Con la llegada del invierno, la nieve se convierte en la protagonista de muchos rincones, a los que cubre con un gran manto blanco, imprimiéndoles un encanto especial. Además, crean estampas de lo más idílicas y mágicas, que constituyen una excusa viajera para muchos y un reclamo para los apasionados de la fotografía.

Y es que, ya lo dice un viejo dicho, “buena es la nieve que a su tiempo viene”. Hoy nos abrigamos para recorrer los seis rincones nevados más bonitos del mundo.

Rovaniemi, Finlandia

Laponia
Fuente: Pixabay/Baldur93

Esta ciudad de la Laponia finlandesa, ubicada a menos de diez kilómetros del Círculo Polar Ártico, es posiblemente uno de los lugares que más bonitos lucen con la llegada del invierno, a pesar de que las noches son muy largas. Aquí la nieve lo cubre todo y los lagos y los ríos se congelan, creando un marco increíble.

Pero los finlandeses y los viajeros no se quedan en casa, pues es el mejor momento para inmortalizar paisajes de ensueño, hacer muñecos de nieve, ver auroras boreales, pasear en trineos tirados con renos o en moto de nieve. Si vamos cerca de Navidad, podremos visitar Santa Claus Village, el pueblo de Papá Noel, donde la magia y la ilusión se engrandecen gracias a la nieve y los gigantescos muñecos que lo decoran.

Laguna de los Peces, Sanabria (Zamora)

Laguna de los Peces.

En esta laguna sanabresa, la nieve dibuja una de las postales más sugestivas de España, que llevan a muchos viajeros a sentir que están en el interior de una bola de cristal navideña.

Su ubicación a 1.707 metros de altura conllevan que la nieve y el hielo sean los protagonistas de los meses invernales, regalando a quien se acerca la posibilidad de disfrutar de una imagen inusitada y también unas vistas únicas al Lago de Sanabria, que es el mayor lago natural de nuestro país y el de origen glaciar más grande de Europa. Aquí además es posible hacer senderismo con raquetas de nieve o paseos en trineo.

Hallstatt, Austria

Hallstat
Hallstat

Con la llegada del invierno, este pueblo de los Alpes austríacos, levantado a orillas del lago que le da nombre y rodeado de un paisaje de montaña precioso, se transforma en una estampa de lo más onírica. Todo se pinta de blanco: sus casitas con balcones de madera, el tupido bosque que lo rodea, las montañas que lo resguardan, la Markplatz y la icónica torre Rudolf. Además de capturar fotos increíbles, puedes disfrutar de la nieve practicando snowboard o esquí.

Lanuza, Huesca

Lanuza en Huesca

La belleza de esta localidad oscense estriba en su ubicación en el corazón del Pirineo, que la viste de un hermoso y frondoso paisaje verde, y a orillas del pantano del mismo nombre, resultado del almacenamiento de las aguas del río Gállego.

En invierno nieva mucho, de modo que las calles, las casas, los monumentos y su maravilloso entorno de montaña se cubren con un manto blanco, que la dota de espectacularidad, constituyendo una invitación en toda regla a visitarla, especialmente para los devotos de las postales invernales más auténticas.

Brujas, Bélgica

Brujas
Brujas

En la capital de Flandes, el blanco está de moda. Y es que la nieve tapa, durante gran parte del invierno, su precioso casco medieval declarado Patrimonio de la Humanidad, confiriéndole un atractivo mágico y de lo más sugestivo.

Pero la estampa más impresionante son sus canales, especialmente Dijle malinense y el Dijver brujense, que suelen helarse con la llegada de los primeros intensos fríos, regalando la imagen más insólita y bonita de la “Venecia del norte”. Incluso los más intrépidos se atreven a patinar y deslizarse por ellos.

Central Park, New York

Central Park
Central Park

El invierno deja en el gran pulmón verde de la Gran Manzana estampas de ensueño, pues el blanco releva a los tonos ocres propios del otoño y toma el protagonismo. La mejor manera de disfrutar de la magia y encanto de Nueva York es abandonarse y deambular, siempre abrigadito, por sus rincones nevados o patinando en Wollman, la gran pista de hielo que se instala todos los años por estas fechas.