Gracias a las condiciones que se mantienen bajo el mar, como la temperatura, la presión, la salinidad y la ausencia de luz, el océano resulta perfecto para ser utilizado como bodega. La idea de estos almacenamientos submarinos se inspiró en los hallazgos de botellas en el interior de barcos hundidos. Fueron varios los emprendedores que comenzaron a desarrollarla y, desde entonces, la enología ha vivido una auténtica revolución.
Así que hoy os proponemos adentraros en el fondo del mar y probar los vinos que en él envejecen. Estas son algunas de las mejores bodegas submarinas en Europa, en las que vivir experiencias únicas de enoturismo. Además, tenemos la suerte de contar con algunas de ellas en España.
Edivo Vina (Croacia)
Una de las bodegas submarinas europeas más destacadas es Edivo Vina (Drače 18 A Drače, Pelješac, 20246, Croacia), en la localidad croata de Drače, a una hora en coche de Dubrovnik. Estas cavas en la península de Pelješac se inauguraron en el año 2011. Los vinos se depositan en ellas a una profundidad de entre 18 y 25 metros bajo el mar Adriático.
El vino pasa un trimestre en una bodega terrestre antes de ser sumergido en botellas o ánforas bajo las aguas, donde se almacenan alrededor de 700 días. Cuando los recipientes salen a la luz se han convertido ya en piezas únicas, cubiertas de algas, conchas y corales. Esta línea de vinos en hermosas ánforas o en botellas se denomina Navis Mysterium y se comercializa en ediciones limitadas.
Además de probar sus vinos, en Edivo Vina se ofrece la posibilidad de realizar una inmersión para conocer de primera mano las bodegas submarinas y disfrutar después del menú The secret of the ship, que incluye la cata, en el Edivo Wine Bar. Los precios de estos vinos tintos tan especial van desde los 34 euros de la botella convencional hasta los 328 euros de la Navis Mysterium Amphora.
Crusoe Treasure (Bilbao)
En la bahía de Plenzia, en el País Vasco, en un espacio de 500 metros cuadrados en el mar Cantábrico, se inauguró la primera bodega submarina-arrecife artificial del mundo: Crusoe Treasure (Areatza Hiribidea, s/n, 48630 Plentzia, Bizkaia).
Entre sus vinos submarinos Sea Soul, encontrarás variedades como Albariño y Ribera del Duero, entre otras, además de los Sea Passion, los mismos vinos pero envejecidos en tierra, de manera que se puede degustar ambos apreciando la diferencia. Los precios del pack individual rondan entre los 59 y los 79 euros.
Esta bodega vasca da la posibilidad de conocerla a través de diversos planes. Los más accesibles para todo el mundo son las catas en tierra, con una presentación audiovisual, así como la cata comparada, en la que se prueba un mismo vino que ha sido almacenado bajo el mar o envejecido en bodega convencional. Una visita enoturística muy especial que ofrece es el paseo en barco y cata por la bahía, hasta el sitio exacto en el que está la bodega submarina, así como reportaje fotográfico. Aunque hoy no puedas viajar a sus costas, ves abriendo boca a través de la cata virtual gratutia que se ofrece en el sitio web oficial de Crusoe Treasure.
Cavas Submarinas (Girona)
En el Mediterráneo destacan las Cavas Submarinas ubicadas en Cala Llevadó, en Tossa del Mar (Girona), en donde los vinos reposan durante 6 meses, a una temperatura constante de 8 grados. Aquí es posible vivir otra experiencia especial, ya que los visitantes pueden bucear hasta las bodegas, a 10 metros de profundidad, y extraer una de las más de 400 botellas que se almacenan, de tinto o de blanco, que pueden consumir posteriormente en el entorno de la hermosa cala rodeada de pinos.
Cavas Submarinas también cuenta con otras experiencias en torno al vino y sus espectaculares bodegas, con bautismo de buceo incluido.
MareVinum (Asturias)
En un lugar excepcional, a los pies del faro asturiano de San Emeterio, y en un espacio natural de conservación marina incluido en la Red Natura 2000 del Oriente de Asturias, hallamos otra cava submarina, la de MareVinum, bajo las aguas del mar Cantábrico.
La bodega terrestre de MareVinum (Calle Curtido, 1, 33590 Bustio, Asturias) se localiza a orillas de la ría Tina Mayor y una embarcación posibilita el trayecto hasta las bodegas submarinas. Es posible visitarlas en grupos cerrados, así como realizar catas de estos caldos únicos, con denominaciones de origen Ribera del Duero, Toro y Tierras de Castilla y León. Las experiencias incluyen el paseo en barco con contenido audiovisual e inmersión para visitar las jaulas donde reposa el vino. Los visitantes seleccionan una de las botellas, que será la que caten al regresar a tierra.
Egiategia (Francia)
En la costa vasca francesa, a 110 metros de altitud sobre el nivel del mar, encontramos las 2 hectáreas de viñedos de Egiategia (I5 Bis Chemin des Blocs, 64500 Ciboure, Francia). Sus vinos se sumergen en tanques especiales en el mar, a 15 metros de profundidad, en plena bahía de Saint Jean de Luz.
Entre los que envejecen parcialmente de esta forma, entre 4 y 9 meses, puedes degustar el Dena Dela blanco, con algo de lima; el Dena Dela rosado, con un toque de fresas y cítricos; y el Dena Dela tinto, con notas de bayas. Por su parte, el Artha se vinifica al 100 % bajo las aguas. Es posible visitar la bodega mediante reserva previa. Y si te apetece una botella las encontrarás a precios asequibles, a partir de unos 10 euros.
Vinos Tendal (La Palma)
En las islas Canarias se localiza Vinos Tendal (Bellido Alto s/n 38780 Tijarafe, Santa Cruz de Tenerife, La Palma), unas bodegas cuyos inicios se remontan al año 1997 y que una década después incrementaron su labor a la búsqueda de nuevas formas de crianza. De tal manera, además de sus bodegas terrestres, también cuentan con cavas submarinas ubicadas al oeste de La Palma, a 15 de metros de profundidad bajo las aguas del océano Atlántico.
Es posible hacer la visita a las cavas submarinas de la que constituye la primera bodega submarina de Canarias y bucear para contemplar las alrededor de 1500 botellas que en ellas envejecen.
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