La provincia de Palencia, en Castilla y León, es un territorio por descubrir que encierra un sinfín de propuestas para disfrutar de los parajes naturales que encierran sus distintos territorios y también de su rico patrimonio histórico, cultural y artístico.
Además de los tesoros que guarda la capital palentina, son muchos los pueblos repartidos por las distintas comarcas que sorprenden con joyas arquitectónicas especialmente del románico y del gótico, con magníficas obras de ingeniería como el Canal de Castilla, con geoparques como el de Las Loras o con increíbles complejos de bodegas subterráneas. Desde los llanos de Tierra de Campos hasta la Montaña Palentina, descubrimos los pueblos más bonitos de Palencia.
Carrión de los Condes
Prácticamente en el centro de la provincia y en la comarca de Tierra de Campos se encuentra esta localidad, bañada por el río Carrión, del que toma el nombre, siendo además parada clave en el Camino de Santiago. Carrión de los Condes es una ciudad para disfrutarla al máximo recorriendo sus calles y plazas que rebosan encanto y además guardan una riqueza monumental que realmente sorprende.
Fiel a sus tradiciones, que abarcan desde las procesiones de Semana Santa, hasta las bellas alfombras florares del Corpus Christi, es mucho lo que guarda esta hermosa villa. Visita obligada es el Monasterio de San Zoilo, al que se llega cruzando el puente Mayor y que destaca porque posee un hermoso claustro renacentista, entre otras magníficas obras de arte.
La iglesia de Santiago, Bien de Interés Cultural, la iglesia de Nuestra Señora de Belén, la ermita de la Virgen de la Piedad o el Monasterio de Santa Clara son una pequeña muestra de la riqueza arquitectónica de esta localidad, en la que también se pueden ver algunas de las antiguas casonas mejor conservadas de toda la provincia.
Baltanás
La pequeña localidad de Baltanás, en la comarca del Cerrato es un lugar cargado de historia y de especial importancia durante el Medievo. En la actualidad, nada queda de la antigua muralla y del castillo medieval que se elevaba sobre el cerro que mira atento al pueblo, pero ahora, en su interior, hay un extraordinario conjunto de bodegas superpuestas en hasta 6 niveles, (algunas del siglo XVI), que lo convierten en el conjunto de bodegas subterráneas más grande de España.
Además de este interesante patrimonio cultural etnográfico de valor único, Baltanás es un bonito pueblo palentino que merece la pena ser descubierto sin prisas. La magnífica iglesia de San Millán, en lo más alto de la villa, el Palacio Hospital de Santo Tomás, donde se ubica el Museo del Cerrato, el convento de San Francisco, en la plaza de los Olmos, o la ermita de Revilla, ya a las afueras, son algunos de sus tesoros.
Aguilar de Campoo
Es otra de las localidades que no pueden faltar en una bonita ruta por tierras palentinas. Aguilar de Campoo se encuentra en un entorno natural único, a los pies de la montaña palentina y muy cerca del espléndido Espacio Natural de Covalagua. Su casco antiguo es Conjunto Histórico Artístico y en él podrás ver más de 100 palacios y casas blasonadas, algo que convierte el paseo por sus calles en un recorrido por la Historia.
La porticada plaza Mayor es un buen punto de partida para empezar a descubrir la riqueza de este enclave al norte de Palencia. En ella, fíjate en la hermosa colegiata y en el resto de edificios que le dan forma como el palacio de los Manrique o la llamativa Casa de los VII linajes, con 7 gárgolas que representan los 7 pecados capitales, entre otros.
Aguilar de Campoo es pura historia en piedra pero también es una ciudad dinámica y muy animada, ideal para disfrutar de la buena gastronomía. La visita también ha de incluir acercarte a ver de cerca los restos del castillo en la montaña rocosa que domina la villa, así como las puertas de la antigua muralla que aún se conservan. El puente Mayor, el imponente Monasterio de Santa María la Real, el Convento de Santa Clara o la ermita de Santa Cecilia forman parte también de los tesoros que guarda Aguilar de Campoo.
Saldaña
Saldaña es uno de esos pueblos ‘de postal’ que permiten retroceder en el tiempo y disfrutar de un paseo distinto a todos, recorriendo calles empedradas en las que la arquitectura tradicional, con casas hechas de adobe y entramado de madera, es la protagonista.
En su casco histórico, Bien de Interés Cultural, no puede faltar una parada en la coqueta plaza Mayor (Plaza Vieja) con sus encantadores soportales y su animación constante, perfecta para tomar algo. Luego, basta dejarse sorprender por lo que esconden las bonitas calles de Saldaña. El palacio del Marqués de la Valdavia y la curiosa Casa torcida de Saldaña son dos de las construcciones más interesantes, ambas del siglo XVI, al igual que las iglesias de San Miguel y de San Pedro.
Ampudia
No hay duda de que Ampudia es uno de los pueblos con más encanto de Palencia porque sus calles empedradas y porticadas enamoran a primera vista. En la coqueta villa, también Conjunto Histórico Artístico, lo primero que llama la atención es el castillo en la zona más alta. Es uno de los mejor conservados de toda Palencia y es un ejemplo de arquitectura civil gótica, con sus curiosas torres de planta trapezoidal.
Si el castillo es todo un emblema de Ampudia, también lo es la magnífica Colegiata de San Miguel, con su esbelta torre – campanario conocida como la Giralda de Campos. La riqueza que guarda el templo en su interior hace que la visita resulte imprescindible.
Estos son solo dos de los bellos monumentos que merece la pena ver en Ampudia, pero si algo hace de este lugar uno de los más bonitos de la provincia son las viviendas de las calles Corredera y Ontiveros, con su estructura de casas castellanas tradicionales sobre los soportales que protegían (y protegen) a los vecinos de las inclemencias meteorológicas. Recorrerlas sin prisas, disfrutando del ambiente tranquilo pero animado, es un verdadero placer.
Frómista
Razones sobran para hacer una parada en la ruta palentina para conocer Frómista. Una de ellas es poder contemplar una de las iglesias románicas más bellas de España: la de San Martín de Tours, en pleno casco urbano y próxima a la iglesia de San Pedro, con la que forma un conjunto arquitectónico único. Románico, gótico y renacimiento van de la mano en esta bella localidad, parada importante, también, del Camino de Santiago.
A escasos kilómetros de Palencia capital, Frómista no solo rebosa arte y cultura. Aquí, además, es posible ver uno de los tramos más interesantes del Canal de Castilla (aquí se encuentra la cuádruple esclusa que permite salvar un importante desnivel) y también navegar por él a lo largo de casi 4 kilómetros, toda una experiencia difícil de olvidar. La iglesia gótica de Santa María del Castillo, en lo más alto y con un interesante museo interactivo en su interior y la ermita de Santiago, a las afueras del pueblo completan la bonita visita.
Dueñas
Dueñas no es solo una localidad cargada de historia sino, además, uno de los pueblos más bonitos de Palencia. Pertenece a la comarca del Cerrato, al sur de la provincia, y se encuentra a las faldas de los montes Torozos, en un enclave natural de especial belleza, entre los ríos Pisuerga y Carrión.
Su trazado medieval le ha valido ser Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural porque, realmente, recorrer sus calles sinuosas, flanqueadas por soportales y construcciones tradicionales, es una delicia. Lugar de estancia de los Reyes Católicos (aquí nació su hija Isabel de Aragón), Dueñas sorprende con su rico patrimonio arquitectónico. La iglesia de Santa María de la Asunción, el Hospital de Santiago, o la gran abadía de San Isidro, ya a las afueras de la población, son solo un pequeño ejemplo.
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