“Estuve un buen rato contemplando el alma agresivamente sólida del Cabildo, el rostro hipócritamente lavado de la Catedral, el desalentado cabeceo de los árboles. Creo que en ese momento se me afirmó definitivamente una convicción: soy de este sitio, de esta ciudad”. Mario Benedetti siempre fue de Montevideo, aunque no naciera allí, aunque viviera más de una década en el exilio. El escritor ha sido uno de los montevideanos más universales del siglo XX y 10 años después de su muerte, la capital de Uruguay rinde (otro) homenaje al poeta con una guía Benedetti que nos acerca a una de las ciudades más entrañables de América Latina.
La frase que inicia este texto pertenece a La Tregua, una de las novelas más populares de Mario Benedetti. En ella un hombre cercano a la jubilación se enamora de una chica joven: Martín Santomé se enamora de Laura Avellanada con Montevideo de telón de fondo. Millones de lectores de todo el mundo, que nunca habían pisado Uruguay, recorrieron virtualmente sus calles siguiendo el diario de Santomé.
De la Ciudad Vieja a Cordón
Más de 60 años después de su publicación, La Tregua es uno de los principales ejes de la guía Benedetti que nos traslada, primero, a la Ciudad Vieja del café Misiones y de la peatonal Sarandí, la Ciudad Vieja que sigue latiendo lenta pero infalible al compás del suave ritmo de vida de los montevideanos.
La Ciudad Vieja es el Casco Histórico de la capital uruguaya. Fue en origen una fortificación militar española. Todavía se mantiene la estructura que sostuvo la puerta de entrada a esta ciudadela. Un buen lugar desde el que iniciar esta ruta Benedetti que debe llevarnos al Teatro Solís y a esa Plaza Constitución en la que Martín Santomé se declara montevideano.
El peregrino benedittiano se detiene también en Big Mamma, antiguo Café Sorocabana en el que el maestro escribió buena parte de La Tregua. Más al oeste, llegamos al Mercado del Puerto donde el “churrasco sigue siendo exquisito” tal y como afirmaba Benedetti en Andamios. Y es que el poeta no solo sabía de amar, también conocía un par de cosas sobre el buen vivir.
Nos vamos el oeste para iniciar la segunda parte de esta ruta en la Plaza Independencia que sirve de nexo entre la Ciudad Vieja y el Centro de Montevideo. Tras la emblemática demolición de la fortaleza de la Ciudad Vieja, la muralla —tanto física como simbólica— se vino abajo: en 1825 se declara definitivamente la Independencia de Uruguay. Montevideo necesita crecer y en los años 30 del XIX se delinea la Ciudad Nueva partiendo de la Plaza de la Independencia.
Cerca de la plaza, en la Avenida 18 de julio 878, se estableció la familia de Mario Benedetti durante años. Un poco más al sur, en la Calle Convención 1295, el poeta vivió sus últimos años antes del exilio a Argentina en 1973.
El peregrino también debe acercarse al Bar San Rafael cerca de la Plaza Cagancha y de su última casa, uno de los campos base del escritor, además del Ascensor Panorámico de la Intendencia de Montevideo que también aparece en Andamios, última novela del escritor publicada en 1996. Al sur de la Plaza Cagancha, también encontramos (en Canelones 1130) la Fundación Mario Benedetti, principal impulsora de esta guía por los rincones benedittianos de Montevideo.
Del Centro pasamos a Cordón, donde nos topamos con la popular Feria Tristán Navaja: “…y, por favor, no olvides que te espero / con este corazón recién comprado / en la feria mejor de los domingos”. El poema “Irse” hacía referencia a esta especie de megarastro en el que el visitante puede encontrar los objetos más bizarros. Muy cerca está el Bar Sportman que aparecía en El cumpleaños de Juan Ángel. Y la Biblioteca Nacional, así como la Universidad de la República de la que Mario decía que era la suya, “el huésped de mi corazón”, una vez que fue nombrado Doctor Honoris Causa en 2004.
Y al este siguiendo Guayabo llegamos al Monumento a los detenidos-desaparecidos en América Latina, uno de esos lugares que explica parcialmente la compleja historia reciente de América Latina: “mi pregunta oficiosa es la siguiente / dónde están los verdugos”, decía Benedetti en “Croquis para algún día”.
De Capurro a la playa Pocitos
Llegamos a Capurro con su parque que aparecía en La borra del café, novela de 1992, y el Parque El Prado, el gran pulmón verde de Montevideo, otra de las nostalgias del maestro: “Sueño con un pasado lejanísimo…. cuando en los meses de vacaciones íbamos al Prado en horas de la siesta“. Allí está el Jardín Botánico, aquel en el que “uno puede sentirse árbol o prójimo”.
Al norte, aún en el barrio del Prado, el peregrino debe acercarse al Museo de la Memoria, del que Benedetti fue Presidente Emérito en su fundación en abril de 2007, poco antes de su muerte la cual llegó el 18 de mayo de 2009. En el Barrio de La Aguada, en el Palacio Legislativo, miles de montevideanos rindieron homenaje al maestro el día de su fallecimiento.
Nuestro recorrido literario por los lugares más benedittianos de la capital de Uruguay va llegando a su fin. Pero antes debemos ir “hacia al sur del sur, donde está quieta esperando Montevideo“. Es la zona más meridional de la capital donde encontramos dos de sus barrios más refrescantes, los cuales tampoco escaparon de la pluma del maestro. Hablamos de Parque Rodó, frente a la Playa Ramírez, que con sus 43 hectáreas es otro de los grandes espacios naturales de la capital.
Y Punta Carretas, lugar romántico por excelencia de la ciudad, capaz de convertir una antigua cárcel en un centro comercial. Al este de Punta Carretas tampoco podemos perdernos Pocitos, uno de los barrios más animados de Montevideo con su célebre playa y ese “murallón de grandes edificios” que conmovían al maestro.
“… pero aquí abajo abajo / cerca de las raíces / es donde la memoria / ningún recuerdo omite / y hay quienes se desmueren / y hay quienes se desviven / y así entre todos logran / lo que era un imposible / que todo el mundo sepa / que el Sur también existe“.
Aquí abajo, en Montevideo, un escritor humilde y sencillo, —dicen de él que es el poeta de los que no les gusta la poesía— dio forma a una de las obras más populares de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Benedetti y el amor, Benedetti y la memoria, Benedetti y la nostalgia: Benedetti y (su) Montevideo.
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