A las nuevas generaciones, estas historias de antigüedades les sonarán a otra dimensión; los jóvenes están más familiarizados con las nuevas tecnologías y con las versiones online de los juegos de azar, pero éstos, en su gran mayoría, cuentan con una historia de años en su bagaje, e incluso, en determinados juegos, podría afirmarse que de siglos y siglos. Esta misma lección puede hacerse con las canciones de juegos que acompañan a estas tradicionales propuestas de entretenimiento.
Las versiones online no sólo han servido para hacer evolucionar estos juegos a ámbitos más novedosos, sino que han permitido la entrada de determinadas músicas, que no sólo dan un cierto colorido a estos juegos, sino que sirven para identificar una canción con un determinado juego. Algunas canciones ya son icónicas y otras se canturrean en nuestras mentes de tanto haber echado partidas.
La unión de estas canciones con las versiones online de los juegos de azar más tradicionales son consecuencia de los avances tecnológicos. Ahora, teniendo un acceso a internet y un dispositivo móvil de última generación se puede disponer de una amplia oferta de entretenimiento. Enumeremos algunos de esos juegos que son de siempre y que cuentan con versiones online: máquinas tragaperras; juegos de naipes (donde el póker es el rey); blackjack; o la ruleta, entre otras muchas opciones.
Algunos de estos juegos de azar, en su lógica evolución, han respetado su esencia al porcentaje máximo o bien han experimentado pequeños cambios hacia otras opciones de juego en función de su idea originaria. Pongamos antes unos ejemplos. La mayoría de los lectores conocen las tragaperras (así como sus sonidos típicos que pueden asociarse con esas canciones de juegos), una opción de entretenimiento que ha evolucionado hacia los ‘slots’. La mecánica, eso sí, sigue siendo idéntica.
Lo mismo sucede con el póker, aunque en este caso, la idea de juego se ha mantenido fiel a sus principios. O la ruleta que incluso ahora sirve como modelo educativo. Estos ejemplos, en definitiva, ayudan a desterrar ese mito que persigue a los juegos de azar desde sus orígenes; es decir, no siempre están alineados con asuntos monetarios, sino que hay otras muchas vías de utilizar estos juegos de una manera muy gratificante.
De los griegos a los romanos
La mayoría de los actuales juegos de azar encuentran sus raíces en tiempos prehistóricos. Desde siempre, el hombre se ha sentido atraído por el juego, por divertirse de una manera u otra, al tiempo que ha buscado la forma de controlar a ese caprichoso azar que no siempre está de su lado. Obviamente, aún no se ha conseguido. La suerte sigue siendo un enigma, como sucedía en la civilización griega, romana e incluso minoica, hace más de 3.500 años.
Los juegos de azar son muy antiguos, y esta afirmación se constata en numerosos escritos encontrados de aquellos tiempos. Por ejemplo, los juegos siempre han sido muy populares entre los griegos. En la antigua Grecia se jugaba a juegos denominados como las colas, la tilia (sería similar a las damas que conocemos todos), la cabeza y los dados. De una manera u otra, eran opciones de ocio en donde el azar tenía una importante cuota de protagonismo.
Asimismo, estas actividades de ocio eran tan importantes que incluso había lugares destinados a practicar este tipo de juegos. Y es más. En la civilización griega, como conocemos por los libros de historia, los dioses gozaban de una importancia suprema, y éstos veían con buenos ojos que los ciudadanos griegos disfrutaran de su tiempo libre de esta manera. Ahora no siempre sucede así
De Grecia a Roma. Algunos juegos populares durante la civilización griega tuvieron su continuidad, o adaptación, durante la civilización romana. Por ejemplo, la tilia (o damas actuales) mantuvo su esencia de juego, pero con un cambio de nombre, al juego de las 12 líneas, como era conocido entre los romanos, según ha quedado constatado en los documentos hallados sobre aquella época, así como en cerámicas y construcciones de la época en donde se recreaban imágenes populares en momentos de ocio. Los dados también fueron un juego muy conocido entre los romanos, aunque ellos hicieron un cambio en la mecánica del juego: de tres dados a sólo dos dados, una modificación que se mantiene hasta en nuestros tiempos.
Juegos de la civilización china
Otras civilizaciones conocidas, como la China también se ha constatado que las gentes de ese momento histórico se divertían con diferentes juegos de azar, como el Keno, un juego de cartas numeradas que se repartían entre los participantes y, posteriormente, se conocía el ganador mediante una especie de sorteo. Esta civilización también era de cartas y a ellos se les atribuye la creación de una serie de cartas decoradas con diferentes motivos icónicos que servían de entretenimiento, y que puede, en parte, atribuirse a las diferentes barajas actuales que conocemos todos.
Eso sí, en estas civilizaciones (y otras como el Islam), este tipo de juegos no siempre estaba bien considerado, y había determinados emperadores, reyes o gobernadores que prohibían al pueblo pasar su tiempo de ocio mediante la práctica de estos juegos. Eran otros tiempos. Ahora, todos los juegos relacionados con el azar son de libre acceso para todas las personas y muchos de ellos son de libre uso sin necesidad de ningún requisito adicional. Asimismo, como sucede en el caso de España, hay una legislación y organismo regulador de todas estas prácticas que vela porque el uso de estos juegos sea de manera completamente responsable.
Finalmente, y para aquellos que se pregunten acerca del póker o la ruleta, les diremos que el primero tiene orígenes muy diversos, pero muchos más modernos y entorno a la Edad Media. El segundo, por el contrario, data del siglo XVII y fue un invento de un matemático francés, que respondía al nombre de Blaise Pascal. Desde entonces, ambos juegos, como el resto, han evolucionado adaptándose a los cambios de cada sociedad, como sucede ahora, en donde todos los juegos de azar cuentan con una versión online (y con varios modelos) que va asociada a algún tipo de música que todos recordamos.
Únete a la conversación