Si piensas en Panamá, posiblemente lo primero que te venga a la cabeza sea su famoso canal, la moderna e imponente capital o alguna de sus islas paradisiacas como Boca de Toro o las Guna Yala. Y sin embargo, uno de los principales atractivos del país centroamericano es su zona montañosa y su oferta de turismo sostenible. Boquete, junto al volcán Barú, es posiblemente el destino más conocido, pero existen otras alternativas igualmente interesantes como Santa Fé. Una pequeña localidad al norte de Santiago, que se ha convertido en un destino emergente para amantes de la ecología y la naturaleza.
Ubicación y breve historia de Santa Fé
Santa Fé pertenece a la provincia de Veraguas, la única región que, como bien indica su nombre, mira al mismo tiempo al Océano Atlántico y al Océano Pacífico. La localizamos a unos 53 kilómetros al norte de la ciudad de Santiago, uno de los principales núcleos comerciales del país.
Situada en una de las laderas de la Divisoria Continental, presume de un entorno natural impresionante y es un destino fabuloso para amantes del senderismo, el turismo activo, el avistamiento de aves o para quienes, simplemente, quieran disfrutar del aire fresco y las vistas que ofrecen las montañas y bosques que la rodean.
Subiendo hacia la montaña, a través de una escarpada carretera, llegamos a esta localidad que fue fundada en 1557 por los colonizadores españoles, siendo uno de sus primeros asentamientos en el país. Durante varios siglos fue la localidad más importante de la región, pero fue perdiendo protagonismo y se estabilizó como una pequeña localidad básicamente agrícola.
Sin embargo, en los años 70 se convirtió en el origen de un importante movimiento social campesino liderado por el padre Héctor Gallego, un activista y misionero colombiano que consiguió concienciar a los campesinos en la necesidad de unir fuerzas y crear cooperativas de trabajo y consumo, algunas de las cuales todavía siguen activas.
Por desgracia, sus revolucionarias ideas no gustaban a la dictadura de Omar Torrijos, que presidía entonces el país, y tras varias detenciones y ataques, en 1971 fue secuestrado y ejecutado por la Guardia Nacional. Su cuerpo no fue encontrado hasta el 2018 en un cuartel de Tocumen y actualmente varios colectivos, dentro y fuera de la Iglesia Católica, tratan de reivindicar su importante legado.
En la actualidad, Santa Fé cuenta con apenas 3.000 habitantes y su núcleo urbano es muy pequeño. Pese a que en los últimos años se intenta potenciar el turismo y han abierto varios hostales y hoteles, mantiene aún en gran medida su aire de auténtico pueblo panameño y es fácil sentirse como en casa compartiendo una cerveza con la simpática gente local en los escasos restaurantes y cafés del pueblo.
Las conexiones a Internet son muy básicas y, hasta la fecha, no había cajero automático y es recomendable ir con dinero suficiente en metálico aunque cada vez son más los establecimientos que van aceptando pago con tarjeta.
Rutas de Senderismo alrededor de Santa Fé
Lo que nos ha traído hasta aquí no es, por tanto, su animada vida local sino su ambiente relajado y su privilegiada ubicación junto al Parque Nacional de Santa Fé. A su alrededor encontramos una gran cantidad de rutas y senderos que nos llevarán a impresionantes miradores naturales, imponentes cascadas o bonitas pozas de agua donde darnos un baño.
A continuación, os recomiendo algunas de las más conocidas, pero lo mejor es que te dejes informar en tu hotel o por alguna persona local para conocer el estado de las carreteras o los caminos y la mejor manera de llegar. Aunque hay rutas aptas para todos los niveles de dificultad, en la mayoría de los casos es recomendable que cuentes con algún guía local. Las rutas no suelen estar bien señalizadas y muchas de ellas atraviesan zonas rocosas de acantilados, que pueden llegar a hacerlas muy peligrosas según la climatología del momento.
Cerro Tute
Una de las rutas más accesibles que podemos realizar desde Santa Fé es la caminata que nos lleva hasta el Cerro Tute. Este acantilado, azotado por fuertes corrientes de viento, está envuelto por diferentes senderos y pistas que nos llevan hasta la cima, desde donde podremos observar unas impresionantes vistas del valle y una gran variedad aves.
Para llegar tendremos que coger la carretera hacia Santiago, en el sur del pueblo, y nos llevará unas cinco horas el trayecto de ida y vuelta, aunque podemos ahorrarnos bastante tiempo si un taxi nos acerca hasta el comienzo del sendero.
Cascadas Alto de Piedra
La ruta más conocida de la zona es la que nos lleva a las conocidas como Cascadas Alto de Piedra, ubicadas en un bosque cercano al Parque Nacional. Como su propio nombre ya nos sugiere, esta ruta nos llevará a disfrutar de tres impresionantes cascadas en medio de la naturaleza. El acceso a la primera y la tercera de las cascadas es más sencillo, aunque hay algunos tramos muy empinados, pero el camino a la segunda de las cascadas puede ser un poco peligroso si ha llovido en los días anteriores porque encontraremos una pendiente empinada y resbaladiza junto a un precipicio.
Lo más recomendable es llegar con un taxi hasta el comienzo del sendero, en la carretera que lleva a Calovebora. Desde allí tardaremos solo unos 20 minutos en llegar a la primera de las cascadas y un total de 1.5 horas para ver las tres.
Cascada Bermejo
Con 35 metros de altura, la cascada Bermejo es una de las más impresionantes en el entorno de Santa Fé. Se encuentra ubicada en el inicio del Parque Nacional del mismo nombre, un increíble espacio natural con gran variedad de flora y fauna. Se ha detectado incluso la presencia de jaguares, uno de los felinos más bonitos del planeta y el más grande de América. Aunque para tu desgracia, o tu tranquilidad, es casi imposible que te cruces con uno porque no suelen salir durante el día.
El camino está a unos diez kilómetros de Santa Fé, por lo que lo habitual es llegar en bicicleta o con un taxi, que nos llevará a través de caminos de tierra hasta un cartel que nos anuncia el inicio de este. La mayor parte del sendero tiene una dificultad sencilla, aunque es fácil perderse porque la señalización no es muy buena. Sin embargo, el último tramo es a través de un estrecho paso de rocas junto a un acantilado, que suele ser resbaladizo y tiene cierto peligro. De hecho, no hace mucho una joven falleció al caer al río y en los últimos años se han dado otros accidentes de mayor o menor gravedad.
Río Bulaba
Si ya te has cansado de caminar y buscas un plan más tranquilo, una buena opción es caminar hasta el Río Bulaba y disfrutar de un baño en plena naturaleza. Para llegar tendremos que dirigirnos al noreste del pueblo y continuar por la carretera en dirección a El Pantano.
A unos 600 metros cruzaremos un antiguo puente y veremos una zona de baño, donde también podremos alquilar algunos flotadores o chalecos si queremos disfrutar de un pequeño tramo de tubing. La oferta de turismo activo todavía no es muy amplia pero cada vez hay más empresas ofreciendo actividades.
La Finca de Chon y María
A las afueras del pueblo encontramos una de las visitas más interesantes que podemos hacer para conocer la historia de Santa Fé, la pasión por las orquídeas en esta región y el funcionamiento de una explotación agrícola ecológica. Chon y María son un simpático matrimonio que te recibirá con los brazos abiertos y te enseñará una humilde pero extensa finca llena de sorpresas.
Comenzando por la increíble colección de orquídeas que tiene cultivadas María, quien llena de orgullo te las enseñará y explicará con mucho detalle. Y es que la tradición del cultivo de orquídeas en la zona de Veraguas está muy arraigada y cada año se celebra un famoso concurso en Santa Fé, donde participantes de toda la región muestran sus mejores ejemplares y compiten en diferentes categorías de premios. Como no podía ser de otra manera, María ha ganado en varias ocasiones y presume de sus premios en el interior de la finca.
Chon continúa con la visita mostrando a los visitantes cómo producen el café orgánico en la finca. Te explicará cómo es la planta del café y todo el proceso manual que sigue para seleccionar los granos, dejarlos secar y lavarlos. Un lento y minucioso trabajo que da como resultado un café delicioso, que te invitarán a probar y que puedes comprar también para llevar. No te exagero si te digo que es uno de los mejores cafés que he probado en mi vida.
La visita sigue por la zona de cultivos, repartidos en una extensión de unas diez hectáreas. La familia cultiva aquí todo tipo de verduras, hortalizas y frutas como tomates, brócoli, lechugas, pepinos, apios, zanahorias, plátanos o yuca. Incluso piñas o al menos, cuando realicé yo la visita, lo estaban intentando, porque el resultado todavía no era el ideal. Pero confío en que Chon lo haya conseguido por fin. Si vas, recuerda preguntarle de mi parte.
Para visitar la finca tenemos que seguir el mismo camino que si fuéramos al río Bulaba y girar un poco más adelante hacia la derecha, siguiendo los carteles que nos lo indican. Atravesamos posteriormente un puente (con pinta de caerse en cualquier momento) y subimos la ladera de la colina hacia la izquierda hasta encontrar la puerta de acceso a la finca. Podemos ahorrarnos un trozo si pedimos un taxi o vamos en coche, pero tendremos que detenernos en el puente y andar el último tramo.
En su momento, hace un par de años, el precio de la visita estaba en torno a los 10 dólares por persona si querías también comer el almuerzo, opcional pero totalmente recomendable, que cocina María y que suele incluir ensalada, con productos de la finca, patacones y una rica carne de cerdo frita. Es recomendable llamar previamente para confirmar que van a estar disponibles y no darte un paseo en balde. Confío en que siga abierto después de la crisis del coronavirus.
Mejor temporada para ir a Santa Fé
La temperatura en Santa Fé no varia durante todo el año y se mantiene siempre de forma agradable entre los 28º de enero o los 30º en Julio, el mes más caluroso. Por la noche tampoco bajan demasiado las temperaturas y lo habitual es que se sitúen en torno a los 25º. Lo que realmente marca la diferencia entre una temporada y otra son las lluvias.
En Santa Fé llueve prácticamente todos los días del año, en algún u otro momento así que no olvides un chubasquero. La época seca va desde diciembre hasta abril y los meses más lluviosos suelen ser octubre y noviembre. Aunque las cascadas se exhiben mucho más espectaculares en época de lluvias, lo cierto es que los caminos suelen enfangarse y algunos tramos se vuelven más peligrosos, por lo que es más recomendable visitarla en temporada seca.
Cómo llegar a Santa Fé
Panamá tiene una amplia y sorprendente red de autobuses, de todo tipo y niveles de comodidad, que te conectan con prácticamente cualquier lugar que te puedas imaginar. Y, en este sentido, llegar a Santa Fé resulta muy sencillo pero tendremos que hacer primero escala en Santiago. Al tratarse de un importante núcleo comercial, hay una gran disponibilidad de autobuses que van desde Panamá a la capital de Veraguas. Prácticamente cada hora sale un autobús desde la estación de Albrook, entre los que van directos y los que se dirigen a David.
Una vez en Santiago, tendremos que coger otro autobús, pero tampoco será complicado porque, desde las 4 de la mañana hasta las 18.00 de la tarde aproximadamente cada 30 minutos sale uno. En total serán unas 5 horas de viaje, dependiendo de las paradas intermedias que tengan programadas los autobuses que cojamos, y el coste del trayecto ascenderá a unos 15 dólares.
También existe la opción de alquilar un coche en la capital y llegar por tu cuenta. La carretera hasta Santiago es muy buena porque es la autopista principal del país. Y desde Santiago a Santa Fé se vuelve un poco más incomoda, especialmente por algunos tramos de curvas, pero es también perfectamente segura y transitable sin mucho problema, salvo que haya llovido mucho en los días anteriores.
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