Si de por sí la Sierra de la Demanda es un sitio que dentro del territorio español siempre ha llamado la atención de los viajeros, con sus magníficos paisajes y una geografía única que se extiende sobre el sureste de la provincia de Burgos, no menos atractivo resultará tomarse unos días de vacaciones para dejarnos encantar por las Lagunas de Neila, un auténtico tesoro natural que debes conocer.
Como su nombre bien lo indica, nos referimos a unas formaciones de agua que, sin embargo, destacan por asentarse a aproximadamente 2.000 metros de altura, lo que no sólo provoca panorámicas increíbles en medio de las montañas de Burgos, sino además que, durante buena parte del año, permanezcan congeladas, algo que no suele ocurrir con otros caudales de agua.
Cómo llegar a las Lagunas de Neila
La mayoría de los viajeros que deciden acercarse hasta las Lagunas de Neila, lo hacen desde Quintanar de la Sierra, una de las poblaciones más relevantes de la Sierra de la Demanda, y zona de paso habitual para tomar la carretera BU-822. Ésta surge entre curvas y conduce al pueblo de Neila, y nos anticipa de alguna forma la belleza que nos rodeará en las siguientes jornadas.
Si nos desviamos oportunamente, ya que no hay necesidad de entrar en Neila -aunque nosotros lo recomendamos-, vamos a llegar a las propias Lagunas que llevan ese nombre, disfrutando de varias paradas dispuestas de modo específico, con sus rutas de senderismo y miradores.
Eso sí, tienes que saber que, por cuestiones de seguridad, estos accesos suelen cortarse al tráfico durante buena parte del verano, sobre todo en los meses de julio, agosto y septiembre, por lo que es probable que tengas que seguir a pie antes de divisar las primeras lagunas. Más allá de eso, hay un autobús que puede trasladarte hacia los diferentes destinos por un precio módico.
Si finalmente optas por parar en Neila, directamente te aconsejamos que te olvides de tu coche y vayas hasta la Casa del Parque Natural de las Lagunas Glaciares, dentro de la Iglesia de San Miguel. Lograrás conocer un poco de esta villa cercana, e informarte de las distintas travesías de senderismo que ofertan o la visita de los miradores.
Qué ver en las Lagunas de Neila
Hechas estas aclaraciones previas, hablemos un poco de los puntos turísticos de excepción que vamos a encontrarnos en el Parque Natural, y que básicamente son las siete lagunas, que pueden dividirse en tres sectores de acuerdo a su cercanía o lejanía.
En el sector más elevado, por ejemplo, tenemos la Laguna Larga, la Laguna Negra y la Laguna Corta. En el intermedio vamos a encontrarnos con la Laguna de los Patos, la Laguna Brava y la Laguna de las Pardillas. Y en la zona de menor altura, se distingue la Laguna de la Cascada.
Aunque cada una de ellas merece que les dediques al menos unos minutos, no deja de ser cierto que las más populares son la Laguna Larga y la Laguna Negra, a las que se puede acceder con relativa facilidad, y consideradas también las más bonitas para fotografías. En la carretera que hemos descrito antes, y por su ubicación, son las dos últimas a las que llegarás.
Además, debes saber que algunas, más que nada la Laguna Corta, permanecen prácticamente secas parte del año. Y como curiosidad se dice que Laguna de la Cascada merece una mención aparte, porque es la que más consigue cambiar su aspecto de acuerdo a la estación en la que la visitemos.
Senderismo, actividad obligatoria
Pero si te has acercado hasta las Lagunas de Neila, esperamos que lo hayas hecho con algún calzado cómodo, porque vamos a citar algunas de las mejores rutas de senderismo que podrás aprovechar para investigar un poco más a fondo el lugar. Rutas de senderismo aptas para todo tipo de personas, desde las que no suelen realizar ejercicio físico, hasta los más “andarines” que no miran las distancias.
Ruta circular por las Lagunas de Neila
Se trata del camino más famoso, y también el que te aconsejamos que lleves a cabo si es la primera vez que andas por las Lagunas de Neila. Se trata de un trayecto corto, simple, que incluso pueden elegir grupos familiares. Y, lo principal, es que vamos a bordear dos de las lagunas que destacábamos antes, tanto la Laguna Negra como la Laguna Larga.
Son unos seis kilómetros, que alcanzan los 2.049 metros de altura en el punto más alto del recorrido, casi como un balcón natural hacia la Laguna Brava y la Laguna de los Patos.
Las Calderas
Si pretendes conocer más o menos los mismos rincones que con la ruta anterior, pero llevando tu cuerpo a un mayor esfuerzo, tienes el sendero de Las Calderas. El obstáculo es que se trata de un trazado que se ha ido formando con el uso, por lo que no es compatible con viajeros que tengan limitaciones de movilidad o un estado bajo de forma. Pero si no es tu caso, adelante. No te arrepentirás en absoluto.
Claro que hay otros paseos, los que llevan a las lagunas no tan célebres, pero sin dudas creemos que los dos anteriores son aquellos por donde deberías comenzar tu andadura.
El Mirador de San Francisco
Tampoco deberías marcharte de esta zona sin pasar por el Mirador de San Francisco, sobre la misma carretera. Si tienes la suerte de que te toque una mañana o una tarde soleada, podrás ver un buen porcentaje de la Sierra de la Demanda. Aquí puede que debas ser un poco paciente.
Más allá de esta parada, hay otros miradores que surgen dentro de las rutas de senderismo, como el denominado Alto de la Campiña. Si bien los paisajes no alcanzan el extraordinario nivel del Mirador de San Francisco, ya que estás por ahí deberías echarles un vistazo.
Y esto ha sido todo. Las Lagunas de Neila merecen una visita en algún momento de nuestras vidas. Con la ventaja, además de que valen la pena en cualquier momento del año.
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