A estas alturas, es posible que hayas cogido más de un vuelo y seguido al pie de la letra todos los pasos que conforman su ritualizado procedimiento, que se repite en todos y cada uno de los vuelos. Seguro que tampoco te resulta extraño escuchar al responsable de a bordo dirigirse a los pasajeros, especialmente al comienzo y al final del trayecto, para informar acerca de la temperatura, la duración del viaje o el tiempo que resta para llegar al destino.
Sin embargo, desconoces qué pasa por la mente o la información que se guarda esa voz amable que se dirige a los pasajeros, que es quien tiene el poder y el control de la aeronave y conoce todos sus entresijos. Pero los tiempos de sequía informativa han concluido, pues el surgimiento de las redes sociales, foros y blogs especializados como Ask de Pilot han arrojado un poco de luz acerca de algunas cuestiones e intimidades que no nos cuentan quienes nos pasean por las nubes.
Los teléfonos móviles y los dispositivos electrónicos no derrumban el avión
Subir al avión y apagar el móvil o cualquier otro dispositivo electrónico son dos cuestiones intrínsecamente relacionadas. Es una de las primeras normas que nos indica la tripulación del vuelo, que los pasajeros acatan sin más, muchos de ellos teniendo en mente que si no lo hacen, provocarán que el avión se estrelle o un accidente aéreo.
Sin embargo, la razón por la que nos instan a inactivar dichos aparatos no es estrictamente la seguridad. Según nos explican en el blog Ask de Pilot, “las aeronaves están diseñadas y protegidas teniendo en cuenta esta interferencia y, por lo tanto, mitigar los efectos nocivos”.
Los dispositivos electrónicos móviles realmente no derribarán un avión, pero pueden ser realmente molestos para los pilotos”. Es decir, cuando están encendidos provocan interferencias en el sistema de control, emitiendo una especie de zumbido persistente, que perciben especialmente cuando reciben información desde la zona de control.
Muchos aterrizajes bruscos son intencionados
Un aterrizaje violento, brusco o forzoso, lo que popularmente se llama pelotazo o toma dura, no siempre es sinónimo de poca pericia del piloto, a pesar de que muchos pasajeros así lo perciben. De hecho, la mayoría de las veces son intencionados, necesarios para solventar eventualidades técnicas y la forma más segura de aterrizar.
Tal y como nos explica un piloto en la plataforma Reddit, “cuando experimentas un aterrizaje forzoso con mal tiempo, no es por falta de habilidades de piloto, sino intencional. Por ejemplo, si la pista está cubierta de agua, el avión debe aterrizar con fuerza para perforar la capa de agua y evitar el aquaplaning“.
No les preocupan las turbulencias
La mayoría de los pasajeros lo pasan mal y muchos entran en pánico cuando atraviesan una zona de turbulencias, pero para los pilotos no tienen tanta importancia. En Ask de Pilot nos explican que son “molestas para la tripulación, pero normales. Así que, desde la perspectiva del piloto, no un problema de seguridad. Los pasajeros pueden sentir que el avión cae, pero apenas se mueve“.
El menú de a bordo es diferente para el piloto y el copiloto
Aunque cada compañía aérea aplica sus propios criterios, lo cierto es que el piloto y el copiloto no comen lo mismo que el resto de los pasajeros y la tripulación ni tampoco lo mismo uno y otro. La razón es obvia: evitar dobles intoxicaciones para que el vuelo discurra con normalidad y en condiciones de seguridad.
Además, las aerolíneas aconsejan a sus pilotos cuidar lo que ingieren las horas previas y no comer lo mismo que el segundo de a bordo.
No toman café
Cada vez son más los miembros de tripulaciones aéreas que se manifiestan acerca de la mala calidad del café y las bebidas calientes que se sirven en los vuelos. Esto se debe a que los tanques de almacenamiento de agua no reúnen las condiciones higiénicas que deberían porque no se limpian.
A esto se añade que está tratada con productos químicos para evitar la aparición de microorganismos. En consecuencia, el sabor del café se aleja mucho del concepto rico.
Los aviones reciben rayos
Los aviones son alcanzados por rayos muchas más veces de las que pensamos. De hecho, algunas estadísticas estiman que cada 1.000 horas de vuelo pasa. No nos lo cuentan, y tampoco es necesario. A los pasajeros no les pasa nada, ya que la carga eléctrica que afecta al exterior del aparato no interfiere en el interior, pues están diseñados para que la electricidad se vaya por las puntas de las alas.
Aunque, como nos cuentan en Reddit, “puede interferir en el sistema de a bordo, conllevado que el piloto tenga problemas para continuar en el aire y se vea obligado a aterrizar”.
Únete a la conversación