Machu Picchu, la ciudad perdida de los Incas es uno de esos destinos obligatorios para todo buen viajero. Ubicada a 2.430 metros de altura, entre bosques tropicales, es el testimonio del gran Imperio Inca.
La construcción de Machu Picchu
Según los investigadores, se estima que Machu Picchu se construyó durante el siglo XV de nuestra era. Aunque aún no se tiene muy clara cuál fue su función. Se cree que Machu Picchu estaba ocupada sólo por nobles, sacerdotes y las “aqllas” (vírgenes del sol). Con un pequeño grupo de campesinos que habrían abastecido a las clases altas.
Se trata de una ciudad-santuario a la que nunca llegaron los españoles. Y que fue descubierta en 1911 por Hiram Bingham con la ayuda de un campesino local llamado Melchor Arteaga. Esta ciudad está conformada por murallas, templos, andenes y canales de agua, que desde lo alto de la montaña parecen un paraíso que controla todo el territorio. La flora y la fauna que se encuentra en la zona son de gran riqueza y podrás observar la grandeza de la selva Amazonas.
Dividida en 3 áreas: 2 zonas pobladas y el sector agrícola. El sector principal era en el que hoy podemos encontrar el Templo del Sol y la recámara real. Mientras que en el otro barrio poblado se ubican las casas de los nobles y el convento de las “vírgenes del sol”. Dividiendo los dos barrios existe una enorme explanada a modo de plaza.
Aunque sin duda el elemento más famoso de Machu Picchu es la piedra “Intihuatana” o reloj solar, que permitía a los Incas conocer con precisión las estaciones y el clima a lo largo del año. Un lugar cargado de energía y misticismo pues se cree que llega hasta la base de la montaña en la que se ubica la ciudadela.
Machu Picchu, “Montaña Vieja” en quechua, es todo un logro de la ingeniería pues todos sus edificios están construidos con enormes bloques de piedra unidos en seco, es decir, sin amalgama. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1983. En toda la ciudadela inca de Machu Picchu, se han documentado casi 200 sitios arqueológicos, incluyendo andenes, centros ceremoniales, caminos, canales, plazas, etc.
Llegar a Machu Picchu
Machu Picchu se encuentra en la provincia de Urubamba en el departamento de Cuzco. Forma parte del valle Sagrado de los Incas y para llegar a él puedes optar por ir por carretera, tren, una caminata o una mezcla de ambas. Sea cual sea la opción, el paisaje por el que pasarás no te dejará indiferente.
Ubicada entre los ríos Cusichaca y Aobamba, en la quebrada llamada Kusi Chaka, a unos 110 kilómetros al noroeste de Cusco. Llegar a Machu Picchu requiere de varias horas de viaje. Para llegar al mismo hay que salir desde Cusco. Desde allí puedes llegar a Aguascalientes en tren, pero si quieres ahorrar tiempo y dinero lo mejor es que vayas en Van hasta Ollantaytambo y allí tomes el tren hasta Aguascalientes.
Normalmente, en los soportales de la Plaza de Armas de Cusco puedes adquirir el paquete turístico completo pero también lo puedes contratar desde Internet. Existen varios trenes que van desde Ollantaytambo a Aguascalientes. Todos son una preciosidad y muy cómodos y te llevan en un viaje cómodo pasando por paisajes de ensueño junto al río hasta Machu Picchu.
Lo mejor es dormir en Aguascalientes y madrugar para ir a Machu Picchu. Aunque en un solo día también se puede realizar el viaje Cusco-Aguascalientes-Machu Picchu-Cusco. Pero esto requiere viajar de madrugada. Aguascalientes no es precisamente el pueblo más bonito de Perú pero cuenta con algunos restaurantes en los que puedes cenar bien y tomar un rico pisco sour. Además, cuenta con un pequeño mercado en el que puedes curiosear y comprar artesanía.
Desde allí puedes subir caminando hasta Machu Picchu o ir en autobús. Los boletos de este último se compran en una caseta que hay junto a la parada del mismo o por internet.
La entrada y el recorrido
Machu Picchu se ha convertido en uno de los mayores atractivos del mundo y son miles los turistas que la visitan a lo largo de todo el año. Por ello, te recomendamos comprar la entrada con bastante antelación.
La entrada al complejo arqueológico se realiza cada hora, desde las 6 a.m. hasta las 14 p.m. Por ello, cada entrada tiene una hora y debes tener cuidado con el bus o lo que tardas en subir caminando. Se recomienda hacer cola para coger el autobús con una hora de antelación.
En la puerta del complejo arqueológico puedes contratar un guía o ir por libre. Antes se podía caminar libremente, pero ahora han establecido un circuito que se completa en unas 4 horas, pero si lo recorres lentamente puedes estar allí más tiempo y disfrutar mejor de todo el conjunto.
En todo el recorrido podrás contemplar unas vistas impresionantes y disfrutar de la compañía de preciosas llamas que pastan en las terrazas agrícolas de Machu Picchu.
Si quieres entrar al Huaynapicchu, la parte más elevada de la ciudadela, o hacer un recorrido por la Montaña, existen otras tarifas y otros horarios. Su visita requiere mayor esfuerzo físico y en la temporada de lluvias se cierran porque son de ascenso complicado. Desde luego, si solo visitas Machu Picchu, es una gran experiencia.
Qué llevar en tu viaje a Machu Picchu
Machu Picchu se encuentra situado en la ceja de selva de Perú, por lo que hay bastante humedad. Pero te puedes encontrar con un día de sol radiante, con un día lluvioso o con una mezcla de ambos. Por ello, te recomendamos que lleves un chubasquero que sea ligero y plegable, pues si no llueve siempre lo puedes guardar en la mochila.
Lleva ropa y calzado cómodo. A poder ser apropiado para caminatas por la montaña. Que sea ligera y que el calzado no resbale. Además, te hará falta protección solar y aunque no se puede comer dentro, sí puedes llevar algo de comida para tomarla en una zona de merendero que existe a la salida de Machu Picchu. Por supuesto, lleva abundante agua pues con la humedad y el sol la necesitarás.
Desde luego viajar a Machu Picchu es toda una experiencia inolvidable que recomendamos absolutamente.
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