Lograr ciudades cada vez más sostenibles y con menos vehículos que incrementen la contaminación ambiental es objetivo prioritario a nivel mundial y, por supuesto, para la gran mayoría de ciudades europeas.
Poco a poco, las calles peatonales han ido ganando protagonismo en el entorno urbano como ejes esenciales en el desarrollo de la vida cotidiana. No importa que se trate de grandes avenidas o de pequeñas vías, porque todas las calles peatonales tienen un encanto especial que las convierte en lugar perfecto de paseo, compras y ocio.
Forman parte esencial del corazón de numerosas ciudades y recorrerlas es un placer, por lo que, si te apetece, te proponemos un recorrido por algunas de las calles peatonales más bonitas y animadas de Europa.
Stroget Street, Copenhague (Dinamarca)
Se considera la calle peatonal más larga de Europa y su kilómetro y medio de longitud la convierte en una de las principales arterias de Copenhague. En realidad, no es una única calle porque de ella salen otras más pequeñas, también peatonales, que crean un particular entramado en pleno corazón de la capital danesa.
La plaza del Ayuntamiento (Radhuspadsen) es un excelente punto de partida para empezar a recorrer la siempre animada calle donde vas a encontrar todo tipo de comercios, desde establecimientos de conocidas (y lujosas) marcas, hasta tradicionales tiendas de artesanía. Restaurantes, terrazas y bonitas fachadas de antiguos edificios señoriales acompañan este paseo que llega hasta la también encantadora plaza de Kongesns Nytorv, una de las más transitadas de la ciudad, presidida por la estatua ecuestre del rey Christian V y próxima al famoso canal Nyhavn.
Rua Augusta, Lisboa (Portugal)
La rua Augusta es la espectacular calle peatonal que atraviesa el barrio de la Baixa de la capital portuguesa. Arranca de la emblemática plaza del Comercio, dejando atrás el monumental arco del Triunfo que mira al río Tajo, y llega hasta otra de las plazas lisboetas más concurridas, la del Rossio.
Si algo la caracteriza es un trasiego constante de portugueses que realizan sus compras junto a turistas que miran con interés tanto el pavimento de bonitas figuras geométricas, como las fachadas de algunos edificios que aún conservan los tradicionales azulejos.
Rua Augusta está llena de tiendas, oficinas, terrazas y coquetos cafés. No faltan músicos y vendedores ambulantes que contribuyen a crear un ambiente muy especial en esta vía del centro neurálgico de Lisboa de la que parten otras calles con nombres que recuerdan a antiguos oficios como la rua de la Prata o la rua do Ouro, donde se encuentra el famoso elevador de Santa Justa que lleva al barrio de Chiado.
Vaci Utca, Budapest (Hungría)
La capital de Hungría, que el majestuoso Danubio divide en las ‘ciudades’ de Buda y Pest, cuenta con varias calles peatonales de especial belleza e interés. Una de las más importantes es la Utca (calle) Váci, que transcurre paralela al río en la zona de Pest uniendo dos emblemáticas plazas húngaras: la Vörösmarty Tér y la Foram Ter.
La calle es casi un centro comercial abierto, siempre con importante trasiego de personas que van a las tiendas de moda de conocidas firmas internacionales, descubriendo, entre ellas, algún comercio tradicional lleno de encanto. Tiendas de regalos, de arreglos florales o de decoración navideña no pasan desapercibidas en la siempre ajetreada calle.
De visita obligada en un recorrido por Budapest, merece la pena observar algunos de los elegantes edificios que la flanquean y aprovechar para conocer el gran mercado central (plaza Vörösmarty) y el famoso café Gerbaud.
Rue des Barres, París, (Francia)
Muy distinta a las anteriores, la rue de Barres es una pequeña calle peatonal que permite pasear por el París medieval en un bello recorrido que arranca casi en la orilla del Sena y se sumerge en el coqueto barrio de Le Marais.
Se trata de una de las calles más antiguas de la ciudad, que aparece en los mapas parisinos del siglo XVI. Situada a espaldas de la iglesia de Saint Gervais, esta encantadora y tranquila rue permite viajar a épocas pasadas mientras se contemplan casas tradicionales que conservan el entramado de madera en sus fachadas, edificios señoriales e incluso algún antiguo convento.
Recorrer su pavimento empedrado, con algún tramo de anchos escalones que guían al paseante a Le Marais, es un placer que incluye más de una parada para, así, poder curiosear en las bonitas tiendas, disfrutar del agradable ambiente de la conocida terraza del Café Louis Philippe o probar alguna especialidad de la gastronomía francesa en el selecto Chez Julien.
Calle Stradun, Dubrovnik, (Croacia)
Pasado y presente de la bella ciudad croata se dan la mano en la calle Stradun, eje principal del casco antiguo de Dubrovnik y lugar de visita obligada para tomar el pulso al día a día de la llamada perla del Adriático. A lo largo de sus aproximadamente 300 metros, la calle Stradun, también llamada Placa, alberga algunos de los edificios históricos y monumentos más importantes de la ciudad como la gran fuente de Onofrio, la iglesia de San Blas o el palacio Sponza.
Recorrer esta calle, que sorprende con la belleza de las fachadas de sus edificios, supone atravesar el corazón del espectacular casco histórico de Dubrovnik, ya que, conecta las dos puertas de las soberbias murallas que lo protegen desde hace siglos: la Pile gate y la Ploce gate.
Lugar de encuentro de croatas y turistas, las cuidadas tiendas de todo tipo, los restaurantes y las terrazas hacen que Stradun no solo sea una de las calles peatonales más bonitas de Europa, sino también una de las más animadas.
Avenida Portal de L’Angel, Barcelona (España)
Repartidas por toda la geografía española, son numerosas las calles que han ido dando paso al peatón. El Portal del Ángel, en pleno corazón de Barcelona y paralela a las Ramblas, es una de ellas. La céntrica avenida, una de las calles más caras respecto al precio de los alquileres comerciales, parte de la Plaza Catalunya y desciende en dirección al mar hasta llegar al inicio del barrio Gótico.
La calle debe su nombre a la antigua puerta que formaba parte de las murallas que protegían la Barcelona del siglo XIII, y que, en un principio, se llamó Portal des Orbs (de los ciegos). En la actualidad es uno de los principales ejes comerciales de la ciudad, siempre lleno de gente que también aprovecha para contemplar las casas señoriales y los edificios modernistas que le dan ese toque de elegancia que la caracteriza.
Tiendas, puestos de artesanía, firmas internacionales, grandes cadenas de moda y complementos o vendedores ambulantes forman parte de una calle llena de vida y de contrastes.
Kaufinger strasse, Múnich (Alemania)
La calle Kaufinger es una de las más antiguas de la capital de Baviera y forma, junto con la paralela Neuhauserstrasse, un eje peatonal esencial en Múnich. Cualquier visita a esta ciudad alemana incluye recorrerla, ya que conecta dos puntos clave: la Marienplatz, donde está el bello edificio neogótico del Nuevo Ayuntamiento y la Karlsplatz.
Pasear por la elegante avenida, de las más transitadas de toda Alemania, permite detenerse a contemplar las fachadas de los edificios señoriales, algunos con arcadas y coquetos soportales o los escaparates de las más prestigiosas tiendas de moda, sin olvidar hacer una pausa en alguna de las tradicionales cervecerías que llenan la calle de buen ambiente. Además, muy cerca se encuentra la imponente catedral de Múnich, cuyas torres pueden contemplarse desde esta calle con solo levantar la vista.
Calle Preciados, Madrid (España)
La calle Preciados, junto a la paralela calle del Carmen, es uno de los núcleos comerciales más destacables de la capital que, además, se encuentra en pleno centro de Madrid, próxima a importantes monumentos. Son miles las personas que cada año la recorren, especialmente en épocas como Navidad o rebajas, atraídas por los múltiples comercios concentrados en esta zona.
La calle es más que un lugar de compras, porque esta céntrica vía peatonal une la emblemática Puerta del Sol madrileña con la Plaza de Santo Domingo, pasando por la plaza del Callado, puerta directa a la espléndida Gran Vía. Preciados forma parte de toda una extensa zona central en la que, ¡por suerte!, el peatón ha ido, poco a poco, ganando espacio y protagonismo.
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