En julio de 2021, la Sierra de las Nieves se convertía oficialmente en parque nacional: es el número 16 en España y el tercero en Andalucía junto a Doñana y Sierra Nevada.
Ubicado en la zona central de la provincia de Málaga, entre sus numerosos valores naturales destacan los bosques de pinsapo, una de las formaciones vegetales más singulares de la península ibérica. Acompáñanos en este viaje a la Sierra de las Nieves para descubrir este y otros muchos tesoros que custodia uno de los paraísos naturales menos conocidos de España.
Sierra de las Nieves, la joya natural de Málaga
La Sierra de las Nieves abarca un total de 23.000 hectáreas incluyendo una zona periférica de protección de más de 75.000 hectáreas. Declarado Reserva de la Biosfera en 1995, buena parte de su territorio ha quedado incluido en el parque nacional desde el 1 de julio de 2021, fecha en la que la Sierra de las Nieves se integra oficialmente en la Red de Parques Nacionales de España.
Este nuevo parque nacional limita al sur con la Costa del Sol Occidental, al este con el valle de Guadalhorce, al oeste con la Serranía de Ronda, ya cerca de la provincia de Cádiz, y al norte con la comarca de Guadalteba. Además de su extraordinario valor medioambiental, la Sierra de las Nieves suma más de una decena de municipios que presentan rasgos fisiográficos y culturales comunes.
Entre sus tesoros naturales destacan los pinsapares, única manifestación de abetal que se desarrolla en un ámbito estrictamente mediterráneo dentro de la península: más del 70% de los pinsapares peninsulares se encuentran en la Sierra de las Nieves. Se trata de una formación forestal constituida por un dosel arbóreo denso que se asemeja al bosque boreal de coníferas: un insólito espectáculo natural que podemos disfrutar en numerosas rutas que recorren la sierra malagueña.
Además de los pinsapares, también encontramos quejigal de alta montaña situado entre los 1600 y los 1800 metros, una formación adehesada con ejemplares que pueden tener más de 300 años, en muchos casos con troncos ahuecados y con una fisionomía peculiar modelada por el efecto de la nieve.
Y es que la nieve, tal y como indica el nombre de la sierra, es una de las sorprendentes características de un espacio natural a un paso de la ardiente Costa del Sol. Entre las numerosas especies que se han adaptado a este singular entorno geográfico está la cabra montés, el halcón peregrino, el águila real, diversos ejemplares de murciélago, el vencejo real e incluso algunos ejemplares de víbora hocicuda, un tipo de serpiente venenosa de hasta 70 centímetros de longitud.
Senderos por la Sierra de las Nieves
La mejor forma de conocer la Sierra de las Nieves es a través de algunos de sus numerosos senderos, varios de los cuáles son aptos también para BTT. Nuestro primer sendero nos conducirá desde el mirador de Luis Ceballos hasta el Peñón de los Enamorados, una de las rutas más bellas y concurridas del parque. Se trata de un trayecto lineal de apenas 7 kilómetros —si volvemos al punto de partida se extiende a los 12 kilómetros—, pero con un desnivel de más de 600 metros en el que superaremos los 1700 metros de altura.
La ruta arranca desde el mirador Luis Ceballos a unos 8 kilómetros al oeste de Yunquera. Desde este mirador puede disfrutarse de una magnífica vista del Pinsapar de los Lajares. Tras pasar por la Cañada de la Violeta y adentrarnos en el pinsapar, ascendemos al puerto de la Pera, para transitar después por una cañada rodeada de quejigos hasta subir al puerto de Boas. En el último tramo, giramos hacia el norte para conocer el Peñón de los Enamorados ubicado a 1780 metros de altura.
Si se nos ha hecho corto, podemos continuar desde el Peñón de los Enamorados hacia el nordeste por la senda que conduce de Torrecilla a Puerto de Saucillo, un mirador que nos permite divisar los valles de los ríos Grande y Guadalhorce. Justamente al nacimiento del río Grande conduce otro corto sendero que parte de Yunquera: poco más de 4 kilómetros hasta la cascada del arroyo de Zarzalones con 20 metros de caída.
Pero si buscamos algo más ambicioso, podemos recorrer la primera etapa que conecta Ronda y El Burgo del sendero de Gran Recorrido 243 que atraviesa la Sierra de las Nieves. Son más de 23 kilómetros en los que disfrutaremos de numerosos miradores como el de Puerto de Bilbao, el de la Meseta de Ronda o el del Cortijo de Lifa, para después acercarnos al puerto de La Mujer.
Por cierto, el puerto de la Mujer es el punto final de una fantástica ruta BTT que se inicia en El Burgo y que transcurre entre los valles del arroyo de Fuensanta y del río Turón.
Descubriendo los pueblos de la Sierra de las Nieves
Una visita a la Sierra de las Nieves no estaría completa sin acercarnos a alguno de los municipios que se ubican en este entorno natural. Son localidades encaramadas en las laderas de las montañas o sobre prominentes montículos que han permanecido suficientemente aisladas del boom turístico de la vecina Costa del Sol manteniendo poco alterados sus deliciosos caseríos blancos.
Una de las rutas en coche más populares es la que comunica Ronda al oeste con Coín al este, 60 kilómetros recorriendo la A-366 que bordea la frontera norte del parque hasta arribar en El Burgo, localidad en cuyo entorno nace el mencionado río Turón, uno de los principales manantiales de la provincia de Málaga.
A 10 kilómetros al sur de El Burgo llegamos a Yunquera en la que se encuentra la torre conocida como la Vigía de la Sierra de las Nieves, construida en época árabe formando parte de una estructura defensiva más amplia: actualmente es sede del Observatorio Astronómico de Yunquera.
A poco más de 10 minutos al este se encuentra Alozaina y a unos 20 minutos al sur, Tolox, histórica población de origen fenicio vinculada también a Tartessos y que es el paradigma de los pueblos de la Sierra de las Nieves: un manto de casitas blancas sobre la ladera verde de la sierra.
A menos de 20 kilómetros al este de Tolox se ubica Coín, pero nosotros seguimos hacia el sur para conocer otros cuatro pueblos del entorno: Guaro, Monda, Istán y Ojén, este último a menos de 10 kilómetros de Marbella: y es que a la Sierra de las Nieves no le falta de nada, ni siquiera el aroma a arena y mar que llega de la vecina Costa del Sol.
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