En ocasiones, no tenemos más que un puñado de días libres para irnos de vacaciones. Sin embargo, disponer de unas pocas horas puede ser suficiente para despejarnos de la agotadora rutina y conocer algunas bellísimas ciudades que, de otro modo, nos pasarían desapercibidas. El caso de la capital húngara, Budapest, es uno de los más simbólicos.
Esta urbe, compuesta por los territorios de Buda y Pest que se unen o separan según como quiera verse, por el Danubio, cuenta con muchísimos atractivos que nos empujarán ha dedicarle un fin de semana.
A continuación, queremos enseñarte nuestra detallada hoja de ruta que toma esta metrópoli y la divide en zonas para aprovechar al máximo nuestra estancia.
Día 1: Pest
Parlamento
Durante esta jornada inicial vamos a detenernos entonces en las maravillas de Pest, comenzando por uno de los edificios más impresionantes de la ciudad, el Parlamento. Después de desayunar en el hotel para cargar energías, podemos llegar temprano, siendo lo más recomendado acceder con alguna de sus visitas guiadas, tanto en español como en algún otro de los idiomas disponibles.
Si bien el recorrido interno de este palacio no es tan duradero como uno podría imaginarse, puedes tomar buenas fotografías en sus impresionantes estancias, sin menospreciar los pasillos que tienen historias para contar. Finalizando el trayecto, puedes fijarte en la plaza del Parlamento, un espacio muy cuidado tras su reconstrucción.
Además los más madrugadores, antes del acceso al tour, podrán tener el aliciente de disfrutar el famoso cambio de guardia en la plaza Kossuth.
Sobre el mismo espacio, a apenas unos metros de distancia, se halla el Museo Etnográfico de Budapest y también el Ministerio de Agricultura. Aunque no nos interesen concretamente estas temáticas, vale la pena echar un vistazo a las construcciones, con hierro incrustado en sus muros, o el nombre de quienes fallecieron enfrentando al régimen soviético en 1956. La historia de Budapest es la consecución de conflictos bélicos durante décadas, lo cual se refleja en cada esquina de la ciudad.
Monumento de los Zapatos
Si muchas ciudades europeas nos proponen conocer sus Parlamentos y edificios más emblemáticos, un rasgo distintivo de Budapest son sus monumentos que rezuman historia viva como es el Monumento de los Zapatos, único en su especie. Se trata de una escultura ubicada a orillas del Danubio, no muy lejos del famoso Puente de las Cadenas.
El Monumento de los Zapatos fue creado por los artistas Gyula Pauer y Can Togay en el año 2005, y representa un homenaje a los judíos muertos durante la Segunda Guerra Mundial. La referencia a los zapatos tiene que ver con que eran obligados a descalzarse antes de ser fusilados y sus cuerpos arrojados al mismísimo Danubio.
La atmósfera en la zona es sobrecogedora, singularmente si la visitas de noche.
Puente de las Cadenas
No muy lejos, a pocos metros, podremos fotografíar y caminar por el Puente de las Cadenas, el cual cuenta con la particularidad histórica de ser el primero que unió las tierras de Buda con las de Pest.
Construido originalmente durante el siglo XIX y también denominado Puente Széchenyi en honor a quien levantó su versión primera, fue inaugurado en múltiples ocasiones debido a los muchos ataques recibidos, siendo devastados el paso de la Segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes destruyeron todas las conexiones locales.
Una postal tradicional allí es la de los dos grandes leones que se ubican a ambos lados del puente, como así también las cadenas que recuerdan a las del Puente de Hammersmith en Londres.
De más está decir que cruzándolo llegamos a Buda, y aunque en este primer día vamos a centrarnos sólo en Pest, claro que puedes desandarlo ida y vuelta para enamorarte de cada panorámica.
Princesita de Budapest
Sí, se parece más a un duende que a una princesita, y por eso si preguntas a los húngaros más de uno se referirá de ese modo a esta escultura de Laszlo Marton. Esta estatua, que da la espalda al Palacio de Buda, complementa algunas de las más maravillosas vistas de la zona, y para descubrirla sólo debemos seguir la línea paralela al río del tranvía, desde el Puente de las Cadenas.
Puente de Isabel
Como habrás visto, los puentes son uno de los principales motivos por los cuales visitar Budapest. El Puente de Isabel supo ser el puente colgante más grande del mundo al levantarse, en el año 1902. Lleva su nombre por la famosa y venerada hija del rey Andrés II, cuya existencia se prolongó por apenas 24 años, a comienzos del siglo XIII.
Como la mayoría de las demás pasarelas, tuvo que ser reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial. No obstante, las autoridades priorizaron su seguridad y utilidad por encima de la belleza de antaño. Hoy no luce como hace un siglo, pero de noche su imagen iluminada y reflejada en el Danubio es sencillamente belleza en estado puro.
Edificios gemelos
Caminando desde el Puente de Isabel hacia el interior de Pest por la calle principal, es casi imposible no notar la presencia de edificios gemelos, tan bonitos como similares, y que no te llevarán más que cinco minutos de prestarles atención. Antiguamente funcionaban allí tanto un casino como un café, aunque ahora no es tan fácil entrar en ellos y no cuentan con un horario especifico para turistas.
Galerías París
A escasos metros de uno de los Edificios Gemelos tenemos las Galerías París, abandonadas y nuevamente puestas en valor, supusieron el epicentro de la moda húngara el siglo pasado. Poco queda de aquella pujanza, pero el conjunto arquitectónico sigue siendo un elogio a la vista.
Calle de tiendas Vaci Utca
Antes de visitar el Mercado Central, conviene caminar por la calle Vaci Utca, considerada una de las más importantes de Budapest, a la altura de la avenida Andrassy.
Lo interesante de este paseo es que vamos a reconocer el espíritu más comercial del país, accediendo a toda clase de tiendas de suvenires para obsequiar a familiares o tener un recuerdo. Tampoco se echan en falta antigüedades que reflejan la cultura húngara, ni edificios del siglo XIX y XX que se entremezclan entre las edificaciones modernas.
Mercado Central
Lo decíamos, y al final de la calle Vaci Utca llegamos a un lugar de visita obligada como es el Mercado Central. Casi nos lo chocaremos. Hay varias entradas entre las que podemos escoger, pero puedes elegir cualquiera de ellas, ya que pronto te perderás entre los recovecos internos.
Aquí los húngaros suelen hacer muchas de sus compras del día a día, por lo que es un sitio ideal para conocer más sobre sus hábitos y costumbres. Si prefieres los parajes turísticos no te preocupes, porque también hay tiendas de suvenires o gastronomía típica.
De hecho, puede ser un buen punto para hacer un alto y comer en base a la gastronomía local, ya que por apenas 5 euros podremos probar el langós u otra receta típica. Los crepes de Nutella son opcionales, pero te los recomendamos para continuar el viaje con algo dulce.
Si prestas atención, verás mucho movimiento juvenil, debido a que la universidad principal de la ciudad se halla en los alrededores de este mercado y genera mucha vida en el barrio.
Puente de la Libertad
Saliendo del Mercado Central, a nuestra izquierda se erige uno de los puentes más bonitos de Pest, el denominado Puente de la Libertad. Reconstruido a mediados del siglo pasado por razones obvias, su estilo es diferente al de los anteriores gracias a la mente del experto Feketeházy János.
Su color verde permite que se luzca según el día, y las torres con Turul que lo adornan forman una de las más populares figuras mitológicas de la historia nacional, como un águila con escudos. Andando, terminaremos en el Balneario Gellert y la Iglesia de la zona.
Pub for Sale
Si te gustan las obras antiguas, el Pub for Sale es un excelente sitio para sentarte a tomar un café o una cerveza mientras te dejas impresionar por los detalles de estas construcciones antiguas.
Basílica de San Esteban
Ya desde fuera la vista es impresionantes. Se trata de una basílica de gran altura, con una cúpula que permite distinguirla desde varias barriadas a la redonda. Además, como se coloca frente a una plaza, resulta mucho más imponente al encontrarnos con ella.
Su interior es muy bonito, casi ostentoso por el uso indiscriminado de mármol como producto de lujo en su época, con revestimientos en oro y magníficas figuras de arte entre las que destacan estatuas y pinturas cuyo valor de mercado es incalculable.
De hecho, dentro de esta iglesia podemos ver la más importante reliquia de la cristiandad húngara, la mano momificada del rey Esteban I, primer rey de Hungría y póstumamente santo.
Si subes a la cúpula no sólo apreciarás los pormenores de los materiales utilizados, sino que también tendrás ante ti algunas de las mejores vistas de la ciudad.
Ópera
Al salir de la basílica conviene tomar la avenida Andrassy hasta el edificio de la Ópera de Budapest, no tan grande como otros, pero en cuya fachada se observan referencias ineludibles a algunos de los más distinguidos músicos y compositores locales.
Más allá de poder conocer el lugar, la mejor forma de pasárselo en grande es disfrutar de una ópera en vivo. Una experiencia nada costosa sobre todo los días de entre semana.
Avenida Andrassy
Ya la venimos citando, y es que es imposible conocer Pest sin pasar varias veces a través de sus calles que la cruzan o desembocan en ella.
La avenida Andrassy es una de las más extensas y floridas de la ciudad, y por fuera de la Ópera también tenemos el Museo del Terror, donde se exhiben constantemente recuerdos de la Segunda Guerra Mundial, así como también restos de los edificios que colapsaron durante este conflicto.
Podríamos decir que aquí finalizan las propuestas que podemos hacerte para un primer día en Budapest, y como puedes notar, es increíble la cantidad de espacios turísticos en los que podemos detenernos en uno de los dos territorios que conforman la capital.
Si durante la noche te quedan un poco de fuerzas y quieres salir a conocer la nocturnidad de Pest, una buena opción podría ser acercarte a la zona del río, allí donde estaban los primeros puentes y el Parlamento, para cenar algo en una ambiente relajado disfrutando de las vistas de edificios iluminados de fondo. O si gozas de más presupuesto puedes cenar en uno de los múltiples barcos que recorren el Danubio y te regalaran una velada muy romántica.
Día 2: Buda
Si la primera jornada se la dedicamos a Pest, con la ribera del Danubio y algunos de los paseos más simbólicos que pueden hallarse si nos adentramos en la urbe, el segundo día lo vamos a destinar a reconocer la colina de Buda, con sus propios encantos.
Buda es una colina, y por ello tenemos que considerar que si optamos por hacer el recorrido a pie, sin necesidad de ser maratonianos, debemos estar acostumbrados a andar.
Si estás en buena forma y quieres disfrutar del aire fresco, hacerlo andando es realmente sencillo, ya que es una ciudad muy intuitiva y sin necesidad ni siquiera de Google Maps llegarás sin pérdida a tus destinos ayudándote de un mapa gratuito que tendrán con total seguridad en la recepción de tu hotel o alojamiento.
Otra solución es pagar el precio del elevador, que incluye no sólo la subida a la colina sino también la bajada, y que es lo más recomendable si tienes problemas físicos o quieres ahorrar tiempo.
Por último, una decisión intermedia es tomar alguno de los autobuses de línea que llevan desde el Puente de las Cadenas hasta la parte alta de la ciudad, cerca del Bastión de los Pescadores, lo que te dejará conocer algunos otros parajes no tan renombrados.
Bastión de los Pescadores
Independientemente del método que hayas utilizado para llegar a Buda, casi con total seguridad el primer sitio en el que vas a detenerte es el Bastión de los Pescadores, un autentico reconocimiento a las siete tribus originales que fundaron Hungría. Es por tal motivo que posee siete torres, cada una en conmemoración de una de ellas.
Las panorámicas del bastión son algunas de las más bellas de la ciudad, ya que su ubicación privilegiada permite visualizar el Parlamento y el Danubio de una manera única.
Si te gusta la historia, busca por allí la estatua ecuestre de Esteban I de Hungría y la Iglesia de San Matías, donde abunda la información más acerca de este personaje histórico de especial relevancia en el país.
Iglesia de San Matías
Iglesia de San Matías es la más admirada de Budapest, a pesar de que sufrió varias modificaciones entre los siglos XIII y XIX. Muchos de los habitantes de la ciudad deciden casarse o bautizar a sus hijos en ellas, por lo que es sencillo que encuentres tumultos de personas en sus inmediaciones.
Sin dejar de lado lo alegórica de esta iglesia, como edificio en sí es igual de vistosa, con una torre muy bonita y varios detalles que demuestran el esmero en su construcción. Sin embargo, es el interior el que consigue dejarnos sin palabras. Los dibujos simétricos de infinitos colores la transforman en una de las más preciosas de Europa.
Hospital in the Rock
Su nombre ya nos anticipa de qué se trata. Este “hospital en las rocas” ayudó a salvar miles de vidas durante la Segunda Guerra Mundial, no sólo por su función básica como sanatorio, sino porque allí se desarrolló un búnker en el que se protegía la población.
Durante la revolución de 1956 ocurrió algo similar, debido a que se temían ataques químicos o nucleares por parte de la Unión Soviética, algo que finalmente no ocurrió.
Muchas de las salas, quirófanos y otras habitaciones han sido conservadas como en aquel momento, para que podamos hacernos una idea del horror sufrido por los húngaros en tales instancias.
Consejo: Ahora bien, aunque la mayoría de visitas guiadas en Budapest puedes asegurarlas llegando minutos antes, en este caso conviene que intentes conseguir entrada con anticipación, ya que los grupos que ingresan al hospital son reducidos.
Castillo de Buda
Cuando pensamos en Hungría, a más de uno se le viene a la mente una imagen de este castillo. ¿Sabes por qué? Porque generalmente aparece como fondo en las fotografías del Puente de las Cadenas. Si no nos crees, busca en Google para corroborarlo.
También conocido como Palacio Real, el Castillo de Buda supo no sólo ser la residencia de los Reyes húngaros, sino que además en él se conservan hoy algunas de las instituciones más relevantes del país, como la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara o el Museo de Historia de Budapest. Por todo ello lo mejor es tomarse la visita de forma sosegada.
Jardín del Castillo de Buda
Los jardines que lo circundan tienen su propio encanto, y al estar elevado podrás visualizar el Puente de las Cadenas, el Parlamento, y buena parte de la ciudad de Pest que estuviste desandando el día anterior. Sus panorámicas de la Ciudadela y del Monumento de la Paz tampoco deberían pasarte desapercibidas.
La entrada es completamente gratuita, y puedes seguir los jardines para bajar la colina hasta la orilla del río, si quieres tomarte alguna fotografía o averiguar cómo es el Danubio a otras alturas.
Ciudadela
Probablemente los mejores paisajes de Budapest son los que brinda la Ciudadela, y sólo por eso te aconsejamos que esperes pacientemente algún autobús de la línea 27 o que te subas al tranvía número 7.
Fuera de la Ciudadela tenemos la Estatua de la Libertad de la capital húngara, de enorme tamaño, pero también puede visitarse el interior de este fuerte. Aunque no hay grandes diferencias acerca de las vistas, es una interesante alternativa para seguir adentrándonos en el conjunto arquitectónico.
Iglesia Rupestre
Frente a los renombrados baños Gellert aparece esta iglesia, excavada en la roca y creada completamente por los seres humanos, en un intento irregular de imitar a la Iglesia de Lourdes. Dentro de esta edificación vivieron monjes Paulinos hasta que el régimen comunista prohibió el culto a la iglesia, expulsándolos de ella, y tapiando sus entradas.
En ese estado permaneció desde 1951 hasta 1989 con la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, pero ahora es un sitio que ningún visitante debería perderse.
Aquí concluyen las ideas para un segundo día de Budapest. Queda claro que las distancias en Buda no sólo son más amplias y eso permite conocer menos sitios durante el día, sino que además al tratarse de terrenos elevados, el cansancio se acumula de otro modo.
Igualmente, si te gusta sentir el movimiento nocturno de las ciudades que visitas, Buda cuenta con una animada tarde/noche, en la que hallarás bares para tomar una cerveza o degustar platos típicos.
Día 3:
Si puedes quedarte un tercer día en Budapest completaras la visita de una forma excepcional, pudiendo aprovechar tus últimas horas en la metrópoli para acercarte a varios de los próximos atractivos turísticos que vamos a enseñarte, tanto en Buda como en Pest.
Sinagoga Judía
Ubicada en Pest, puedes intentar hacerle hueco el primer día en la ciudad, o bien acercarte a ella antes de irte, buscándola en la esquina con la calle Károly Körut. Considerada la segunda sinagoga más grande del mundo y la primera fuera de Israel, posee una capilla como así también el cementerio de la comunidad judía húngara y el llamado Árbol de la Vida.
Si quieres caminarla por dentro, mejor que revises los horarios antes de ir, porque no suelen ser demasiado habituales ni los mismos todos los días.
Árbol de la Vida
Aunque lo mencionamos antes, entendemos que será imperdible para más de un lector, que debe buscar el Memorial Park y dentro de éste dejarse deslumbrar por cada una de sus hojas, en las que permanece escrito el nombre de un judío asesinado durante el Holocausto.
El tour a la Sinagoga y el Árbol de la Vida dura aproximadamente dos horas y, de nuevo, chequea bien sus horarios si quieres conocerlos de cerca.
Bar Szimpla
Como el Pub For Sale, es otro de los bares en ruinas tan distintivos de Budapest, y uno con una ambientación muy específica, distinta a la de otros. Si visitarlos por la noche tiene un gusto especial, hacerlo de día para degustar un café húngaro puede ser el oportuno descanso del día.
El resto de la avenida Andrassy
Si te quedaste con un poco de ganas de saber más sobre la avenida Andrassy, puedes aprovechar tu último rato en la urbe para continuar sus más de dos kilómetros y medio de extensión, con edificios de estilo neo-renacentista y muchísimos locales comerciales.
Hay dos posibilidades para que no nos quede pendiente ni un centímetro de ella: recorrerla a pie desde la calle Bajcsy-Zsilinszky út hasta la plaza de los Héroes, o bien coger la línea 1 de metro, que nos lleva desde cada uno de sus extremos al otro.
Utilizar el metro es nuestra recomendación personal, ya que trata del segundo tramo suburbano más antiguo del mundo, de 1886, y te permitirá ahorrar tiempo a la ida o en la vuelta.
Plaza de los Héroes
Al final de la Avenida Andrassy se encuentra esta plaza, cuyo obelisco central es característico, siendo una de las postales clásicas de la ciudad de Budapest. Además, se trata de la entrada a uno de los parques de mayores dimensiones de la ciudad, con estaturas que representan los líderes de las siete tribus que permitieron su conformación definitiva.
Pista de Hielo
Si viajas a Hungría en invierno, y especialmente si la ciudad de dónde vienes no cuenta con una, la pista de hielo de Budapest debe formar parte de tus itinerarios. La misma se construye sobre un pequeño lago cerca del Castillo Vajdahunyad. Por curioso que parezca, en esta época se drena el agua y se rellena el hueco con hielo, realizándose el proceso inverso en la primavera.
Es un paseo ideal para quienes están con niños pequeños.
Castillo Vajdahunyad
Si vas hasta allí, ofrece algunos minutos de tu tiempo al Castillo Vajdahunyad, imitación del castillo del mismo nombre ubicado en Transilvania, Rumania. Fuera de sus semejanzas, posee ciertos toques que lo hacen único, gracias a la combinación de variados estilos arquitectónicos.
Dentro del Castillo Vajdahunyad se halla el Museo de Agricultura de Hungría, con colecciones no sólo de agricultura, sino también de ganadería, caza y pesca. Si te interesan estos asuntos no dejes de visitarlo, ya que es el más grande de Europa en su clase.
Baños Szechenyi
En la mayoría de ciudades turísticas del mundo, lo último que se nos ocurriría es invitarte a conocer sus baños, pero en Budapest ocurre algo muy peculiar. Estos baños públicos, con más de un siglo de historia, cuentan con piscinas tanto interiores como exteriores, llamando la atención de los viajeros las últimas, porque son difíciles de encontrar en otros lugares.
Se mantienen abiertas casi todo el día, y más de un turista pasa buena parte de las jornadas allí cuando concurre en verano. Eso sí, la piscina central y de mayores dimensiones no es para descanso sino para nadar, y hay que cumplir algunos requisitos para zambullirse en ella.
Isla Margarita
Si caminas Budapest de una punta a la otra, en algún momento puedes preguntarte si no falta algún espacio verde al estilo del Central Park en Nueva York o el Hyde Park en Londres.
Debes saber que, en efecto, no le falta. Pero no está a la vista como ocurre en aquellas localidades. Aquí tenemos que ir hasta la hermosa Isla Margarita, ubicada en medio del Danubio entre Buda y Pest, a la que podemos arribar tomando el tranvía 4 o 6 hasta la parada Margitsziget.
2.500 metros de largo la transforman en uno de los puntos de relajación más buscados por quienes habitan la capital, aunque el viaje puede restarnos tiempo para conocer otros parajes.
Atracciones menos familiares
Uno de los encantos escondidos de Budapest es su capacidad para contar con atractivos poco comunes y de fácil acceso.
Por ejemplo, Budapest tiene un Museo Electrotécnico en el que no sólo puedes conocer inventos que podrían cambiar nuestras vidas, sino que podrás participar de experimentos en primera persona de la mano de expertos.
Y por supuesto si buscas un sitio donde tomar unos tragos, seguro que nunca has tomado uno a bordo de un buque de carga. El ucraniano A38 está alojado en el Danubio, y ha sido transformado en un bar en el que podemos escuchar música en vivo y tomar nuestros cocteles preferidos.
Lo retro se vuelve corpóreo, mientras tanto, en el Museo de Pinball, dentro del cual hay una colección de 130 máquinas de pinball, tanto nuevas como antiguas.
En el Parque Memento tienes cientos de estatuas comunistas que supieron adornar la ciudad.
Hemos finiquitado entonces la propuesta de tres jornadas en Budapest intentando enseñarte algunos de los espacios de la capital húngara que no deberías perderte. Recuerda que siempre puedes agregar otros tuyos o consultar por eventos puntuales para enriquecer tu experiencia en la ciudad.
Cómo llegar a la ciudad
Si viajas en tren a Budapest aparecerás mágicamente en el centro de la capital, por lo que podrás llegar a tu hospedaje en apenas minutos, sin importar dónde vayas a pasar tus noches.
Sin embargo, si llegas en avión la cosa toma otros tintes. Lamentablemente, no es tan fácil llegar desde el aeropuerto hasta el centro como en otras capitales del continente.
Tendrás que tomar un bus 200E y luego subirse al metro 3 en la parada Kobanya/Kispest, por lo que comienzas necesitando de dos boletos por separado.
Si llegas durante la noche, tendrás que tomar los buses nocturnos, primero el 900 y luego el 950 hasta llegar a la parada Deak Ter. En ella es posible conectar con todas las líneas de metro.
Quienes estén dispuestos a invertir un poco para llegar cuanto antes al hotel, hay empresas de minibuses que te llevan desde el aeropuerto al centro -o viceversa- por unos siete euros (la opción más recomendada).
Cómo moverse en Budapest
¿Y cómo nos movemos durante estos días? Si ya sabes que vas a utilizar el transporte público para algunos de tus recorridos, lo mejor es adquirir la Budapest Card, de índole personal y con costes que van desde los 20 a los 60 euros aproximadamente.
La más baratas tienen validez de sólo 24 horas, pero las más costosas te permiten viajar sin pagar extras durante cinco días, así que puedes ahorrar algo de dinero si inviertes en ellas.
Otro aspecto que debes considerar es que la Budapest Card también sirve para museos y algún balneario, así que difícilmente no recuperes el dinero que hayas destinado a su adquisición.
La misma puede comprarse en las principales tiendas e incluso por Internet, caso en el cual te aconsejamos que pidas que la despachen en el hotel en el que vas a quedarte, para que no se pierda.
Frases básicas en húngaro
Este idioma es uno de los más complicados del mundo occidental para los expertos, y aunque no llegarás a dominarlo en tan poco tiempo, siempre es mejor conocer algunas frases para casos excepcionales en los que necesites una mano de alguien que no hable inglés:
- Szia! (‘See-ah!’): ¡Hola!
- Koszonom – Szívesen (‘Keu-seu-neum – see-ve-shen’): Gracias – De nada
- Nem beszélek magyarul (‘Nem bes-el-ek ma-ja-rule’): No hablo húngaro
- Kérek egy sört / bort (‘Care-ek edge shirt / bore-t’): Una cerveza/ un vino, por favor
- Egy kávét kérek szépen (‘Edge kah-v-it keh-reck say-pan’): Un café, por favor
- A számlát, kérem (‘Aw sam-lat keh-rem’): La cuenta, por favor
- Viszlát! (‘Vee-slat!’): ¡Adiós!
La moneda húngara
En Hungría no se utiliza el euro sino los florines húngaros. Aunque es cierto que en prácticamente todos los sitios turísticos aceptan el euro, considerando que redondean “barriendo para casa”.
Lo recomendable es utilizar siempre las tarjetas tanto de crédito como de débito, ya que con ellas se producen los descuentos automáticamente al cambio oficial del día, con lo que evitarás tanto los gastos extra en comisiones como las sorpresas.
¿Dónde hospedarse en Budapest?
Aquí depende del tipo de viaje que quieras hacer. Buda es una zona mucho más tranquila, perfecta si quieres descansar o no te gusta demasiado el ruido por la noche. En Pest, mientras tanto, se hallan casi todos los locales comerciales, bares y restaurantes. En resumen, si crees que vas a salir de noche y regresar tarde, Pest. Si no es así, ve a Buda.
Cuando reservemos nuestro alojamiento debemos considerar que los hoteles en Budapest no gozan de la excelencia a la que estamos acostumbrados en España, y si bien aquí esperamos ciertas comodidades en un hotel de 3 estrellas, allí es necesario apuntar un poco más alto y os recomiendo optar por alguno de los muchos catalogados como 4 estrellas que representan una buena calidad/precio. Por supuesto esta situación se agudiza aún más con los alojamientos turísticos.
Si me lo permitís, por localización, precio y calidad os recomiendo el Carlton Hotel Budapest (ronda los 80 euros habitación doble con desayuno incluido) y está situado a los pies del Bastión de los Pescadores, en el barrio de los castillos de Budapest y a 100 metros del famoso Puente de las Cadenas.
Gastronomía local: ¿Qué comer en Budapest?
Conocer Budapest, sin dedicar tiempo para paladear algunos de los platos más famosos de Hungría, es conocer sólo una parte de la metrópoli.
El goulash es la gran estrella, una especie de guisado de carne condimentado con paprika, la especia húngara más conocida en el mundo. Un plato que te permitirá recobrar calorías en invierno.
Si te gustan los postres, los kürtőskalács o “tortas chimeneas”, pasteles azucarados que se cocinan al carbón, te resultarán deliciosos. Puedes comprarlos al paso y que te acompañen en tus paseos.
Por último, culminar tu estancia en el país catando el vino dulce Tokaji, es casi un clásico húngaro. Aconsejamos acompañarlo con algún dulce o queso.
Disfruta de tu viaje!!
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