que también conduce hasta la Caracola y la Copa do Sol, pero sigue alejándose hacia los otros puntos del parque, siguiendo la línea de la costa. La primera estatua en este tramo es La nave de piedra, de Gonzalo Viana, que representa a Hércules sobre la nave de los argonautas.

Familia de Menhires

Familia de menhires
Fuente: Wikimedia/Susana Fernández CC0 1.0

Los famosos Menhires de Manolo Paz son la siguiente parada en este tercer recorrido que da nombre a la Ruta Menhires. Es uno de los conjuntos escultóricos más fotografiados del parque y se compone de una docena de menhires que representan a los padres y a los hijos, de ahí que también se denomine Familia de Menhires. Contra el mar, en el Cabal de Pradeira, se localiza el lugar en el que estuvo el cementerio musulmán, construido para enterrar a los soldados marroquíes que participaron en la Guerra Civil, y que se ha reconvertido en la Casa de las Palabras.

A pocos metros, en el Campo da Rata, se alza el Monumento a los fusilados, de Isaac Díaz Pardo. En sus piedras puedes leer inscrito un poema de García Lorca, así como los nombres de los que fueron fusilados en este mismo lugar durante la dictadura de Franco. Desde aquí, la ruta prosigue por el paseo hasta llegar al punto de partida.

Torre de Hércules

Torre de Hércules
Fuente: Pixabay/jacouce

Sin duda, la Torre de Hércules es el principal punto de interés del parque, así que no dudes en visitarla, hagas o no las rutas. Se impone sobre el entorno con sus 55 metros de altura, y puedes verla desde cualquier punto. Hay dos esculturas más que puedes admirar a escasos metros de ella: Ara Solis, de Silveiro Rivas, y la Hidra de Lerna, de Fidel Goás.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2009, lo mejor es adentrarte primero en el interesante Centro de Interpretación y Atención al Visitante (CIAV) de la Torre de Hércules antes de acercarte a descubrirla.