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Las tierras asturianas siempre son un destino perfecto en el que disfrutar de la playa, la montaña y una excelente gastronomía, acompañada de una buena sidra. Detenerse a conocer sus pueblos u organizar una ruta para ir conociendo uno tras otro durante las vacaciones son planes que, si llevas a efecto, no olvidarás en la vida.

Nosotros vamos a proponerte algunos de los pueblos más bonitos de Asturias, tanto en la costa como en el interior, para sugerirte por cuáles empezar si vas a pasar unos días de descanso a tan maravillosa comunidad autónoma. Toma nota.

Luarca

Luarca
Luarca

Luarca, en el concejo de Valdés, es uno de los pueblos más bonitos de Asturias, pero también uno de las más hermosas villas marineras del norte del país. En esta localidad, cuna del Premio Nobel de Medicina Severo Ochoa, puedes pasear por el histórico barrio de El Carambal, descubrir la Mesa de Mareantes y Navegantes (VA-1, 7, 33700 Luarca, Asturias), y acercarte hasta la atalaya donde se ubica el cementerio, el faro y la ermita del Buen Jesús Nazareno.

Cruza el Puente del Beso, visita la exposición del Nobel en la Oficina de Turismo y no dejes de asomarte al mirador del Chao para contemplar Luarca en todo su esplendor. En sus proximidades también se localiza la ermita de San Roque. Otros planes a tener en cuenta son pasear por los Jardines de la Fonte Baixa, conocer el Parque de la Vida (La Mata, s/n, 33700, Asturias) y disfrutar de kilométricas playas como Cueva.

Castropol

Casa de Cultura de Castropol
Fuente: Wikimedia/Bibliocastro CC BY-SA 4.0

Catalogado como Pueblo Ejemplar de Asturias y declarado Bien de Interés Cultural, Castropol es un coqueto pueblo costero a la otra orilla de la desembocadura del río Eo, frontera con Galicia. En la ensenada de Linera se producen las sabrosas ostras de la zona y es posible visitar las instalaciones junto con una degustación.

Además, resulta una delicia pasear por su casco histórico, donde se alzan la iglesia de Santiago, las casas-palacio de los Valledor, la Casa Consistorial (Plaza Ayuntamiento, 1, 33760 Castropol, Asturias) y el parque Vicente Loriente, entre otros, sin olvidar su puerto deportivo y su paseo marítimo.

Puerto de Vega

Puerto de Vega
Puerto de Vega

Si hay un pueblo con antiguo puerto ballenero romántico y decimonónico en el norte del país, ese es Puerto de Vega. Y es que te enamoras de este lugar desde el momento en que llegas al puerto. Luego, cuando recorres sus calles, admiras la belleza de su ría y sus casas marineras o degustas en sus terrazas los mejores pescados y mariscos, comprendes que estarás deseando volver tan pronto lo dejes atrás.

Puerto de Vega es un lugar plácido e idílico perfecto para una escapada de fin de semana, en el que no debes dejar de acercarte al mirador de la Riva para quitar unas estupendas fotografías.

Cangas de Onís

Cangas de Onís
Pixabay

Si te alejas de la costa, también encontrarás pueblos asturianos maravillosos para olvidarte de los problemas, relajarte y practicar actividades de aventura y al aire libre. Tal es el caso de Cangas de Onís, a los pies de los impresionantes Picos de Europa. En la localidad hay puntos de interés como el Puente Romano y la ermita de Santa Cruz, así como excelentes queserías y tiendas de gastronomía.

En las proximidades se encuentra uno de los sitios imprescindibles en Asturias: el Real Sitio de Covadonga, con la cueva, el monasterio y el entorno natural en el que se ubica, con sus hermosos lagos. Un destino para acertar seguro.

Taramundi

Taramundi
Taramundi

Para aquellos a los que les encante la montaña, los ríos y los bosques frondosos, en un lugar en el que se conserva toda la esencia del rural y de nuestro patrimonio etnográfico, una opción estupenda es Taramundi. Este es otro de los pueblos más hermosos de la comunidad asturiana y es destino ideal para practicar senderismo, visitar los museos etnográficos como Mazonovo (33775, O Mazonovo. Taramundi, Asturias) y talleres de cuchillería tradicional y sorprenderte con el castro en pleno centro del pueblo.

Llastres

Lastres
Fuente: Pixabay/DreA_

En el concejo de Colunga se localiza uno de los pueblos más bonitos de España: Llastres. Declarado en el año 2010 Pueblo Ejemplar de España, se trata de un pueblo pesquero lleno de vida donde puedes descubrir el barrio de los Balleneros, la subasta de pescados y mariscos en la lonja, tomar espectaculares fotografías desde el mirador de San Roque, disfrutar de sus playas y callejear por su casco antiguo. Además, en sus proximidades se localiza el espectacular Museo del Jurásico (Rasa de San Telmo, s/n, 33328 Colunga, Asturias).

Ribadesella

Ribadesella
Ribadesella

En el oriente de Asturias hay una villa marinera que tiene el aliciente de que permite disfrutar de unos días en la playa en un lugar que merece la pena conocer y contar en sus cercanías con la espectacular cueva de Tito Bustillo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, así como su Centro de Arte Rupestre.

Nos referimos a Ribadesella, atravesada por el río Sella, con su casco histórico, en el que destacan sus casas indianas, y su paseo marítimo. Y si te apetece practicar senderismo, ten en cuenta la Ruta de los Dinosaurios.

Bulnes

Bulnes
Depositphotos

Otro de los pueblos maravillosos que no puedes perderte en la comunidad asturiana es Bulnes, en el corazón de los Picos de Europa, a 647 metros sobre el nivel del mar. La ubicación es espectacular y el lugar está bastante aislado, por lo que es perfecto para pasar unos días alejado del mundanal ruido, disfrutando de la montaña y la tranquilidad del entorno. La proximidad al mítico Naranjo de Bulnes convierte a esta aldea de casas de piedra en el destino favorito de muchos montañeros y senderistas.

Ten en cuenta que a Bulnes solo puedes llegar a pie, pues no tiene carretera de acceso. Si te apetece hacer senderismo, puedes alcanzar la aldea siguiendo la Ruta de la Reconquista. Otra opción es acercarse a ella en funicular, el cual une la localidad de Poncebos con Bulnes en un recorrido que dura unos 10 minutos. Sea como sea, no te pierdas en la zona el mirador de Urriellu, desde donde admirar la belleza y la inmensidad del entorno.