Un recorrido en funicular es siempre una pequeña aventura que se disfruta con cierta sensación inevitable de vértigo. Las cabinas en parte acristaladas, que cuelgan de un cable llevándonos hacia algún lugar poco accesible, ofrecen una visión de 360º y en altura, algo que hace que viajar en ellas resulte emocionante.
Los teleféricos no son solo un práctico medio de transporte para llegar a zonas elevadas. Además, permiten una experiencia de inmersión total en el paisaje logrando que podamos contemplarlo a vista de pájaro. Si en tu próximo destino hay uno, no pierdas la oportunidad de subir en él y disfrutar de la sensación de llegar a lo más alto de donde estés. Atrévete a descubrir los 7 teleféricos más impresionantes de España y vive momentos únicos.
Teleférico del Teide (Tenerife)
Imposible empezar por otro, porque el teleférico que sube al majestuoso volcán del Teide, en la isla canaria de Tenerife, es el que alcanza más altura de toda España en su subida a la montaña más alta del país (3.718 metros sobre el nivel del mar). El teleférico se encuentra en el Parque Nacional del Teide, en un entorno tan bello como extraño y fascinante, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
En su espectacular ascenso, parte de la estación base, donde hay un restaurante y donde se puede asistir a una interesante explicación audiovisual sobre el Teide y su entorno. Luego, continúa hasta la estación de la Rambleta, a 3.555 metros, a poco más de 160 de la cima. Aquí las vistas del Parque, del valle de la Orotava, de toda la isla a tus pies y del archipiélago canario casi en su totalidad, perfectamente apreciable en los días despejados, es una experiencia que no se olvida.
Un consejo: aunque disfrutes del sol de la isla tinerfeña, lleva una chaqueta ligera al subir al teleférico. El descenso de temperatura y el viento, estando tan cerca de la cumbre, son considerables.
Teleférico de Fuente Dé (Cantabria)
Si de ‘volar’ hacia los picos montañosos más altos se trata, el teleférico de Fuente Dé es también un magnífico aliado. Es uno de los funiculares más largos de toda Europa, capaz de salvar un desnivel de 753 metros en pocos minutos, situando a sus pasajeros a una altura cercana a los 2.000 metros sobre el nivel del mar.
En Fuente Dé, el paisaje de alta montaña es protagonista absoluto, ya que el teleférico se ubica en la bella comarca de Liébana, en Cantabria, inmersa en el corazón de los Picos de Europa. Para llegar, una buena idea es visitar la encantadora localidad de Potes (aprovechando para saborear un delicioso cocido lebaniego) porque desde aquí, el punto de acceso al funicular se encuentra a escasos 28 km, estando el recorrido, para llegar a él, perfectamente señalizado.
El verde paisaje cántabro se impone durante el ascenso y cuando el teleférico llega al punto más alto, donde está la cafetería llamada ‘El cable,’ se pueden contemplar las imponentes vistas de la cordillera Cantábrica hacia el sur, así como las cumbres del macizo Central y los Picos de Europa al norte. Todo un sobrecogedor espectáculo de la naturaleza.
Teleférico de Madrid
Inaugurado en 1969, el teleférico de Madrid inicia su recorrido en el céntrico paseo Pintor Rosales y llega hasta la Casa de Campo, ofreciendo un magnífico recorrido con el que ver una buena parte del skyline de la ciudad. Desde la particular perspectiva de estar a 40 metros de altura, el funicular permite contemplar algunos de los edificios y espacios emblemáticos de la capital.
El palacio Real, la catedral de la Almudena, el parque del Oeste, la estación de Príncipe Pío, la ermita de San Antonio de la Florida, el edificio España, la Torre Picasso… cruzar el río Manzanares y llegar por aire a la Casa de Campo, donde se encuentra el Parque de Atracciones de Madrid, es una bonita y entretenida experiencia, perfecta para toda la familia.
Teleférico de Montjuic (Barcelona)
La ciudad de Barcelona tiene dos teleféricos y uno de ellos es el que permite llegar, en pocos minutos, hasta la montaña de Montjuic en un impresionante recorrido de 750 metros en el que dejarse llevar por la magia de ver la preciosa ciudad Condal a tus pies. Las modernas cabinas de este funicular son, además, un práctico medio de transporte para ir desde el Parc de Montjuic, hasta el Castillo de Montjuic salvando un importante desnivel y ahorrando al visitante una subida algo dura.
Durante el paseo, las vistas panorámicas son soberbias e incluyen la perspectiva única, desde el aire, de algunos de los iconos de Barcelona, desde la Sagrada Familia, al Camp Nou.
En su ascenso, el teleférico hace una parada en el mirador de l’Alcalde, perfecta para disfrutar de los bellos jardines de Miramar, y, ya en la cima, son muchos los puntos de interés que guarda la mítica montaña de Montjuic, desde su castillo, imponente fortaleza del siglo XVII, hasta la maravillosa fuente Mágica de Barcelona o importantes museos, como la Fundación Joan Miró.
Interesante es también el teleférico del puerto, que sobrevuela el puerto de la capital catalana con un magnífico recorrido que va desde la torre de San Sebastián, en plena Barceloneta, hasta las faldas de Montjuic pasando por la emblemática torre de Jaime I.
Teleférico Benalmádena (Málaga)
Si tu próximo destino es alguna localidad de la costa del Sol, descubrir lo que ofrece el teleférico de Benalmádena, te va a gustar. Se trata de uno de los funiculares más modernos de España y las panorámicas que puedes disfrutar desde sus cómodas cabinas impactan.
No apto para personas con vértigo, el teleférico inicia su recorrido en el barrio de Arroyo de la Miel, en pleno corazón de Benalmádena y sube hasta llegar a la cima del monte Calamorro, en un impresionante ascenso de unos 3 kilómetros en 15 minutos ‘volando’ hasta los casi 800 metros de altitud. El litoral malagueño se despliega a tus pies y, si el tiempo permanece despejado, es posible incluso ver la costa africana.
Una vez en lo más alto del cercano monte, son muchas las actividades apetecibles, desde introducirte en el mundo de la cetrería contemplando una maravillosa exhibición de vuelo de rapaces, hasta decidirte a recorrer alguno de los senderos del Calamorro que permiten conocer algo mas de la flora y fauna mediterránea propia de la zona. Un recorrido por los distintos miradores hará que las vistas que contemples queden para siempre en tu retina.
Teleférico de Monserrat (Barcelona)
La visita al santuario de Montserrat es una de las más interesantes y sorprendentes que merece la pena incluir a la hora de descubrir Barcelona. El impresionante monasterio benedictino enclavado en la imponente montaña rocosa de Montserrat es un lugar santo de peregrinación desde hace siglos, al que poder acceder, de manera sencilla, con el funicular o ‘aeri de Montserrat’, inaugurado en 1930 y reconstruido tras finalizar la Guerra Civil.
En aproximadamente 5 minutos, las cabinas del teleférico, que cuelgan del cable, suben desde la falda de la montaña, casi totalmente en vertical, algo más de 1.300 metros en una experiencia de inmersión en el entorno que invita a pensar en la espiritualidad de este lugar.
Las vistas del valle del Llobregat, por donde discurre el río del mismo nombre, del pueblo de Monistrol y de la Santa Cova sobrecogen y preparan al visitante para descubrir algunas de las maravillas de Montserrat, desde la propia basílica donde está la venerada imagen de la Virgen Morena, cariñosamente conocida como la Moreneta, hasta la Escolanía o los importantes museos que forman parte de la imponente abadía.
Teleférico de Cabárceno (Cantabria)
A unos 15 minutos en coche de la hermosa ciudad de Santander, en Cantabria, los amantes de la naturaleza tienen un lugar excepcional donde disfrutarla al máximo: el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, hogar de más de 120 especies de animales de los cinco continentes que aquí habitan en semi libertad.
Inmerso en el valle del Pisueña y en un entorno recuperado, ya que, en parte fue antaño una explotación minera, el parque es un lugar muy especial donde pequeños y mayores disfrutarán y aprenderán de la naturaleza compartiendo momentos únicos.
Se puede recorrer como prefieras, pero subir al teleférico que lo sobrevuela permite un acercamiento a los animales en una experiencia muy especial. Desde las cabinas panorámicas, se puede apreciar la gran extensión del parque, su particular paisaje kárstico y esos animales cuyo comportamiento surge ajeno a todas las miradas.
Las modernas instalaciones del teleférico disponen de 4 estaciones desde las que poder acceder a las cabinas y cuentan con dos líneas que hacen un recorrido aproximado de 6 kilómetros de longitud.La zona del, el área donde habitan los osos o los inmensos recintos donde se encuentran elefantes o rinocerontes son algunos puntos de interés que se aprecian desde el funicular mejor que desde cualquier otro lugar.
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