Quien busque vivir la experiencia de disfrutar de un carnaval tradicional, de un lugar donde esta fiesta se convierte en un ritual ancestral en el que, generación tras generación, se mezcla la historia, la música, la danza, el teatro y la gastronomía; tiene una cita obligada en Manzaneda. Dentro de la comarca ourensana de “As Terras de Trives” encontrarás este ayuntamiento de montaña donde se ubica la única Estación de esquí de Galicia y que cuenta con unos paisajes espectaculares que seducen a todos los que la visitan. (Fotografía del periódico O Sil).
Los días previos al entroido en Manzaneda despiertan un bullicio contagioso. La nieve cubre las cumbres, transformando el paisaje en un paraíso blanco. Al terminar el día, los lugareños se unen al son de bombos y azadas, recorriendo las calles, deteniéndose en las bodegas para compartir, cantar y reponer fuerzas. Este festejo es más que una celebración: es la esencia misma de la identidad de Galicia.
El fulión o folión, compuesto por alrededor de 30 personas con instrumentos de labranza y tambores, desfila por las calles del ayuntamiento, deteniéndose en bodegas para compartir vino, licores y embutidos. Este desfile festivo llena el pueblo con sonidos embriagadores: bombos, tambores, cencerros y herramientas metálicas marcan un ritmo único. A pesar de las similitudes entre parroquias, los lugareños distinguen cada matiz.
Las fuliadas
En Manzaneda, las fuliadas y el fulión no son solo festividades, son la esencia misma de la comunidad. Las fuliadas, más organizadas que los encuentros espontáneos del fulión, representan una tradición viva. Cuando el fulión decide visitar una aldea vecina, comienza una travesía llena de camaradería. Sin programas establecidos, se pide permiso con versos antes de recorrer las calles y bodegas, siendo recibidos con alegría y viandas típicas.
La Mázcara es la figura principal de este entroido. Estas protagonistas no siempre ocultan su rostro, luciendo sobre su cabeza una estructura adornada con cintas y papeles de colores que les da un aspecto majestuoso. Visten una vestimenta llamativa, con camisa y pantalones blancos, mantilla española cruzada, lazos y cintas, un cayado decorado y un cinturón de chocas que suena al bailar. Estas máscaras, esenciales en el fulión, interpretan una danza arcaica llena de elegancia, transmitiendo la tradición y la cultura local.
El “lardeiro” y la “lardeira” son parte crucial de los días festivos que conforman esta celebración. En Manzaneda, los jueves de harina, conocidos como el “jueves de Compadres” y el “jueves de Comadres”, destacan en medio de la celebración del entroido. En el primero, las mujeres toman las ropas masculinas y cuelgan un muñeco llamado “lardeiro”, objeto de burla para los hombres. La jornada siguiente, ellos responden con la “lardeira”, vestida con atuendos femeninos, en busca de revancha.
El Martes de Carnaval es el día grande, día que los bombos se guardan y las máscaras se retiran hasta el próximo año, y Manzaneda despide su entroido por la puerta grande con la celebración de su desfile de fuliones por la villa llegados no solo de Manzaneda, sino de ayuntamientos vecinos, juntando alrededor de una decena de grupos.
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