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El blanco del encalado del caserío encaramado a la ladera, el verde de la sierra que lo circunda y el azul del mar que baña el horizonte, esos son los tonos que definen Mijas, la alegría de Málaga.

Porque esta localidad ofrece al viajero lo mejor de su provincia en tres núcleos de población que conforman el municipio: el centro histórico de Mijas Pueblo sobre la ladera de la sierra de Mijas, Las Lagunas, la zona moderna, ya a un paso de Fuengirola, y La Cala, la zona costera del municipio, a menos de media hora de Mijas Pueblo.

Una visita a Mijas Pueblo

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Plaza de la Virgen de la Peña en Mijas. Fuente: Depositphotos

Nuestro itinerario descubriendo el núcleo histórico de Mijas comienza en la ermita de la Virgen de la Peña en la avenida del Compás, en una de las entradas de la plaza principal del pueblo. Cuenta la leyenda que esta virgen, patrona de Mijas, fue encontrada en 1586 por dos niños pastores.

Años más tarde, un monje carmelita dirigiría la excavación de la ermita en la propia roca de la ladera de la sierra. Además de visitar la ermita, debemos echar un primer vistazo al horizonte desde el propio mirador del Compás para fijar una cita con el Mediterráneo que no tardará en llegar.

Ascendemos ya por la avenida del Compás para conocer la plaza de la Virgen de la Peña, el corazón de una localidad que, no olvidemos, fue la segunda de toda Málaga en ser reconocida como conjunto histórico artístico, tras Ronda. Remodelada en 2016 tras casi un año de obras, la plaza se ha peatonalizado ofreciendo un panorama más limpio y agradable en el que destaca la estatua de bronce del burro, un símbolo mijeño.

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Ermita de la Virgen de la Peña en Mijas. Fuente: Wikipedia

En el entorno de la plaza no debemos perdernos varios espacios de gran relevancia, empezando por el CAC Mijas (Centro de Arte Contemporáneo de Mijas), inaugurado hace casi ya una década y que en sus más de 500 metros cuadrados alberga la segunda colección de cerámica de Picasso más importante del mundo tras el Museo Picasso de París, además de obras de artistas tan relevantes como Dalí, Braque o el romántico Muñoz Degrain, autor del icónico Los amantes de Teruel.

Al sur de la plaza, tras el aparcamiento, se ubica el Carromato de Mijas, una curiosa colección de más de 350 miniaturas que sorprende a los visitantes… Menos a aquellos que ya conocen Brihuega en Guadalajara donde se encuentra el Museo de Miniaturas del Profesor Max, alias de Juan Elegido Millán, médico, periodista y aventurero que legó parte de su colección a la localidad mijeña de la que se enamoró en uno de sus innumerables viajes.

Dejamos ya la plaza de la Virgen de la Peña y continuamos por la avenida del Compás para conocer la vecina calle de San Sebastián, una de las estampas más reconocibles de la localidad malagueña, un homenaje a los tres colores mijeños: el blanco del encalado de las casas, el verde de las plantas y el azul celeste de las macetas.

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Calle San Sebastián de Mijas. Fuente: Unsplash

Tras un refrigerio en una terraza de la calle de San Sebastián llegamos al Museo Histórico-Etnológico de Mijas en la plaza de la Libertad, otro de los rincones más fotografiados de Mijas. Se trata de una visita recomendable para conocer más a fondo los avatares históricos de esta localidad.

Y otra manera de conocer la historia mijeña es acercarse a la fortaleza y la muralla pasando la plaza de la Constitución. Construida durante época árabe sobre restos de edificios fenicio-púnicos, actualmente solo quedan algunos vestigios de una torre reconstruida recientemente y de algunos paños de la muralla.

De cualquier forma, se trata de uno de los enclaves más relevantes de Mijas gracias también a la naturaleza que la rodea configurando la denominada Ruta Botánica de la Muralla en la que podemos descubrir hasta 140 especies originarias de todos los continentes.

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Mijas. Fuente: Pixabay

Esta ruta circular de kilómetro y medio nos acerca también a otros tres lugares de interés de Mijas: la plaza de toros ovalada inaugurada en 1900, la iglesia de la Inmaculada Concepción muy reformada en 1992 tras un incendio que afectó a buena parte de sus vestigios originales del siglo XVII, y el auditorio Miguel González Berral que es sede cada verano del Festival de Teatro de la Villa de Mijas.

Desde el propio Paseo de la Muralla también podemos disfrutar de excelentes vistas del entorno de Mijas. Pero para vistas las del Mirador de la Sierra, al norte del caserío mijeño, camino ya de nuestra última parada en Mijas Pueblo. Solitaria y humilde y solo accesible a pie, el blanco encalado de la ermita del Calvario refulge entre el verde de los pinares y del tapiz serrano.

Mijas, mar y sendero

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Sendero Litoral Cala de Mijas. Fuente: Depositphotos

La visita a la ermita del Calvario no es más que un punto y seguido en nuestra ruta por Mijas ya que ahora llega el turno de disfrutar de la naturaleza que la circunda. Desde la propia ermita del Calvario parten varias rutas para descubrir el paisaje mijeño.

Por un lado, la ruta roja conocida como la Ruta de la Cruz de la Misión que en poco más de dos horas nos ofrece fantásticas vistas de Mijas Pueblo. Y, por otro, la ruta blanca o Ruta de la Cantera del Barrio que nos acerca a los restos de una cantera de mármol: no hay que olvidar que, además de la explotación de este material en época romana, fue en los siglos XVII y XVIII cuando esta industria se convirtió en una de las principales actividades económica del pueblo, llegando a lucir el mármol mijeño en la superficie de la Catedral de Málaga o en el Palacio Real de Madrid.

La Ruta de la Cantera, que se recorre en poco más de medio hora, conecta con la Ruta Puerto de Málaga, mucho más compleja, ideal para senderistas más ambiciosos, debido a su considerable desnivel.

Pero para nosotros ha llegado el momento de poner rumbo al mar cuyo litoral también se puede recorrer en el Sendero Litoral Cala de Mijas, que forma parte de un ambicioso proyecto aún sin terminar cuyo objetivo es generar una senda que transite por los casi 200 kilómetros de litoral malagueño, desde Nerja a Manilva.

Y es que el propio municipio de Mijas suma hasta diez arenales, desde El Ejido al este hasta la playa de Calahonda al oeste, ya a un paso de Marbella, un final refrescante para este itinerario descubriendo uno de los pueblos blancos más brillantes de Málaga.