Utrecht, Nueva York, París, Londres, Ámsterdam… y Polopos. La trayectoria familiar y profesional de la artista itinerante Thysa Zevenbergen la ha llevado a recorrer varios de los lugares más famosos del planeta para terminar viviendo en un pueblo olvidado de la Granada profunda. Y todo por un reality show.
Thysa, junto a su pareja Wijnaad Boon, son los ganadores de Het Spaanse Dorp, un programa de la RTL4 neerlandesa que ha servido para poner a Polopos en el mapa del turismo europeo. Cientos de neerlandeses acuden al pueblo de la sierra de la Contraviesa atraídos por el fenómeno televisivo. Y los poloperos tan felices.
Se comenzó a rodar en marzo como la segunda parte de Het Italiaanse Dorp: Ollolai que en aquella ocasión se situaba en una localidad de la italiana isla de Cerdeña. Dos productores televisivos acudieron a España para buscar un escenario adecuado en el que situar la nueva edición del reality. Polopos se les cruzó en el camino y Het Spaanse Dorp echó a andar.
Si, se trata de un programa de telerrealidad… pero su desarrollo y objetivos son un poco diferentes a lo que estamos acostumbrados en España. Y es que en Países Bajos saben algo del tema: no hay que olvidar que el Grupo Endemol, inventor del celebérrimo formato Gran Hermano, es holandés.
En El Pueblo Español: Polopos también hay personas anónimas que compiten por un premio y que son seguidas por cámaras mientras desarrollan su rutina diaria. Pero en este programa el dinero del premio debe ser reinvertido por los ganadores en el desarrollo del pueblo. Se trata por tanto de un formato clásico de entretenimiento televisivo pero con un fin social: revitalizar uno de esos cientos de pueblos de la denominada España vacía. Y a fe que lo están consiguiendo.
Desde que el 1 de julio se empezara a emitir el programa en RTL4, una gran cantidad de neerlandeses comenzaron a interesarse por el pueblo y el entorno de la Alpujarra granadina. Y los turistas empezaron a llegar. A los poloperos no les cogió por sorpresa. Llevaban todo el año recibiendo a productores televisivos que preparaban el rodaje del programa. Pero lo que un principio empezó como apenas una broma, se ha convertido en un soplo de aire fresco para el pueblo. Y es que algunos de los guiris se han quedado a vivir en Polopos.
Un consejo del pueblo formado por el alcalde y algunos de sus más notables habitantes estaban encargados de seleccionar a los concursantes que debían presentarse ante ellos con un programa de regeneración para el pueblo. Finalmente, el consejo eligió a dos parejas y tres familias a los que les entregaron cinco de las casas que el pueblo había puesto a la venta por el módico precio de 1 euro. Y a partir de ahí a concursar.
Cada semana, el consejo emitía una serie de tareas que los concursantes debían cumplir. El grado de integración en el pueblo sería uno de los elementos claves para llevarse el premio: 20.000 euros para reinvertir en Polopos. Tras 44 programas, la audiencia y el consejo de notables entregó el cheque a Thysa y Wijnand.
Para esta pareja, Polopos no fue, en principio, más que una parada en su nomadismo motorizado. Ambos llevaban viajando por toda Europa y más allá en su autocaravana Mercedes 207d. Mientras ella trabajaba como artista e ilustradora —Thysa se ha especializado en trabajo con papel— Wijnand experimenta con la cocina. Cuando se enteraron del casting para el programa no se lo pensaron dos veces. Finalmente Thysa y Wijnand se han llevado el premio y ya trabajan en cumplir lo pactado: revitalizar Polopos.
Casa 3: el proyecto de Thysa y Wijnand
Casa 3: arte, café y guest house es el proyecto en el que están inmersos. ¿Su misión?: “Desempeñar un papel activo en la reversión de la tendencia a la disminución de la población en Polopos a través de su desarrollo y conversión en un floreciente centro artístico“. Suena muy bien, no cabe duda. Pero es que además el proyecto Casa 3 ya está reclutando artistas para que residan temporalmente en el pueblo además de colaborar con otras organizaciones para preservar tanto el medio ambiente como las tradiciones y la historia locales.
Y así es como Holanda se ha enamorado de Polopos y de su entorno. Situado a poco más de 1 hora en coche de Granada y a unos 10 kilómetros de la costa, Polopos es uno de esos encantadores pueblos que, poco a poco, han sufrido las consecuencias de la despoblación hasta estar a punto de convertirse en aldeas fantasma. Aunque no hay realities suficientes en la televisión europea para rescatar tantos pueblos vacíos, al menos esta iniciativa de Polopos puede servir como guía para proyectos futuros que traten de revertir una situación que en países como España es cada vez más alarmante.
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