¿No te los has preguntado nunca? ¿Qué hacen los pilotos durante el vuelo? Tal vez pienses que sigue una ruta prevista en los libros de navegación y que le dan un piloto automático para que el avión siga el rumbo diseñado. Quizás podríamos pensar eso al disfrutar prácticamente siempre de vuelos plácidos y sin incidentes.

Sin embargo, eso no es así. En la cabina de los pilotos de un avión, por muy largo que sea el vuelo, siempre hay algo que hacer. Y cuando está todo hecho, y no hay incidencia alguna, un buen piloto siempre está velando porque no pase nada. En definitiva, veamos los quehaceres de un capitán de avión y su equipo.

Antes del despegue

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El trabajo de los pilotos comienzan bastante antes de que el avión comience a volar. Ellos son los últimos responsable de comprobar su estado. Tanto en un vuelo transoceánico como en uno low cost. Primero a simple vista, inspeccionando su aspecto externo, y verificando visualmente el buen estado del aparato. Y también interiormente, recorriendo el vehículo íntegramente.

Tras eso ya se comprueba el estado de los diversos medidores y útiles de cabina, la cantidad de combustible necesaria, las comunicaciones con el exterior gracias a la radio que les permitirá hablar en vuelo con diversas torres de control y también con otros aviones. E incluso el capitán de la nave debe certificar que toda su tripulación está en las condiciones oportunas para desempeñar su labor. Solo tras todo eso, se puede poner en marchar el aparato.

Planificar la ruta, tarea principal de los pilotos

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Una de las tareas claves del trabajo de los pilotos, tanto antes del despegue como una vez en el aire, es planificar la ruta a seguir. Para los vuelos largos y para los cortos hay rutas áreas establecidas, pero no son como los caminos asfaltados de tierra. ¡Todas estas rutas son susceptibles de ser modificadas! Y una de las razones son las condiciones metereológicas.

Los pilotos tiene una ruta especificada para llegar a su destino, pero lo primero que deben hacer es comprobar el tiempo con el que se van a encontrar, y si las condiciones van a ser de tormentas eléctricas o fuertes vientos, deben trazar otra ruta alternativa. Y eso lo hacen cuantas veces haga falta a lo largo del viaje y por diversos motivos, desde el rendimiento técnico de la nave hasta la intensidad del tráfico aéreo.

Por ello han de estar siempre pendientes y en comunicación constante con controladores y otros pilotos, para saber el mejor camino para que el vuelo sea lo más seguro posible. Eso sí, teniendo en cuenta la cantidad de combustible disponible.

¡Mucha atención al combustible!

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Los aviones despegan con el combustible justo y necesario para el trayecto a realizar. No tienen demasiado margen de maniobra en este sentido. La razón es obvia, ya que se trata de ahorrar peso a la nave.

De manera que los pilotos siempre tienen un ojo puesto en los indicadores de combustible. Y ante cualquier problema de insuficiencia, diseñan una parada obligada para repostar. Ocurre en pocas ocasiones, pero es algo que siempre deben considerar.

¿Por qué van dos pilotos?

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Todos sabemos que a los mandos de un avión comercial siempre van dos pilotos. Es una medida de seguridad, ante cualquier eventualidad que pueda ocurrir. Es cierto que hay un comandante de la nave que es el responsable último, mientras que el copiloto tiene una graduación menor. Pero está igualmente capacitado para llevar el avión.

De hecho, se turnan en momentos como la comida. ¡Nunca comen a la vez, ni lo mismo! Y en los vuelos largos, en los que se llegan a cruzar océanos, se relevan al timón y los controles de la aeronave, para que las horas de vuelo no acarreen cansancio y por lo tanto pueda haber alguna distracción fatal.

No todo es pilotar

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El trabajo de los pilotos del avión va más allá de guiar la nave, monitorear los indicadores o estar en contacto con los distintos puntos de control que hay en su trayectoria. También tienen que hacer cierto papeleo. Todo su trabajo, sus cambios de rumbo, las incidencias con la máquina, la tripulación, la carga o el pasaje han de quedar registradas con escrupuloso detalle.

Además, todos hemos oído como el comandante nos habla por los altavoces del avión, informándonos del horario del vuelo o las condiciones climáticas en destino, o de la posibilidad de sufrir turbulencias, por ejemplo.

Al fin y al cabo, el capitán es también responsable de que haya armonía en el viaje. Por ello trata de tranquilizar a los viajeros si hace falta. E incluso, ante ciertas eventualidad o problemas con el pasaje, tiene autoridad para decidir un aterrizaje de emergencia o volver al punto de partida. Aunque también tiene capacidad para otros actos más positivos. Sin ir más lejos puede oficiar una ceremonia de matrimonio. ¡Eso sí, su copiloto estará a los mandos del avión!

Aterrizamos

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“Esperamos que el vuelo haya sido lo más apacible posible”. Estas suelen ser las palabras de despedida de los pilotos tras un vuelo comercial. Unas palabras que llegan tras el aterrizaje en el aeropuerto de destino. Una maniobra, que como el despegue, es de lo más difícil de su trabajo. Pero entre ambas tampoco tienen descanso, y como hemos visto son diversas las cosas que hacen los pilotos durante un vuelo. Sabiendo esto, ¿quién no se atreve a volar?