Lejos parece quedar aquel famoso lema que afirmaba que Teruel Existe y buscaba reivindicar el abandono y olvido que vivía esta provincia aragonesa. Hace un tiempo que Teruel ha ido recuperando su sitio en el mapa del turismo español y cada año son más los visitantes que se acercan a conocer sus infinitos atractivos. La comarca de Jiloca, la Sierra de Albarracín, la comarca de Matarraña o, por supuesto, la propia ciudad de Teruel son razones suficientes para acercarnos hasta ella.
Alrededor de estos puntos, dispersados por la geografía turolense, se encuentran una serie de bonitos pueblos que se presentan como una elección perfecta para realizar alguna ruta o para detenernos a buscar la paz y el descanso, tan necesarios en esta época. Apunta bien esta lista con algunos de los pueblos más bonitos de Teruel y no te los pierdas en tu próxima escapada.
Albarracín
Es inevitable comenzar esta enumeración con Albarracín, una localidad que mira al cielo y que de forma constante aparece en los listados de pueblos más bonitos de España. Ubicada al suroeste de la provincia, se erige de forma majestuosa en las laderas de la sierra que lleva su mismo nombre mientras es vigilada por el río Guadalaviar.
Colgadas en la colina de este peñón, se levantan un conjunto de casas antiguas con tejados del característico color rojizo, que también recibe el nombre de rodeno. El interior del pueblo se distribuye en una serie de pequeñas calles estrechas y empinadas, lleno de rincones preciosos y realmente sorprendentes, que convergen en una encantadora plaza mayor que parece haberse detenido en el tiempo.
Miravete de la Sierra
Con una población de apenas 40 habitantes, la pequeña localidad de Miravete de la Sierra esconde uno de los mejores conjuntos medievales de la región. Situado a orillas del río Guadalope, su centro histórico se encuentra en lo alto del pueblo y concentra gran parte de los monumentos alrededor de sus dos plazas principales y su bonito puente del siglo XVI.
El monumento más interesante es la Iglesia de la Virgen de las Nieves, un templo gótico-renacentista de 1574, que destaca por su torre y sus bóvedas de crucería estrellada. Las ruinas del antiguo castillo, el Ayuntamiento o varios edificios civiles como la Casa Cavero, la Casa Rectoral o la antigua lonja terminan de confirmar el rico conjunto patrimonial de Miravete de la Sierra.
Calaceite
Otro bonito pueblo medieval es Calaceite, situado en una loma que divide la comarca de Matarraña. Alrededor de su Plaza Mayor se extiende un extenso centro histórico, muy bien conservado, que nos invita a recorrer hermosas callejuelas con sus originales casas solariegas en piedra.
El paseo nos ira descubriendo bonitas plazas, como la de los Artistas o la Plaza de España, e interesantes construcciones como su Ayuntamiento, la Casa Atal de Juan Cabré, la Casa Moix o la imponente Iglesia de la Asunción del siglo XVIII. Además de su impresionante patrimonio arquitectónico, Calaceite cuenta también con uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de la zona, entre los que destaca el poblado ibérico de San Antonio, que se remonta al siglo V a.C.
Valderrobres
Un precioso puente de piedra y el Portal de San Roque nos dan la mejor bienvenida posible al pueblo de Valderrobres, una sugerente sorpresa al sureste de Teruel, casi alcanzando la provincia de Tarragona. El castillo del siglo XII se levanta desde lo alto de la localidad para vigilar todo el valle y se mantiene como uno de los castillos medievales mejor conservados de la antigua Corona de Aragón.
A partir del castillo se extendió un importante núcleo urbano que fue creciendo en siglos posteriores y nos fue dejando un conjunto patrimonial de lo más variado con construcciones como el Ayuntamiento del siglo XVI, la Iglesia de Santa María la Mayor o edificios civiles como el Palau, la Casa Molés, la Casa Foz o la Casa Pereret.
Puertomingalvo
Íberos, romanos y musulmanes fueron plenamente conscientes de la extraordinaria belleza del entorno natural que ofrece la Serranía del Maestrazgo y se fueron estableciendo de forma sucesiva en Puertomingalvo. Alrededor de un castillo, que data del Siglo XII, se dispersa una enmarañada red de calles estrechas que transportan al visitante a este rico pasado histórico.
Entre sus atractivos turísticos, destaca la Iglesia de la Asunción, un bonito templo barroco con su particular torre campanario que ofrece unas vistas inigualables de todo el valle. El Ayuntamiento del siglo XIV, el antiguo hospital de Santa María de Gracia o algunos palacios como la Casa LLorens son otras de las sorpresas que nos iremos encontrando en nuestro paseo por este lindo pueblo.
Rubielos de Mora
La localidad de Rubielos de Mora se ubica en la comarca de Gúdar, al sur de Teruel. Conocida como el “Pórtico de Aragón” se levanta sobre el altiplano y vigilaba toda la comarca con su imponente muralla, de la que todavía se conservan dos torres porticadas.
En su centro histórico podemos ver algunos monumentos como la Excolegiata Santa María la Mayor, con un interesante retablo gótico en su interior, o la Casa Consistorial, de estilo renacentista. Pero lo más recomendable es perderse por sus calles y descubrir un gran número de casas solariegas y palacios que destacan por sus fachadas de piedra, escudos nobiliarios y balcones en forja.
Cantavieja
La localización de Cantavieja en un alto peñón calizo a más de 1300 metros de altitud marca sin duda el perfil tan marcado de este bonito pueblo situado en el Maestrazgo turolense. Pero sería un error muy grave quedarnos simplemente con esta bonita panorámica y no adentrarnos a conocer un centro histórico lleno de historia.
Su original Plaza Porticada es una de las más bonitas de España y se presenta como el centro neurálgico de Cantavieja. Alrededor de la misma encontramos monumentos tan interesantes como la Iglesia de la Asunción, la Casa el Bayle o la Casa Consistorial. Templarios y carlistas marcaron, entre otros, la historia de esta localidad y hoy podemos visitar el curioso Museo de las Guerras Carlistas para descubrir el importante papel de Cantavieja en estas tres guerras que tuvieron lugar en el siglo XIX.
Mirambel
Mirambel puede presumir de un espectacular entorno natural, que la convierte en un deseado destino de turismo activo, y de un no menos espectacular centro histórico medieval que atrae visitantes de todo el país. Torreones, puertas amuralladas, iglesias, conventos, palacios o casas solariegas se van sucediendo en el entramado de calles que encierra su conjunto amurallado.
Su Ayuntamiento de estilo renacentista está perfectamente acompañado de interesantes edificios medievales como la Casa Aliaga o la Casa Castellot. Tampoco faltan buenos ejemplos de arquitectura religiosa como el Convento de las Agustinas Ermitañas, la Ermita de San Martín o la Iglesia de Santa Margarita.
Beceite
También integrado en la comarca de Matarraña, Beceite da la bienvenida a uno de los ecosistemas naturales más variados de toda Europa. Se encuentra rodeada de extraordinarios paisajes montañosos, como la sorprendente Ruta del Parrizal, pero también alberga un valioso casco histórico medieval.
Cinco bonitos portales señalan la entrada a este centro histórico, donde destacan calles con mucho encanto y algunas construcciones como la lonja del siglo XV, su elegante puente de piedra o la Iglesia de San Bartolomé, con su espectacular fachada barroca y columnas salomónicas. También puedes visitar alguno de los molinos que se usaban en la fabricación de papel y que convirtieron a Beceite en capital de la industria papelera durante varios siglos.
Linares de Mora
Terminamos este listado con Linares de Mora, un encantador pueblo encajado en una franja rocosa, aunque podríamos seguir con muchos más ejemplos a lo largo de todo Teruel. En una bonita sucesión escalonada a lo largo de la colina se van sucediendo bonitas casas blancas de tejados rojos hasta llegar a las ruinas del castillo, que preside todo el entorno.
A los pies del mismo se encuentra la Iglesia de la Inmaculada, de estilo barroco, y su torre del campanario, que curiosamente se encuentra separada de la misma. Un paseo por sus empinadas y estrechas calles nos llevará a conocer algunos bonitos rincones, varias ermitas como la de Santa Ana o su puente medieval sobre el río Linares, cuya construcción se remonta al siglo X.
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