¿Cómo una isla tan pequeña puede ofrecer tanto? Es algo que siempre me he preguntado al pensar en Menorca. Uno de los mejores lugares en nuestro país, si no el mejor, para encontrar ese relax tan necesario tras duros meses de trabajo. Menorca siempre ha apostado por la tranquilidad, los planes de calma y el delicioso “dolce far niente” que los italianos conocen tan bien. Hay quien se fue a Menorca estresado de la vida en la gran urbe y nunca volvió porque allí encontró su ritmo, el ritmo de la naturaleza.
Quien llega a Menorca busca playas y calas escondidas, apartadas del mundo, donde simplemente tumbarse y descansar. Estoy segura de que a estas alturas del año 2020 más de uno sabe de lo que le estoy hablando. Menorca tiene las mejores calas de España, lugares que son pequeños paraísos alejados del gentío, el ruido y sobre todo del mortal stress ¿Te vienes?
Las indispensables: Macarella y Macarelleta
Al abrigo de miradas indiscretas, enclavadas en un entorno natural y salvaje rodeado de pinares, bosques y acantilados se encuentran no dos sino cuatro calas espectaculares. Se trata de Cala Macarella y Cala Mitjana, las más grandes y cala Macarelleta y Mitjaneta, las más pequeñas.
Todas están un poco apartadas desde la zona de aparcamiento, lo que hace que el descubrimiento del camino y la llegada a las calas sea como un tesoro escondido que te abra los ojos como platos a la belleza de esta isla. Pasear por Macarella y Macarelleta es una experiencia en sí misma, descubre los pinares y los acantilados alrededor y deléitate con la gama de azules más brillantes que hayas visto en el agua. Puedes cruzar de una a otra por la orilla. Realmente un escenario de película.
Si te entra el hambre o la sed la cala de Macarella tiene un bar en uno de los extremos (antes de la playa), un lugar sencillo y encantador.
Las fotogénicas: Mitjana y Mitjaneta
Sólo hace falta viajar al sur de la isla para encontrar ese lugar de las fotos de Instagram donde se inmortalizan los saltos al vacío hacia el agua turquesa del paraíso menorquín. Mitjana y Mitjaneta suelen ser el escenario escogido para los saltos desde los acantilados. Lugares que combinan a la perfección lo mejor del mar y de la montaña.
Entrar a la Mitjaneta es entrar al paraíso, a la foto perfecta. No te vayas de estas calas sin la foto desde el árbol, la recordarás para siempre.
La casi escondida: Es Caló Blanc
Es Caló Blanc es una cala impresionante, una de las favoritas. Se trata de un rincón acogedor todo en roca y con un agua tan transparente que parece irreal. No es una cala muy masificada y ese es uno de sus grandes encantos. Para llegar acércate al pueblo de Binibeca, no hacen falta más palabras para describirla, verás el por qué en cuanto llegues.
No hay servicios en la cala, justo ese es el punto remoto y encantador así que llévate todo lo necesario. No lejos de allí, cerca del aparcamiento, sí encontrarás todos los servicios que quieras en el propio pueblo de Binibeca donde hay todo tipo de actividades y chiringuitos para los más activos. Pasea y respira la esencia del pueblo balear de pescadores al más puro estilo local.
La de arena: Cala Turqueta
Y si prefieres la arena, las playas tranquilísimas y los tonos turquesa del mar esta es la tuya, Cala Turqueta al sur de la isla. Tanto la anterior como esta son pequeños tesoros casi escondidos de Menorca. Deja que el sol, la arena, el entorno y la tranquilidad te acunen y te cuiden. Menorca es siempre un bálsamo para las vidas estresadas.
Cala Turqueta dispone de baños y chiringuito al lado del aparcamiento, a unos 10 minutos desde la playa. Llegar es muy fácil desde Mahón y por eso hay bastante gente que accede a ella. Todo tiene pros y contras, pero sabiéndolo puedes escoger el mejor lugar para ti y tus ritmos.
La aislada: Cala Pregonda
Para llegar a Cala Pregonda hay que recorrer un largo camino, aunque el premio al final vale mucho la pena. La perspectiva de una arena dorada y suave, un paisaje salpicado de rocas y con hermosos islotes en el horizonte hace de este lugar un enclave perfecto y aislado. Un plan ideal para pasar un día como si fuese una cala privada donde sentirse a sus anchas.
Te contamos cómo llegar a este paraíso escondido. Si te diriges en coche a Fornells por la carretera de Es Mercadal encontrarás un desvío a la playa de Cavallería. Encontrarás carteles indicándote el camino. Tras aparcar, tendrás que caminar durante unos 20 min por el Cami de Cavalls y al final de tu recorrido llegarás a este perla en forma de Cala.
La de barro: Playa de Cavallería
Si cambiamos la orientación y nos dirigimos al Norte de la isla muchas cosas cambian, entre ellas las Calas. En el norte, en lugar de encontrar arena blanca y acantilados nos sumergimos en arena dorada o rojiza y playas que se abren de par en par. La playa de Cavallería es famosa por sus barros y las pozas ocultas donde ponerte a remojo y empaparte con ellos. Sus propiedades para la piel son muy conocidas.
La urbana: Cala Galdana
En Menorca hay calas para todos los gustos. Si eres un urbanita y te gusta el ambiente y la actividad te recomendamos Cala Galdana. En ella encontrarás infinidad de servicios turísticos, restaurantes, bares, tiendas … y al mismo tiempo la sensación de naturaleza ya que está rodeada de una arboleda. Es un lugar muy agradable y acogedor, y para cualquier público.
El hecho de ser muy famosa y recibir muchos visitantes no le resta interés o belleza a esta cala. Sigue poseyendo todo el encanto de las calas del sur, como una piscina de ensueño con agua turquesa y fina arena. Podría ser una de las mejores calas de Menorca por todos los servicios y el encanto que posee. No dejes de visitarla.
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