Cada sociedad tiene una serie de tradiciones y cumple con unos convencionalismos propios que pueden sorprender al viajero, sobre todo, cuando partimos hacia culturas milenarias que poco tienen que ver con nuestro entorno.
Así sucede en Oriente, en el que la fascinación que produce y el exotismo que caracteriza a los países orientales embelesan y asombra a los europeos. Para que no te cojan por sorpresa algunas de ellas, repasamos algunas costumbres japonesas muy curiosas que seguro que te ayudarán a conocer mejor aquellas tierras lejanas.
Reverencias
Las muestras de respeto en Japón constituyen una de esas formas de comportamiento imprescindibles y que pueden sorprender a los viajeros españoles, procedentes de un país en el que la familiaridad y la expresividad es parte de su día a día.
De tal forma, las reverencias son el saludo habitual entre las personas y tienen sus propias reglas según a quién se le dedique. Así, es conveniente hacer una pequeña inclinación y, en el supuesto de que estemos disculpándonos, deberemos mantener la postura un poco más que si simplemente estuviéramos saludando.
Los japoneses distinguen principalmente entre tres tipos de reverencias: saludo (eshaku) inclinación (keirei) y la reverencia de respeto (saikeirei). A las personas de la misma categoría se las saluda con la reverencia más sencilla, con una inclinación de 15 grados. La inclinación de 30 grados se dedica a aquellos que están en una situación superior, como el jefe, mientras que el saikeirei se reserva para mostrar el máximo respeto y pedir perdón, con una inclinación de unos 45 grados.
Por último, entre familiares y amigos cercanos se utiliza una leve inclinación de cabeza de unos 5 grados. Como turista, puedes utilizar esta última, pero olvídate de rozarte con nadie que no sea de total y absoluta confianza, dar palmaditas en el hombro, tender la mano o plantar un par de besos en las mejillas.
Oshiya
Los «empujadores» (Oshiya) son unos trabajadores que se encuentran en las estaciones de metro para empujar a los pasajeros al interior de los vagones en las horas punta. Se contratan para las estaciones más transitadas y con aglomeración de gente, de manera que la empujan para asegurarse de que nadie se verá atrapado entre las puertas cuando se cierren. Asimismo, se encargan de mandar bajar a las personas que ya no caben en el vagón por más que lo intenten y regular esas subidas y bajadas de gran cantidad de viajeros.
Costumbres japonesas en la mesa
De nuevo, las formas al comer a la mesa en Japón son todo un arte. En los restaurantes, antes de servir la comida, se entrega un paño húmedo para limpiarse las manos, que se debe doblar después cuidadosamente y dejar retirado a un lado.
Así como hacer ruido al comer en muchos países europeos es una señal de mala educación, en Japón se acepta sin problema y se interpreta de forma completamente opuesta. Los japoneses consideran que si emites ruidos al comer los tradicionales fideos estás disfrutando, por lo que se sienten halagados.
Propinas
Lo que sí se interpreta como una incorrección en Japón es dejar propina en los establecimientos. Los japoneses consideran que el servicio que se ofrece siempre ha de ser adecuado y bueno, por lo que no debe premiarse como si fuera una excepción, ya que el precio que se abona en los locales y restaurantes ya incluye todos los conceptos.
Tanto es así que, en el supuesto de que te despistes y dejes propina en la mesa, probablemente te persiga el camarero para devolvértela, pensando que el dinero se te ha caído de la cartera. Como resultado, entre las costumbres japonesas no se encuentra dejar propina.
Número 4
Si en España es el número 13 el que tiene mala fama para los supersticiosos, los japoneses evitan el número 4 siempre que pueden. Y es que muchos de ellos padecen tetrafobia, una aversión hacia el número 4 que provoca que lo rechacen y lo eludan en situaciones varias, como pueden ser los asientos de aviones o trenes. La razón estriba en que la pronunciación de esa cifra en su idioma es similar a la de la palabra «muerte». Mejor no mentarla. Esta fobia también es frecuente en otros países asiáticos, como China y Corea.
Zapatillas especiales
Seguramente esta sea una de las costumbres más conocidas de Japón: las zapatillas. Y es que al entrar en las casas es necesario descalzarse y ponerse unas zapatillas que entregan de cortesía al huésped para moverse por la vivienda. La razón es no introducir el polvo y la suciedad en casa ni dañar el tatami. De igual modo, pueden ofrecértelas en establecimientos públicos como hoteles, y se usan otros calzados especiales para moverse por el interior de otros centros como gimnasios y colegios.
Obsequio a los anfitriones
Cuando alguien te invita a una casa en Japón, la costumbre es llevar un regalo. El obsequio a los anfitriones resulta fundamental para agradecerles el honor de que te abran las puertas de su casa. Basta con un pequeño detalle, como una caja de bombones, pastas o una botella de vino, pero que ha de estar convenientemente empaquetado. Puedes envolverlo con la técnica Furoshiki. Y si alguien acude a visitarte y te lleva un obsequio, jamás lo rechaces.
Piel blanca
El ideal de belleza femenino en Japón sigue siendo la piel muy blanca, así que las japonesas evitan por todos los medios ponerse morenas y tienen por costumbre ir con sombreros, paraguas opacos y guantes. Y es que, al igual que sucedía en Occidente durante el siglo XIX, se considera que estar moreno es característica de las clases bajas, que suelen trabajar al aire libre o en el campo.
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